26 🍃 Enough

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Al princípio, cuando Taeyong descubrió que quería un bebé, experimentó una serie de sentimientos encontrados.

Por una parte, sentía anhelo, ilusión, felicidad por el hecho de dar un paso tan importante en sus vidas y por otro lado sentía inseguridad, pues no sabía que conllevaba un embarazo ni cuidar niños. A los 16 años había acompañado a su hermana mayor durante su primer embarazo, pero de allí, no supo nada más. No sabía si eso podría considerarse suficiente.

Poco tiempo después, cuando se enteraron que estaba embarazado, se sintió tan feliz. Aolo podía pensar en cosas buenas; Antojos, ultrasonidos, cuidados, atención y muchos muchos mimos para él y su bebé, pero no todo resultó ser bueno después de todo.

Omitiendo el hecho de que sufría ataques de vómito cada vez que olía lechuga o comía chocolate y que tenía que tragarse dos pastillas gigantes recomendadas por su doctor, también estaba la obligación de hacerse examenes en el hospital almenos 4 veces durante y después del embarazo. Estaba a punto de hacerse el numero 3 correspondiente al sexto mes de embarazo y no estaba para nada emocionado de que le clavaran una aguja y le sacaran sangre. Siempre terminaba llorando después de los análisis, por eso los odiaba, le tenía tanto miedo a las agujas.

También estaba el asunto de que a partir de las 18 semanas el doctor le había dicho a Taeyong que debería asistir a clases de yoga con Jaehyun para ir preparando su cuerpo y mente para el gran día. Taeyong no tuvo problema con ello, de hecho le pareció divertido y lo hubiese sido, si no fuese porque las clases eran muy temprano en la mañana y duraban dos horas enteras. Ademas del hecho de que no había ningún chico aparte de él en la clase, solo mujeres y Taeyong no se sentía cómodo porque ninguna quería ser su amiga y él no las quería como tal tampoco debido a que había algunas que miraban de más a Jaehyun y no le gustaba eso. Taeyong no era una persona celosa ¡Pero si intolerante! Prefería mil veces estar en casa comiendo avena con sandía que malgastar dos horas de su vida en una sesión de yoga que lo ponía tan tenso.

Un suave suspiro salió de los labios del pelinegro cuando decidió dejar de pensar en lo mucho que odiaba sus obligaciones y miró desde su lugar, sentado sobre una almohadilla, como Jaehyun entrenaba en las maquinas no muy lejos de él. El lugar donde hacían yoga estaba en el mismo piso que el del gimnasio al que solían asistir para entrenar. Taeyong extrañaba un poco esos días y sabía que pasaría un largo tiempo hasta volver a ejercitarse, aun después de dar a luz a su bebé, aunque tranquilamente podía conformarse solo viendo como Jaehyun se ejercitaba. La manera en la que sus músculos se tensaban con cada movimiento y como el sudor cubría su piel era un gran espectáculo para sus ojos.

No fue consciente de cuánto tiempo se había quedado mirando a su esposo como un adolecente enamorado, pero reaccionó en cuanto vió a este acercarse a él mientras se limpiaba el sudor de la cara. Taeyong parpadeó algo aturdido cuando Jaehyun le dio una pequeña caricia debajo del menton, haciendo que un ronroneo se atorara en su garganta.

—¿Ocurre algo, cariño?—Preguntó el castaño, procediendo a sentarse delante de su esposo para que este no tuviese que estirar la cabeza hacia arriba para mirarlo, no quería que se lastimara el cuello. Taeyong sonrió con suaviza ante su lindo gesto y ladeo un poquito la cabeza.

—Estoy aburrido.—Manifestó, haciendo un pequeño puchero, Jaehyun sonrió enternecido al verlo.

—La clase de Yoga empezará en 20 minutos. Solo espera un poco más, bebé.—Dijo a la vez que se entretenía dando delicadas caricias en el rostro de su gatito, mirándolo con cariño. Taeyong arrugó un poco su naricita.

—La clase de yoga también es aburrida.—Refunfuñó, procediendo a cruzarse de brazos y eso solo logró enternecer aun más a Jaehyun.

—¿Quieres volver a casa?—Preguntó el castaño, a lo que Taeyong asintió, con su puchero más pronunciado y mirando a Jaehyun con su mejor mirada de súplica. Jaehyun suspiró suavemente, no pudiendo luchar contra esa carita.—Si eso quieres, esta bién.—Cedió, ganándose una gran y preciosa sonrisa de felicidad proveniente de su esposo y un rápido besito en los labios.

El fruto de nuestro amor 🍃 JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora