31. El boggart

13.1K 1.3K 232
                                    


Cuando Arlina salió de su trance, inmediatamente se levantó y salió corriendo con la imagen del cadáver de Ron Weasley. Apenas bajó unos escalones para buscar a Garrett y decirle de su predicción, escuchó unos sollozos que provenían de la primera habitación de ese piso. Ni siquiera dudó en abrir la puerta y entrar, llevándose una mezcla de sorpresa y alivio.

—¡Ri-ri-riddíkulo! —sollozaba la señora Weasley, apuntando con su temblorosa varita al cuerpo de Ron, que estaba tumbado boca arriba con los brazos y las piernas extendidos y los ojos muy abiertos e inexpresivos.

¡Crac! El cuerpo de Ron se transformó en el de Bill. La señora Weasley sollozó aún más fuerte. Arlina no había predicho la muerte de Ron, sino el boggart que Molly enfrentaría.

—¡Ri-riddíkulo! —volvió a exclamar.

El cuerpo del señor Weasley sustituyó al de Bill; llevaba las gafas torcidas y un hilillo de sangre resbalaba por su cara. Al comprender que Molly ya no se encontraba en un estado lo suficientemente capaz para enfrentar su mayor miedo, Arlina sacó su varita y se posicionó frente al boggart.

Ante tal acción, el boggart rápidamente cambió el cuerpo del señor Weasley por el de Cedric. Estaba tal cual como lo vio antes de internarse al laberinto. Lucía hermoso y con una pequeña sonrisa, mirándola fijamente.

Arlina sintió que se le desgarraba el corazón y sonrió, ilusionada con verlo otra vez. Era tan real, que se olvidó del boggart, hasta que un destelló de luz verde impactó contra él y sus ojos perdieron vida al caer.

Gritó con todas sus fuerzas. Su corazón latía con fuerza contra su pecho. Quería acercarse y abrazarlo, pero sus pies no se movían. Deseaba estar ahí para él, como no lo estuvo en su muerte. Su peor pesadilla se estaba volviendo realidad justo frente a sus ojos: Cedric moría frente a ella, y no podía hacer nada al respecto, ni siquiera decirle cuánto lo amaba, ni siquiera pudo verlo venir.

Como un torbellino, Harry, Garrett, Remus, Sirius y Moody entraron corriendo en la habitación.

—¿Qué está pasando aquí?

Garrett miró a Arlina y después el cadáver de Cedric en el suelo. Lo entendió todo en un instante. Sólo tomó un segundo para que el boggart reemplazara el cadáver de Cedric por el de Arlina cuando Garrett se interpuso. Ni siquiera tembló cuando sacó su varita y exclamó con voz firme y clara:

—¡Riddíkulo!

La criatura se convirtió en una bocanada de humo. Remus ya se estaba llevando a la señora Weasley mientras Arlina lloraba de rodillas en la alfombra, mirando el espacio donde antes estuvo el boggart.

—Arlina —dijo Garrett con tono sombrío acercándose a ella. Sus mejillas estaban empapadas de lágrimas mientras se abrazaba a sí misma. Se veía débil, vulnerable, derrotada—. Sólo era un boggart —susurró para tranquilizarla, agachándose para rodearla con sus brazos—. Sólo era un estúpido boggart...

Arlina se encerró en su habitación el resto de los días de vacaciones que quedaron. Se había negado a ver a cualquiera, excepto a Garrett y a Winky. La señora Weasley, como agradecimiento a Arlina por tratar de ayudarla con el boggart, le cocinó otra deliciosa tarta de calabaza.

Desde esa tarde, Harry no volvió a ver a Arlina hasta que fue el momento de ir a King's Cross. Cuando llegaron a la estación 9¾, Garrett detuvo a Arlina antes de que se subiera al tren.

—Yo...

Por primera vez, vio señales de duda y nerviosismo en los ojos de su tío. Parecía ansioso y preocupado.

the watcher | harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora