18 🍁 You're not my friend

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Otro sábado, otra visita de los Choi a la casa de los Lee y otra tarde para Taeyong y Henry, en la que harían otra cosa aparte de hablar, jugar y molestarse mutuamente.

En el momento en que la puerta principal fue golpeada, anunciando la salida de los señores Choi, Taeyong arrastró a Henry fuera de su habitación y lo guió hasta la cocina.

—Bien, manos a la obra camarada.—Taeyong dió un aplauso antes de recorrer toda la cocina buscando harina, huevos y cualquier otra cosa que Henry pudiera necesitar.

Henry suspiró, intentando ignorar su nerviosismo al hacer algo que no tendría que estar haciendo en realidad y remango las mangas de su camiseta. Si Taeyong quería Dumplings, Henry se los prepararía.

Se lavó las manos mientras Taeyong terminaba de dejar cuantas cosas el considerara necesarias y luego tomó asiento en la mesa. Recargo su cabeza sobre las palmas de sus manos y observó con atención como Henry recogía cosa por cosa y las vertía dentro de un recipiente. Al colocar la harina está salio volando y creó una nube. Taeyong soltó una risita, le encantaba cuando aquello pasaba y Henry no pudo evitar sentirse fascinado por ello también, más que nada porque la emoción de Taeyong era muy contagiosa.

La mezcla fue amasada y envuelta en papel film para luego ser cubierta por un trapito tibio y dejada en un lugar caliente para que leude. Taeyong se traslado de lugar, ahora sentándose sobre la barra de la cocina para observar como Henry salteaba los vegetales y la carne que servirían como el relleno. Abrió la boca en cuanto Henry le ofreció una probada e hizo un sonido de aprobación, fingiendo desmayarse, lo cual hizo carcajear al cocinero.

Cuando el relleno estuvo listo, lo dejó enfriar mientras sacaba la masa del recipiente y le quitaba el film. La amasó un poco e hizo 8 pequeñas bolitas con toda la masa que luego amasó un poco. Taeyong le trajó el sarten con el relleno y Henry empezó a armar los dumplings.

—¿Puedo darle una mordida?—Preguntó Taeyong, haciéndole ojitos a Henry para que lo dejará, pero este negó, resistiéndose ante los encantos del pelinegro.

—No, la masa esta cruda, te puede dar salmonela.—

—Me como mis propias masas de galletas y aun sigo bien.—

—Eso no quiere decir que sea algo que debas hacer.—

—¡Anda~! Solo un trocito y no te molesto más.—Rogó, haciendo un pequeño puchero y bueno, Henry no pudo resistirse a eso.

Cortó un pedacito casi diminuto de la masa y lo llevo a la boca de Taeyong, quien lo recibió gustoso, pero al cerrar la boca, mordió accidentalmente el dedo de Henry y este río, porque se había sentido como si un gatito bebé lo hubiese mordido.

Pronto los dumplings estuvieron armados y solo quedo cocinarlos en la vaporera de bambú, en la cuál estuvieron listos en 30 minutos que ellos aprovecharon limpiando la cocina debido a que Taeyong era un maniático de la limpieza y Henry no podía escaparse de ello.

Ambos se sentaron en la mesa con el plato de dumplings frente a ellos y Henry le entrego los palillos a Taeyong para que los probará primero. Emocionado, Taeyong atrapó uno entre los palillos y se lo llevó a la boca, dándole una buena mordida. Sus ojos relucieron al masticar y sus ojos se cerraron para agudizar mejor su sentido del gusto.

—Estoy nockeando.—Espetó el pequeño azabache y Henry río por lo bajo, admirando la manera en la que Taeyong comía con tanto entusiasmo y gusto lo que el había preparado.—Yo jamas me equivoco.—Presumió y Henry alzó una ceja.

—Ajam, ¿En que no te haz equivocado ahora señor yo siempre tengo la razón?—Bromeó y Taeyong río con la boca llena.

—Sabía que ibas a ser el mejor chef del mundo.—Declaró y Henry sonrió apenas.

El fruto de nuestro amor 🍃 JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora