Capítulo FINAL

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Respiré lentamente con una sensación vagamente familiar, sus brazos me sujetaban en volandas y yo me mecía al compás de sus pasos, sintiendo su calor. Abrí los ojos y él volteó a mirarme empujándome al profundo abismo de sus ojos negros.

—No soy una bruja —solté sin pensar aquello que tanto había batallado por callar.

—Lo sé —me respondió con su voz profunda—, siempre lo he sabido.

Me sorprendí por unos instantes antes de agregar.

—Pensé que me querías por eso, pero creo que me equivoqué —susurré.

Él solamente sonrió como si yo le pareciera una ternura, yo miré para mis alrededores notando que estabamos regresando al pueblo.

—¿Me vas a dejar? —pregunté aún ensimismada.

—Debería —comentó.

—¿Piensas que por ser humana soy inútil? —inquirí con tristeza.

—No, en absoluto, es que las cosas se han tornado un poco difíciles y estarás mejor aquí —argumentó.

—Te refieres a la guerra —afirmé suavemente mientras pasaba mis brazos por su cuello.

—No, es porque tu abuelo ha sido muy insistente en hacerme entender que necesitas aprender a manejar tus habilidades antes de que tu capacidad se despierte —contó y yo parpadeé tratando de enfocarme.

—Yo no quiero nada de eso, nunca lo quise, ni siquiera creo demasiado en esas cosas a pesar de todo lo que he visto —le expliqué.

—Pero él dijo que era peligroso —Él me miró con el entrecejo fruncido.

—Dejame adivinar, te dijo que sino podría volverme loca como mi tío —imaginé.

Él asintió con la cabeza sin decir nada.

—Eso no va a pasar, Adam, creo que son puros cuentos. Lo dice para que hagamos lo que él quiere —continué.

—¿Y si llegara a ser cierto? —dudó.

—Tener una marca de bruja, sólo implica una posibilidad latente, pero no necesariamente mi poder se va a despertar, en la mayoría de los casos la gente vive con normalidad, es muy raro que alguien se convierta en un ser mágico —le expliqué.

—Pero ¿y si a ti te llegará a pasar? ¿No sería mejor que recibieras el entrenamiento necesario con antelación? —sugirió.

—No me va a pasar, como te dije es demasiado raro y mientras mi abuelo viva, sé que eso es imposible, supongo que cuando muera su poder pasará a una persona más apta, no a mí —contesté.

—Entonces, ¿qué le pasó a tu tío?

—No lo sé muy bien, nadie quiere hablar mucho de eso. Por lo poco que escuché, tenía un poder demasiado grande desde niño, lo cual resultaba preocupante para mi familia, así que trataron de reprimir sus habilidades por temor a lo que podía hacer. Cuentan historias extrañas y escalofriantes sobre él, dicen que si mi abuelo no lo hubiera aplacado se habría convertido en el ser mágico más poderoso de todos los tiempos, pero son habladurías. Al final, lo único cierto es que se volvió literalmente loco. —Descansé mi mejilla sobre su pecho mientras me sujetaba a él.

—¿Desde niño? Yo había escuchado historias, pero nunca supe que todo hubiera empezado desde que era niño, eso cambia las cosas. ¿Tú puedes hacer algo? —curioseó.

—No, aunque tengo una buena intuición y creo que una vez hice nevar —dudé insegura—. Antes tenía algunos sueños premonitorios y veía cosas extrañas, pero sepulté todo eso debajo de una capa de escepticismo acérrimo y ya no volví a ver esas cosas jamás —aseguré.

Azul oscuro medianoche: Preámbulo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora