1 🍃 Teddy

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—¿Quieres uno?—Había preguntado Jaehyun, a la vez que retrocedía unos pasos, hasta regresar al lado de su esposo, quien permanecía de pie frente a la vidriera de una tienda, viendo los bonitos peluches que se encontraban en exhibición. El pelirosa se quedó en silenció unos segundos hasta que su cabeza se agitó de un lado a otro en negación.

—No, no. Vamonos antes de que el restaurante se llene.—El joven de rosados cabellos tomó la mano de su esposo y lo insito a moverse para continuar con el camino que habían abandonado, pero el castaño no se movió ni un centímetro.

—No, espera. Quiero comprarte un peluche.—

—Hyunie, no. No es necesario. Esta bien, de verdad. No te preocupes por ello.—

—Pero yo quiero comprartelo. El restaurante seguira allí más tarde. Anda, bebé.—

Jaehyun tiró de su esposo hacia el interior de la tienda, que relucia de colores pasteles y ofrecía cosas infantiles y adorables en cada rincón, ademas de un piso de madera que te llamaba a tirarte sobre el y acostarte encima de las peludas alfombras. Taeyong dudo en que lo dejarán recorrer mucho el lugar con una paleta de helados a medio comer en la mano, pero persuadir a su astuto esposo era algo que no podía conseguir, sobretodo porque las ansias de tener un nuevo peluche sobre su cama le atraía demasiado en contra de su voluntad. No podía negarse mucho tampoco, era una persona muy debil cuando se trataba de las cosas bonitas, Jaehyun estaba entre ellas.

Se adentraron a la tienda luego de limpiarse los zapatos en la alfombra principal y los ojos de Taeyong fueron directamente hacia las gondolas que presumían osos de un tamaño considerable, con moños de tela con puntitos blancos y diferentes tonos de un pelaje esponjoso y a la vista tan suave como el algodón.

—¿Quieres ese?—

El corazoncito de Taeyong empezó a latir con emoción, pero también con nervios. El siempre había querido un osito asi de grande y Jaehyun ciertamente le había comprado uno hermoso hace 4 años, pero Taeyong no lo tenía allí, estaba en casa, a miles y miles de kilómetros, y santo cielo, Taeyong lo extrañaba tanto. Bueno, no tanto porque podía utilizar a Jaehyun como su osito para dormir, aunque Jaehyun no soportaba que Taeyong lo asfixiara, debido a que el pelirosa acostumbraba a abrazar a su peluche muy fuertecito. Taeyong quería un peluche para poder estrujar sin temer lastimar a nadie, pero luego pensó en el porque no trajeron a su osito a su viaje en primer lugar:"El transporte".

Si hubiesen llevado al prominente oso de peluche con ellos habrían tenido que pagar por el como si estuviesen transportando una mascota, pues ocuparía bastante espacio y Taeyong no quiso ser una molestia por lo que, ignorando las insistencias de su esposo, le entregó el peluche a su mejor amigo en el aeropuerto y se marcharon sin el. Taeyong de verdad queria ese oso gigante color beige de la tienda, pero comprarlo sería como haber traído a su propio oso. El gasto de transporté pesaría sobre sus bolsillos al momento de regresar a Corea.

Taeyong formó un pequeño puchero con sus labios y negó con la cabeza una vez más.

—No, cariño, de verdad estoy bien, no necesito un oso nuevo. Tengo muchos en casa.—

—Pero no tienes un oso gigante color beige.—Jaehyun levantó ambas cejas rítmicamente para convencer a Taeyong, este se río de los gestos divertidos de su esposo.

—Ya tengo tres osos, debería comprar peluches que no tenga.—Argumentó, deseando poder convencerlo con ello.

—Entonces vamos a buscar más animalitos. Alla hay una gondola llena.—Antes de que Taeyong pudiera replicar algo, Jaehyun tomó la mano libre de su esposo y lo guió rápidamente hacia una sección llena, pero REPLETA de peluches tamaño estándar, de muchísimas formas, tamaños y colores. La boca de Taeyong se abrió en asombro.—Elige el que quieras. Puedo esperarte todo lo que necesites.—

El fruto de nuestro amor 🍃 JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora