Capítulo 14

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Como parecía ser costumbre, Liz llamó en plena cita. Estaba con Fernando en camino hacia La Purísima y quería que fuéramos con ellos, una noche más para gastarla en alcohol y baile en medio de un montón de extraños... Por supuesto que estaba dentro.

Toda esta ola de recuerdos no me está haciendo bien, sé que combinarla con alcohol tampoco pero al menos sé de que alguna forma podría callarlos bebiendo y bailando con aquellas personas que me hacían sentir que vivía constantemente en el 2017. Porque claro, si tan solo pudiera volver a ese año hubiese hecho las cosas diferentes, si tan solo pudiera volver el tiempo y no verlo en el verano... Probablemente me estaría ahorrando este dolor que siento en el pecho al saber que ya es de otra.

Esta noche solo quería dos cosas: alcohol y ver a Oliver. Porque claro, él al ser el novio de Fernando suponía que iba a estar ahí también y de alguna manera, yo buscaba un poco de protección en él. Sabía que estando cerca de mi mejor amigo todo sería mucho más sencillo en este día que se ha convertido en una bola de recuerdos que parece crecer y crecer.

Sin embargo, cuando los vimos en la fila que se hacía afuera del bar, me decepcioné un poco al ver ausente a Oliver. No lo entendía, ¿qué acaso no sale todos los sábados con Fernando?

—Hola, ¿y Oli?

No hubo preguntas de cortesía, fui directa al grano, ¿en dónde está Oliver ahora que tanto lo necesito?

—¿No te dijo? Se quedó con Valeria, que tenía que quedarse con ella porque la iba a ayudar con una sesión fotográfica, según él.

—Si te dijo que iba a estar con Valeria lo más seguro es que así sea. —Respondo al comentario de Fernando—. Su hermana es su prioridad 24/7, por encima de todos, hasta de mí.

—Sí, sí, y lo sé. Pero hay un tipo que últimamente anda merodeando mucho, Raúl, ¿te ha contado?

—Ah sí, pero solo son amigos, Valeria está tomando fotos de su bar para los flyers de la publicidad. Son amigos desde hace años, no deberías preocuparte por eso.

Avanzamos más en la fila, nos revisaron, nos tocaron por encima de la ropa y nos pidieron que abriéramos el bolso, el protocolo de rutina. Finalmente pasamos a la taquilla para intercambiar nuestros billetes por pulseras para poder tener acceso. Hace mucho que no venía a este lugar, la última vez que vine con ellos, pasó lo de Andrea con Dan, fue en esa noche que ellos dos... Sacudí la cabeza como si con eso me fuera a olvidar de lo que sucedió entre ese par. Volteé hacia atrás y vi a Dan venir con Liz, esta noche solo éramos nosotros cuatro.

—Si te soy sincero... —Fernando llama una vez más mi atención—. Siento que mi relación con Oliver se está yendo a la verga. Las cosas se están enfriando.

—¿Por qué lo dices?

—Cada vez hablamos menos, siento que ya no quiere verme tan seguido, no sé Anette ¿no has hablado con él de esto?

—No realmente, casi no hemos hablado, sé que tenía problemas en el trabajo.

Era sincera, hace mucho que no platico realmente con Oliver, nuestras conversaciones igual cada vez eran más cortas. Sólo nos saludábamos, nos preguntábamos cómo estábamos y nos contestábamos cada media hora para decirnos lo mismo de siempre: lo ocupada que estoy yo con la carrera, lo mucho que odia a su jefe y cuántas veces al día piensa en renunciar al call center.

—Bueno, ¿lo de siempre? —Cuestiona Liz, interrumpiendo mi conversación con Fer—. Perla negra para Fer, piña colada para Anette y cerveza para Daniel y para mí, ¿cierto?

Ambos asentimos con la cabeza, viéndolos caminar hacia la barra después de nuestra confirmación.

—Sé que ha estado algo agobiado en el trabajo, tenle paciencia.

Solo te quiero para que juegues conmigo [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora