the watcher | harry potter

21. La primera prueba

Arlina iba platicándole a Cedric sobre su más reciente visión, ocurrida cuando hizo contacto con Harry, mostrándose preocupada por el terrorífico dragón. Pero, en lugar de interrogarla o asustarse, Cedric empezó a burlarse y a picarle las costillas para hacerla reír y avergonzarla.

Se sentía tan feliz de ver a su amiga por fin armarse de valor, después de cuatro años, para hablarle al chico que le gustaba. Presenciar su sonrojo era algo que tenía que aprovechar para burlarla, así como ella lo hacía cuando él mencionaba a Cho Chang.

—¡Basta, Ced! —le decía entre risas— Debería ir camino al Invernadero. ¡Sprout me va a regañar por llegar tarde!

—Oh, ¡por favor! —le dijo, poniendo los ojos en blanco— Sprout te ama.

Arlina abrió la boca para negar lo que ella sabía que era verdad, cuando la mochila de Cedric se rasgó. Libros, plumas y rollos de pergamino se esparcieron por el suelo y varios frascos de tinta se rompieron.

—No se preocupen —dijo Cedric con tono irritado, a sus amigos de sexto que venían unos pasos adelante, cuando se inclinaron para ayudarlo a recoger las cosas—. Sólo díganle a Flitwick que no tardaré.

Arlina se agachó para ayudarlo.

—Hola —saludó Cedric, recogiendo un ejemplar de Guía de la transformación, nivel superior salpicado de tinta—. Se me acaba de descoser la mochila... a pesar de ser nueva.

Arlina levantó la mirada, confundida sobre a quién le hablaba Cedric, y se dio cuenta de que Harry estaba a unos pasos de ellos.

—Arlina —le dijo Harry sin más preámbulos—. Tu... visión, ¿la recuerdas?

—¿La del dragón? —preguntó, con una ceja arqueada.

—Sí —dijo, asintiendo ansiosamente—. Ya sé qué significa. Es sobre la prueba. La primera prueba son dragones.

—¿Qué? —exclamó Cedric, levantando la mirada.

—Dragones —repitió Harry, hablando con rapidez—. Han traído cuatro, uno para cada uno, y tenemos que burlarlos.

Harry vio los ojos grises de Cedric conectarse con los azules de Arlina, llenos del pánico que lo embargaba a él desde que Hagrid lo llevó a ver a los dragones.

—¿Estás seguro? —inquirió Cedric en voz baja.

Arlina parecía estar en shock.

—Completamente —respondió Harry—. Los he visto.

—Pero ¿cómo te enteraste? Se supone que no podemos saber...

—No importa —contestó Harry con premura—. Pero no soy el único que lo sabe. A estas horas, Fleur y Krum ya se habrán enterado, porque Maxime y Karkarov también los vieron.

Arlina se levantó a la vez en que Cedric lo hizo con los brazos llenos de plumas, pergaminos y libros manchados de tinta y la bolsa rasgada colgando y balanceándose de un hombro. Cedric miró a Harry con una mirada desconcertada y algo suspicaz, mientras Arlina empezaba a ponerse pálida.

—¿Por qué me lo has dicho? —preguntó.

Harry lo miró, sorprendido de que le hiciera aquella pregunta. Desde luego, Cedric no lo habría hecho si hubiera visto los dragones con sus propios ojos. Pero Harry no habría dejado ni a su peor enemigo enfrentarase a aquellos dragones sin previo aviso. Bueno, tal vez a Malfoy y a Snape...

—Es justo, ¿no te parece? —le dijo a Cedric— Ahora todos lo sabemos... Estamos en pie de igualdad, ¿no?

Arlina por fin pareció reaccionar y sonrió levemente. Cedric seguía mirándolo con suspicacia cuando escucharon un golpeteo que les resultaba conocido. Moody salía de un aula cercana.