13 🍃 Unexpected

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Otra agradable mañana, otro día menos que contar en el calendario. Taeyong despertó después de la alarma otra vez. Jaehyun había entrado a la habitación y le había dado un beso en la frente, despertandolo y diciéndole suavemente que el desayuno estaría listo en unos minutos, que no tardará mucho en bajar. Taeyong asintió somnoliento y Jahyun depósito un beso más en la cabeza de Taeyong y salió de la habitación para verificar que nada se estuviese quemando en la cocina.

El pelinegro fue directo al baño para lavarse los dientes y lavar su rostro. Cinco minutos después ya estuvo afuera de la habitación, peró en cuanto cerro la puerta miró impulsivamente hacia los lados, dando con la habitación de invitados que llevaba sin habitarse por aproximadamente dos años. La última vez había sido cuando Ten y Johnny se habían quedado a dormir luego de una maratón de películas y pizza que duro más de lo que pensaron. Solian tener ese tipo de actitudes adolecentes, a veces olvidaban que eran adultos.

Taeyong se le quedo mirando a la puerta blanca y luego vió hacia las escaleras, pensando en si bajar o curiosear un poco.

Los panqueques de avena podrían esperar.

El pelinegro caminó hasta la puerta y la abrió, entrando a la habitación de invitados que ahora mismo solo era un cuarto con muchas cajas. Taeyong suspiró desde el centro de la habitación, examinando casa rincon de la monótona parte gris de la casa con dos ventanas, tan simple y aburrida. Recorrió un poco el lugar, pasando junto a las cajas de diferentes tamaños y latas de pintura azul cielo sin abrir.

Una de las cajas era grande, se trataba se una cuna blanca que Taeyong habia insistido demasiado en comprar antes que nada. Otras cajas eran medianas, allí habia juguetes que les habian regalado para su bebé y en las más pequeñas había ropa, ropita que les habia llovido a montón, tanto de sus amigos como familiares. Ni siquiera pensaban que su bebé pudiese usar todas las prendas antes de que creciera lo suficiente como para que no le entrasen, pero no importaba, Taeyong no desperdiciaría esa ropita, a algun otro bebé le iba a servir de mucho.

Taeyong sonrió al ver un osito de peluche sobresalir de una de las cajas y lo recogió. Acarició un poquito el suave pelaje y recorrió los extremos de la habitación, extendiendo un brazo para tocar las grises paredes, que pronto tomarían un color llamativo y lucirán más hermosas que nunca con los dibujos que Taeyong plasmaria en ellos. La visualización hizo sonreír a Taeyong tan grande y hermoso. No podía esperar a que el fin de semana llegara y Jaehyun y él se pasen todo el domingo remodelando el cuarto y terminen manchados de pintura azul por todas partes.

Jaehyun se había preocupado al no tener señales de Taeyong por un buen rato. Dejó el desayuno abandonado en la mesa y subió las escaleras hasta la habitación principal, pero la puerta entreabierta del cuarto de invitados le ahorró el buscar en su habitación compartida a Taeyong y sufrir un ataqué de nervios al no encontrarlo allí.

Empujó la puerta suavemente, encontrando a Taeyong mirando la habitación concentrado, con un oso de peluche entre sus manos y la simple imagen lo hizo sonreír.

—¿En que piensas, cariño?—Preguntó el castaño, causando que Taeyong se volteara de inmediato y mirase a Jaehyun con sus mofletes un poco sonrosados y una sonrisa dulce en sus labios.

—En lo hermosa que se vera está habitación cuando terminemos con ella.—Jaehyun sonrió y miró alrededor, teniendo su propia imagen mental de la habitación remodelada.—Cuando la pintura se haya secado, dibujare unas nubes aquí.—Se acercó a una pared para pasar su mano por donde se referia —Y unas patitas de perrito por aqui...—Paso a otra pared, haciendo una especie de zig zag imaginario.

El fruto de nuestro amor 🍃 JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora