41 🍃 Just a bit more

5.1K 532 226
                                    





Estaba oscuro, muy oscuro.

Taeyong no sabía en donde se encontraba, ni porque estaba allí, pero sentía el impulso de caminar, él necesitaba caminar, hallar algo, pero ¿que?

Alrededor estaba muy sombrío. Las calles desiertas, sin un solo auto a la vista y a pesar de que había luces amarillas en lo alto, iluminado su camino, el sentía que no veía nada, no entre aquella densa niebla que cubría toda la ciudad. Siente su respiración irregular y no sabe a que se debe, pero empieza a acelerar el paso y su corazón da un doloroso saltó al escuchar una vocecita gritar.

¡Ayuda!

Taeyong siente que reconoce la voz, no sabe de que parte con exactitud, pero algo dentro de él le dice que ese grito va dirigido a él, que le estan llamando, entonces comienza a correr, pero cree que no ha avanzado nada cuando su abdomen duele y se sostiene de el mientras sus piernas se detienen.

Respira pesadamente y mira hacia abajo, notando que su barriga no esta tan grande como la recuerda. No, esta demasiado pequeña y eso le confunde, se siente asustado y un grito de dolor sale de su boca cuando el dolor aumenta. Sus piernas ceden y cae al suelo de rodillas al mismo tiempo que escuchá un nuevo grito.

¡Papá, ayuda!—Y puede divisar una luz a lo lejos junto a una pequeña silueta y entonces todo se desvanece.




Taeyong abrió los ojos de golpe, mirando hacia el oscuro techo de su habitación. Respirá agitadamente, su pecho subiendo y bajando y sudor frío cubría su frente. Otra pesadilla.

Sus ojos vuelven a cerrarse y toma una larga respiración, intentando tranquilizar su ritmo cardiaco. Aprieta más su amada almohada entre sus brazos para descargar un poco la adrenalina que le causó tan surrealista sueño.

Ese trimestre, tal como le había advertido su doctor, vino acompañado de muchos sueños vívidos, los cuales fueron aumentando en frecuencia y eran cada vez más y más confusos. La cosa era que no los entendía en absoluto, pero al despertar se sentía tan alterado que tardaba un buen rato en volver a dormirse y eso era extremadamente frustante tomando en cuenta que le costaba mucho conciliar el sueño en la noche debido a su inquietó bebé.

Al recordarlo casi de inmediato colocó una de sus manos sobre su barriga y suspiró aliviado al comenzar a acariciarla. Si, seguía igual de enorme que siempre. Su bebé continuaba allí y lo corroboró al momento de percibir sus movimientos nocturnos. Abrió los ojos nuevamente luego del alivió, pero pronto los volvió a cerrar, apretandolos al sentir una fuerte punzada en la parte baja de la columna y en su abdomen. Contuvo el aliento y abrió la boca, obligandose a si mismo a no quejarse y soltó el aire lentamente, en silenció. Abrió los ojos otra vez y miró hacía su barriga con su ceño ligeramente fruncido. Eso realmente había dolido.

No fue consciente de cuanto tiempo se quedó allí, solo mirando el enorme bulto en su abdomen, pero el dolor volvio, igual de fuerte que antes y obligándolo a sentarse sobre la cama. Apretó los ojos con fuerza, quitó la enorme almohada de su camino y apartó las cobijas de él. Colocó sus pies sobre el suelo y con esfuerzo logró colocarse de pie, caminó difícultosamente hasta llegar al baño de la habitación y se metió dentro. Casi tropieza al alcanzar el lavamanos y se sostuvo de el, sintiendo más molestia que antes.

—Oh, por Dios...—Vociferó con pesadez y quejándose por lo bajo se lavó el rostro, teniendo la esperanza de que la incomodidad pasaría rápido.

Estaba acostumbrado a sentir esa clase de dolores, su doctor le había explicado una y otra vez que se trataba de algo totalmente normal y que no tenía que preocuparé por ello, no obstante, Taeyong continúaba algo desconfiado al respecto, pero no quería volver a llamar a su doctor por esto, ya lo habia hecho 20 veces en el ultimo mes, no quería seguir molestando. Entonces se tragó las dudas y esperó que todo pasara.

El fruto de nuestro amor 🍃 JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora