La multitud gritaba muchísimo, pero Arlina ni sabía ni le preocupaba si eran gritos de apoyo o abucheo. Sólo miraba atentamente a Harry, quien lo primero que hizo fue levantar la varita.
—¡Accio Saeta de Fuego! —gritó.
Harry aguardó, confiando y rogando con todo su ser. Si no funcionaba, si la escoba no acudía... Le parecía verlo todo a través de una extraña barrera transparente y reluciente, como una calima que hacía que el cercado y los cientos de rostros que había a su alrededor flotaran de forma extraña...
Y entonces la oyó atravesando el aire tras él. Se volvió y vio la Saeta de Fuego volar hacia allí por el borde del bosque, descender hasta el cercado y detenerse en el aire, a su lado, esperando que la montara. La multitud alborotaba aún más... Bagman gritaba algo... pero los oídos de Harry ya no funcionaban bien, porque oír no era importante...
Pasó una pierna por encima del palo de la escoba y dio una patada en el suelo para elevarse. Un segundo más tarde sucedió algo milagroso.
Al elevarse y sentir el azote del aire en la cara, al convertirse los rostros de los espectadores en puntas de alfiler de color carne y al encogerse el colacuerno hasta adquirir el tamaño de un perro, comprendió que allá abajo no había dejado únicamente la tierra, sino también el miedo: por fin estaba en su elemento.
Aquello era sólo otro partido de quidditch... nada más, y el colacuerno era simplemente el equipo enemigo...
Miró la nidada, y vio el huevo de oro brillando en medio de los demás huevos de color cemento, bien protegidos entre las patas delanteras del dragón.
—Bien —se dijo Harry a sí mismo—, tácticas de distracción. Adelante.
Descendió en picada. El colacuerno lo siguió con la cabeza. Sabía lo que el dragón iba a hacer, y justo a tiempo frenó su descenso y se elevó en el aire. Llegó un chorro de fuego justo al lugar en que se habría encontrado si no hubiera dado un viraje en el último instante... pero a Harry no le preocupó: era lo mismo que esquivar una bludger.
—¡Cielo santo, vaya manera de volar! —vociferó Bagman, entre los gritos de la multitud— ¿Ha visto eso, señor Krum?
Harry se elevó en círculos. El colacuerno seguía siempre su recorrido, girando la cabeza sobre su largo cuello. Si continuaba así, se marearía, pero era mejor no abusar o volvería a echar fuego.
Se lanzó hacia abajo justo cuando el dragón abría la boca, pero esta vez tuvo menos suerte. Esquivó las llamas, pero la cola de la bestia se alzó hacia él, y al virar a la izquierda uno de los largos pinchos le raspó el hombro. La túnica quedó desgarrada.
Le escocía. La multitud gritaba, pero la herida no parecía profunda. Sobrevoló la espalda del colacuerno y se le ocurrió una posibilidad...
El dragón no parecía dispuesto a moverse del sitio: tenía demasiado afán por proteger los huevos. Aunque retorcía la cabeza y plegaba y desplegaba las alas sin apartar de Harry sus terribles ojos amarillos, era evidente que temía apartarse demasiado de sus crías. Así pues, tenía que persuadirlo de que lo hiciera, o de lo contrario nunca podría apoderarse del huevo de oro. El truco estaba en hacerlo con cuidado, poco a poco.
Empezó a volar. Primero por un lado, luego por el otro, no demasiado cerca para evitar que echara fuego por la boca, pero arriesgándose todo lo necesario para asegurarse de que la bestia no le quitaba los ojos de encima. La cabeza del dragón se balanceaba a un lado y a otro, mirándolo por aquellas pupilas verticales, enseñándole los colmillos...
Remontó un poco el vuelo. La cabeza del dragón se elevó con él, alargando el cuello al máximo y sin dejar de balancearse como una serpiente ante el encantador.
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the watcher | harry potter
Fanfiction❝ Arlina estuvo para Harry cuando él menos lo esperó, y Harry estuvo para Arlina cuando ella más lo necesitó ❞ UNIVERSO DE HARRY POTTER. CELESTE STONE. © 2021. #1 HARRYPOTTER [03/10/19] #1 HUFFLEPUFF [13/01/19] #1 HARRYPOTTERFANFIC [03/10/19] #1 HOG...