38. Decreto de Enseñanza

9.1K 1K 153
                                    


Arlina y Greg se encontraron en la Sala Común para ir a desayunar juntos, hablando acerca de la idea que había tenido él de trabajar en una nueva jugada, bautizada como "voltereta con derrape", en el entrenamiento de la noche anterior, y hasta que llegaron al otro extremo de la iluminada Sala Común no se fijaron en un nuevo elemento que ya había atraído la atención de un pequeño grupo de estudiantes.

En el tablón de anuncios de Hufflepuff habían colgado un enorme letrero, tan grande que tapaba casi todos los demás carteles. El nuevo letrero estaba escrito con grandes letras negras, y al final había un sello oficial junto a una pulcra firma cargada de florituras.

Por orden de la Suma Inquisidora de Hogwarts:

De ahora en adelante quedan disueltas todas las organizaciones y sociedades, y todos los equipos, grupos y clubes.

Se considerará organización, sociedad, equipo, grupo o club cualquier reunión asidua de tres o más estudiantes.

Para volver a formar cualquier organización, sociedad, equipo, grupo o club será necesario un permiso de la Suma Inquisidora (profesora Umbridge).

No podrá existir ninguna organización ni sociedad, ni ningún equipo, grupo ni club de estudiantes sin el conocimiento y la aprobación de la Suma Inquisidora.

Todo alumno que haya formado una organización o sociedad, o un equipo, grupo o club, o bien haya pertenecido a alguna entidad de este tipo, que no haya sido aprobada por la Suma Inquisidora, será expulsado del colegio.

Esta medida está en conformidad con el Decreto de Enseñanza n.° 24.

Firmado: Dolores Jane Umbridge, Suma Inquisidora.

Arlina y Greg leyeron el letrero por encima de las cabezas de un grupo de afligidos alumnos de segundo.

—Esto no puede ser una coincidencia —afirmó Greg con el ceño fruncido—. La profesora Umbridge lo sabe.

—Es imposible —replicó Arlina de inmediato.

—En aquel pub había gente escuchando —insistió—. Y seamos realistas: no sabemos con certeza en cuántas personas de las que se presentaron podemos confiar. Cualquiera de ellas pudo ir corriendo a contárselo a Umbridge... ¡Zacharias! —exclamó, dándose con el puño en la palma de la otra mano— O ese Michael Corner, él también tenía un aspecto sospechoso.

—Es imposible —repitió Arlina en voz baja.

—Arli, sólo porque tú eres honrada y digna de confianza, no quiere decir que...

—No, es imposible porque Hermione me preguntó qué podríamos hacer para averiguar si alguien iba de soplón, y se me ocurrió que un embrujo en el rollo de pergamino en que firmamos todos podría ser un buen método —explicó gravemente—. Hermione lo hechizó, así que, créeme, si alguien le ha dicho algo a Umbridge, sabremos exactamente quién ha sido y te aseguro que lo lamentará.

—A veces te tengo miedo —confesó suspirando—. ¿Puedo saber qué le pasará? —preguntó, intrigado.

—Bueno, para que te hagas una idea —contestó—, parecerá que el acné de Eloise Midgeon se trata solamente de unas cuantas pecas. Vamos a desayunar y veamos qué piensan los demás... Seguramente colgaron el letrero en todas las casas.

En cuanto entraron en el Gran Comedor confirmaron que el letrero de la profesora Umbridge no había aparecido únicamente en la sala de Hufflepuff. En el comedor se percibía un rumor de una intensidad peculiar y una agitación mayor que la habitual: los alumnos iban y venían por sus mesas, comentando unos con otros lo que habían leído. Arlina y Greg acababan de sentarse con Harry, Ron y Hermione cuando Neville, Dean, Fred, George y Ginny formaron un corro a su alrededor.

the watcher | harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora