El fruto de nuestro amor 🍃 Jaeyong

35 🍃 Lunch

Kun aseguró la puerta trasera del local mientras que Ten y Taeyong se encargaban de alistarse detras del mostrador. Taeyong sacudió un poco su cabello negro utilizando sus manos para dispersar un poco la harina que seguramente lo cubría y espero que aquello fuera sufuciente al no tener un espejo frente a él para verificarlo. Entrecerro sus ojos por la harina que volaba frente a él y la alejó utilizando sus manos para que el polvito no atacará a Lucas, pero fue demasiado tarde. El pequeño tomó aire y solto un tierno estornudo, Ten río por lo bonito que había sonado y luego de terminar de ponerse su chaqueta de cuero, sacó un pañuelo de uno de los bolsillos de esta y limpio la naricita del pequeño Qian, quien estaba sentado sobre el mostrador.

—Eres la cosita mas hermosa del universo.—Le dijo Ten al niño y Lucas levantó la cabecita para mirarlo con sus grandes ojitos.

—¿De veda?—Le preguntó con inocencia y Taeyong río junto con Ten por lo lindo que era.

—Por supuesto que si, mi amor. Dime quién te dijo lo contrario que le rompo la cara.—

—¡Chittaphon!—Le gritó Taeyong en formá de regaño y Lucas río divertido.

—¡Shitapun!—Imitó a su tio Yongie y Ten río entre un quejido parecido a un berrinche.

—¡No, bebé! ¡Tio Tenie!—Le corrigió de inmediato y Lucas volvió a soltar una risita por la carita de berrinche que le hacia su tío.

—¡Tio shitapun!—Pronunció muy alto y Taeyong se carcajeo, aunque tuvo que cubrirse la boca para que Ten no lo matara por lo que había causado.

—Escuchó risas, eso me agrada.—Dijo Kun al cruzar la puerta de la cocina y sonrió de solo ver a su hijo reír y no pudo evitar imitarlo al notar el rostro de Ten.—¿Y esa cara fea?—

—Fea tu ropa.—

—¡Uhhhh!—Taeyong volvió a cubrirse la boca y Kun entrecerro los ojos hacia Ten mientras que Lucas los miraba a ambos con atención y con un dedito dentro de su boca. Kun respiró hondo para contenerse.

—Tienes suerte de que mi hijo este presente.—Se limitó a decir y Ten le sacó la lengua para luego cargar a Lucas y encaminarse hacia la salida de la pastelería con tranquilidad. Taeyong río por lo bajo para no molestar más al gerente y tomó su mochila junto a la cajita rosa de macarrones para ir detrás de su mejor amigo. Kun suspiró, exasperado por culpa de aquellos dos y se encargó de apagar las luces del local mientras planeaba su posible venganza.

Cuando Kun colocó el cartel de cerrado en la puerta y la cerró con llave, caminaron juntos hacía el estacionamiento de la pastelería.

Kun fue el primero en despedirse, ya que no podía manejar a un ansioso Lucas que estaba desesperado porque su papá le comprará algo de comer, así que se fue en su auto con la esperanza de encontrar algún restaurante abierto y con una mesa disponible para ellos. Mientras tanto, Ten intentaba convencer a Taeyong de llevarlo a donde este quería ir, pero el mayor se negó repetidas veces, hasta que, como medida desesperada, le pidió al tailandés que fuera a entregarle la caja de macarrones al chico del delivery y le indicará hacia dónde llevarlos y obviamente, el menor aceptó para que su hyung no hiciera más esfuerzo del necesario y en cuanto Ten se dió la vuelta, Taeyong aprovechó para huir del lugar.

Se sintió mal al principio, pero necesitaba demostrar que el podía hacer algo tan simple como caminar unas cuantas cuadras sin compañía. Puede ser que su barriga sea un obstáculo, pero eso no lo hacía un inútil y lo iba a demostrar siempre que pudiera para que todos lo entendieran.

Se desplazó con tranquilidad por la acera durante unas cuantas calles desiertas hasta que el ruido de la fería lo alcanzó y de un momento a otro, ya estaba rodeado de gente y su aíre se encontraba invadido por una mezcla de olores que le hacían agua a la boca. Se mordió ligeramente el labio inferior al mismo tiempo que su mirada iba de aca para allá, viendo los puestos ambulantes y a las personas comiendo, ansiando poder probar también algo, pero una vocecita en su cabeza lo hizo reaccionar.