24 🍃 It's okay

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Taeyong estaba a punto de dormirse en su asiento debido al largo trayecto del viaje.

Se trataba de una noche de sábado bastante activa. Personas conducían sus autos, tal vez yendo a una reunión con amigos, o a un club nocturno, o quizas solamente se dirigían a casa a descansar del ajetreado día. Taeyong intentó adivinar a cual de esos.tres lugares se dirigía cada auto que aparecía de su lado de la ventana para evitar dormirse mientras Jaehyun conducía hacia la casa de los Choi.

La noche de la dichosa cena había llegado y ellos debían cumplir un horario. Tenían que estar ahí porque Taeyong había dicho que iría y Jaehyun aseguró que lo acompañaría, si no fuese asi tal vez ambos estarían haciendo otra cosa esa noche, algo más agradable y a gusto para los dos, pero no, Taeyong tuvo que decir que si y llevaba todo el día arrepintiéndose de ello.

¿Que pensaba ganar de esta cena? Hablar con el señor Choi, claro, pero este no sería el unico que lo estaría esperando allí. También estarían sus hijos y su esposa, y eso podría significar muchos problemas, los cuales podrían agrandarse con la presencia de Jaehyun.

Hablando de él, Jaehyun estaba demasiado callado esa noche. No decía ni una palabra y Taeyong tampoco, pues no tenía tema de conversación esa noche. Sentía que su lengua no tenía ganas de trabajar ni su cerebro de pensar en otra cosa que no fuesen los pensamientos que lo llenaban de ansiedad.

Por primera vez en todo su matrimonio, Taeyong tuvo inseguridad de tomar la mano de Jaehyun, pues se veía tan tranquilo y sereno, como una bomba a punto de estallar y Taeyong no quería detonarla, por lo que optó por simplemente juntar sus propias manos y frotarlas juntas, buscando camuflar la forma en la que temblaban como dos hojitas en otoño.

Miró hacia abajo, en dirección a sus pies y examinó su calzado sin mucho interes. Ya no quería mirar por la ventana, tan solo quería que el tiempo se detuviera allí hasta que se sintiera listo, porque definitivamente en ese momento no lo estaba.

El auto se detuvo una vez más. Taeyong deseó que solo se tratase de una luz roja, pero cuando Jaehyun apagó el motor y escuchó el sonido de las llaves siendo extraídas, Taeyong supo que habían llegado a su destino.

De manera vacilante, vió por su ventanilla, encontrando una casa grande y bonita. Algo en el interior de Taeyong se relajo y pudo soltar un suave suspiro de alivio. Al menos no era la misma casa de la última vez. Eso hizo que su ansiedad descendiera, pero solo un poquito.

Desabrochó su cinturón de seguridad sin mucho entusiasmó y dio un pequeño saltó en su asiento cuando Jaehyun tomó una de sus manos. Taeyong lo volteó a ver y sus mejillas se sintieron calentitas por la manera tan fija en la que su marido lo observaba.

—Si te sientes mal, incómodo o inseguro allí, me lo haces saber ¿Esta bién?—Dijó el menor y Taeyong asintió, demasiado concentrado en los ojos de Jaehyun como para decir algo. Eran tan bonitos y tan capaces de detener su mundo por un ratito.

Suspiró suavemente en cuanto el castaño coloco una mano sobre su mejilla y se acerco para darle un pequeño beso en la boca.

—Te amo, Yongie.—Y como por arte de mágia, Taeyong sonrió, pequeñito, pero tan sincero.

—Y yo te amo a ti.—


[🍃]


Jaehyun y Taeyong caminaron con parsimonia hacia la enorme casa, deteniéndose al posarse delante de la puerta de entrada. Ambos se encontraban tomados de las manos hasta ese punto, pero lamentablemente tuvieron que desenlazar sus manos por respeto a las personas dentro de la casa. Taeyong se sintió triste nuevamente, sintiendo la falta de calor y extrañando la seguridad que Jaehyun le transmitía con ese simple acto, pero se obligó a no prestarle atención a esas cosas infantiles.

El fruto de nuestro amor 🍃 JaeyongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora