32 🍃 Unpredictable

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Las citas con el doctor Junmyeon se habían vuelto más recurrentes, cambiando de una vez al mes a cada dos semanas y finalmente, a una vez cada semana, sin excepción alguna. El control se había vuelto más riguroso, los doctores intentaban mantener todo bajo control para no encontrarse con ninguna sorpresa indeseable más adelante.

Taeyong no tenía problema alguno con ver a su doctor tan seguido, pero si le preguntaban, prefería mil veces quedarse en casa durmiendo horas y horas abrazado su preciosa almohada que tener que despertarse a las 6 de la mañana para salir a la calle, con el potente sol primaveral dándole en la cara. Es que tener una obligación más que agregar a su larga lista, ciertamente no era agradable.

Aun asi, pese a lo que Taeyong desearía, no era como si pudiese reclamar algo ni negarse a las exigencias de su doctor. Ellos sabían que aquellas citas eran completamente necesarias para poder tener un control riguroso y anticipar cualquier inconveniente o complicación que se pudiese presentar. No obstante, Taeyong sabía, que sin importar cuánto se asegurarán o calcularan lo que pasaría a futuro, todo terminaría siendo impredecible, porque asi era la vida, dando siempre una que otra sorpresa. Pero bueno, hay que darle el gusto al ser humano de pensar que tiene el control sobre algo que estaba completamente fuera de su alcance como el futuro.

Los pensamientos de Taeyong cambiaron completamente de rumbo cuando un auto se detuvo junto a ellos. Se tragaba de una minivan manejada por una mujer, en los asientos traseros se podía ver un niño jugando con un peluche mientras que a su lado un bebé dormia cómodamente dentro de un asiento para autos color rojo. Los ojos de Taeyong se iluminaron y permanecieron en aquel punto, observando encantado como el precioso niño dormía plácidamente allí, hasta que ambos vehículos avanzaron nuevamente y Taeyong perdió de vista la minivan cuando esta se desvío por otro camino. Las manos de Taeyong se posaron por inercia sobre su abultada pansita de 7 meses, acariciando por encima de su ropa, sintiendo como su bebé pateaban apenas, sin los ánimos suficientes como para patear mas fuerte, como su papi Taeyong, él prefería dormir que hacer alguna cosa tan temprano. Un suave suspiró salio de entre los labios de Taeyong y se giró hacia Jaehyun, observando su bonito perfil mientras tomaba valor para hablar.

—Hyunie...—Llamó con suavidad, perturbando aquel silencio tan ameno que se había creado en el auto desde que salieron de casa.

—¿Si, cariño?—Contestó el menor, no queriendo despegar la vista de la carretera, pero prestándole total atención a su esposo.

—¿Cuando compraremos el asiento para el auto?—Preguntó al fin.

Jaehyun realizo una pequeña mueca pensativa ante la pregunta, mirando directamente hacia la carretera.

—¿Crees que ya es tiempo?—Contestó con otra pregunta, a lo cual Taeyong frunció ligeramente los labios.

—Si.—Contestó el mayor, cambiando su perspectiva hacia los asientos traseros del auto, los cuales se encontraban vacíos, sin nada sobre ellos.

—Si me dejas opinar, cariño...—Comenzó Jaehyun, logrando que Taeyong regresará sus ojos hacia él.—Yo creo que hasta podriamos dejar el asiento para el final.—Continuó, provocando que Taeyong lo mirase con intriga, contemplando la manera en la que el menor sonreía con suavidad, sin enseñar sus dientes.—Algo me dice que cuando nuestro bebé nazca, no querrás soltarlo en ningun momento y esa sillita para autos que tanto crees necesaria ahora,  probablemente quede arrinconada sin usar hasta que el bebé cumpla 1 año o sea tan inquieto que ya no puedas sostenerlo en tus brazos.—

Taeyong quedo en silenció unos segundos, pensando en las palabras de su esposo, considerando la posibilidad y aceptando que sería totalmente cierto porque él solía ser tan predecible que no dudaba que Jaehyun tuviese razón.

El fruto de nuestro amor 🍃 JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora