Capítulo 45

129 24 1
                                    

Esperé atenta a que el semáforo que estaba metros más adelante se pusiera en rojo para poder cruzar. Se me hacía demasiado raro no salir de la universidad por el estacionamiento, y se me hacía aún más raro saber que Matías estaba esperando por mí. ¿Se imaginará la cantidad de veces que deseé este momento? ¿Sabrá cuántas veces fantaseé con la idea de salir de la universidad y verlo esperando por mí? En verdad que en ese entonces estaba loca por él, lo amaba ciegamente y con locura, mucha locura.

—Vaya si te soy honesta después de lo de FaceTime esperaba otro recibimiento.

—¿Uno así?

Matías se acercó a mí y tomó mi rostro con ambas manos para así darme un gran beso, uno de esos que tanto predicó durante su tiempo en Mérida que deseaba darme.

—Vaya, ese sí que fue un graaaan beso.

—Te extrañé muchísimo Anette.

—¿Ah sí?

—Demasiado.

Él puso el auto en marcha, realmente no sé a dónde iremos. Solo tengo claro que vamos a entregar la computadora de Tristán y después realmente no sé qué es lo que vamos a hacer, ¿iremos a comer? ¿iremos al cine? ¿cuál es el plan realmente?

—Te traje algo de Mérida.

—¿Ah sí?

—Sí, está en el portavasos, puedes tomarlo.

Volteé hacia el portavasos y entonces tomé el llavero que estaba ahí, un flamingo rosado que tenía grabado mi nombre, un pequeño detalle que logró sacarme una pequeña sonrisa.

—Gracias, ya necesitaba cambiar mi llavero.

—¿Sigues usando esa bola de pelos que te regaló Ingrid?

—Sí, es un pompón, no una bola de pelos. Ella tiene uno igual pero el mío ya no se ve blanco, se ve un poco gris.

Abrí mi bolso para meter el llavero y aproveché también para sacar mi celular para mirar el mensaje que me ha llegado. Matías volteó a verme fugazmente, o creo que lo hizo más bien para tratar de ver quién me escribió.

—¿Quién es? —Cuestiona finalmente, le ha ganado la curiosidad.

—Oliver... —Agarré mi celular para leer el mensaje—. Dice «¿entonces hoy Mr. Big va a pasar por ti a la universidad?»

—¿Le dijiste que me dices Mr. Big y que estás conmigo hoy?

—Lo sabe todo. —Le digo, mirándolo conducir—. Desde el año pasado aprendí que no debo guardar estas cosas en secreto, al menos no para mis mejores amigos.

No sabía con exactitud qué es lo que quiere Matías conmigo, lo único que sí sabía es que en esta ocasión todo iba a ser bajo mis condiciones. Me quedé en silencio, mirándolo conducir, con esa sonrisita en la cara, esa que siempre se le dibuja cuando consigue lo que quiere. Encima ha puesto a propósito aquella canción de John Mayer que me dijo que le recordaba a mí, de un momento a otro, ya lo tenía tomando mi mano mientras New Light sonaba en la radio y él intentaba cantar.

Se está comportando como siempre quise que se comportara conmigo y ahora no sé qué decisión tomar. ¿Será verdad todo eso que me dijo en la llamada de FaceTime? ¿Será real que siente cosas por mí y que quiere estar conmigo? ¿O es solo que no sabe estar solo y solo estoy supliendo el lugar de Fátima? No tenía una respuesta clara, por sus acciones, cualquiera pensaría que está enamorado de mí. Su forma de sostener mi mano, de cantarme mientras conduce, de hablarme de lo que quiere hacer conmigo en navidad... Lo tengo como siempre había querido tenerlo, pero me ha lastimado tantas veces que me cuesta creer que todo lo que dice lo pongo en duda.

Solo te quiero para que juegues conmigo [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora