23. Luka Petrov

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Esa tarde, Harry disfrutó mucho la clase de Adivinación. Seguían con los mapas planetarios y las predicciones, pero Arlina ahora era su amiga y lo ayudaba a él y a Ron en todo. La profesora Trelawney, que se había mostrado tan satisfecha con Ron y Harry por su nuevo y mejorado progreso, volvió a enfadarse de la risa tonta que les entró en medio de su explicación de las diversas maneras en que Plutón podía alterar la vida cotidiana. Arlina tuvo que codearlos a los dos para que dejaran de burlarse.

—Me atrevo a pensar —dijo en su voz tenue que no ocultaba el evidente enfado— que algunos de los presentes —miró reveladoramente a Harry— se mostrarían menos frívolos si hubieran visto lo que he visto yo al mirar esta noche la bola de cristal. Estaba yo sentada cosiendo, cuando no pude contener el impulso de consultar la bola. Me levanté, me coloqué ante ella y sondeé en sus cristalinas profundidades... ¿Y a que no dirían lo que vi devolviéndome la mirada?

—¿Un murciélago con gafas? —dijo Ron en voz muy baja.

Arlina y Harry hicieron enormes esfuerzos para no reírse.

—La muerte, queridos míos.

Parvati y Lavender se taparon la boca con las manos, horrorizadas.

—Sí —dijo la profesora Trelawney—, viene acercándose cada vez más, describiendo círculos en lo alto como un buitre, bajando, cerniéndose sobre el castillo...

Arlina tuvo escalofríos. Ella sabía que la profesora sí era en realidad una vidente, y sus predicciones siempre acertaban.

Después de la clase de Adivinación, la profesora Sprout pidió a los alumnos de Hufflepuff que se reunieran en la Sala Común para un aviso importante. Arlina llegó a sentarse entre Cedric y Greg en un sofá largo.

—Silencio, muchachos, silencio. Bueno, como su directora de casa, es mi deber decirles que se acerca el baile de Navidad: constituye una parte tradicional del Torneo de los Tres Magos y es al mismo tiempo una buena oportunidad para relacionarnos con nuestros invitados extranjeros. Al baile sólo irán los alumnos de cuarto en adelante, aunque si lo desean pueden invitar a un estudiante más joven... Será obligatoria la túnica de gala. El baile tendrá lugar en el Gran Comedor, comenzará a las ocho en punto del día de Navidad y terminará a medianoche —dijo, y recorrió la sala muy despacio con la mirada—. El baile de Navidad es por supuesto una oportunidad para que todos nos divirtamos un poco —animó, logrando silbidos y aplausos de parte de todos los miembros de la casa de Hufflepuff—. Pero eso no quiere decir —prosiguió la profesora Sprout— que vayamos a exigir menos del comportamiento que esperamos de los alumnos de Hogwarts. Y me decepcionaría ver que algún alumno de Hufflepuff deja en mal lugar al colegio.

Sonó la campana, y se formó el habitual revuelo mientras recogían las cosas y se echaban las mochilas al hombro para volver cada quien a sus clases.

La profesora Sprout llamó por encima del alboroto:

—Diggory, por favor, quiero hablar contigo.

Cedric y Greg inmediatamente tomaron las muñecas de Arlina cuando ésta dio media vuelta para salir de la Sala Común, deteniéndola. La profesora Sprout esperó a que se hubiera ido el resto de los estudiantes y, cuando los tres alumnos de Hufflepuff la miraron expectantes, les explicó:

—Diggory, es tradición que los campeones y sus parejas abran el baile. Así que encárgate de encontrar pareja, aunque dudo que se te dificulte, querido.

Cedric le sonrió.

—Gracias, profesora.

Arlina entonces captó. Parejas. Todos irían al baile con una pareja, y Cedric seguramente querría invitar a Cho Chang, así que ir con él no era una opción. Miró a Greg, pero descartó la opción de pedirle que fuera con ella. Él probablemente querría ir con alguna de sus muchas conquistas.

the watcher | harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora