Capítulo 41

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Creo que jamás había tenido tanto miedo de estar en la misma habitación con Tristán y su novia. Pero, con eso último que me contó, en verdad que lo que más quería evitar era cualquier conflicto que pudiera surgir por algún mal entendido. Por lo que sé, Marisol escuchó gran parte de los audios que le estuve mandando a Tristán y de alguna forma eso logró convencerla de que estoy enamorada de él o algo así, por lo que mi sola presencia en el hospital ya la molestaba.

Cuando estacioné el auto afuera de la casa de Tristán, rogué con todo mi ser que Marisol no estuviera ahí. Y no es como que tuviera algo que ocultar, y tampoco es que tenga razón, simplemente con todo lo que está sucediendo en mi vida, sumarle un drama más era lo que quería evitar.

—Hola Anette. —Saludó su mamá apenas me vio parada frente a la puerta—. Pasa por favor.

—Gracias, ¿cómo está?

—Cansada pero bien, dormir en casa me ha hecho recuperarme bastante bien, ya extrañaba mi hogar.

—Supongo que sí.

Entre a la casa, inmediatamente el aroma a frutos rojos que salía del difusor invadió mi nariz. No pude evitar echar un vistazo, la mamá de Tristán constantemente cambia los muebles y estilo de su casa, si se aburre de un cuadro o de la sala, inmediatamente cambia el estilo. Y esta vez, el estilo nórdico que ha utilizado me ha gustado bastante. Me sobresalté un poco cuando Patitas, el perro akita inu que tienen gracias a su hermano, vino alegremente a saludarme.

—Heeey, hey, déjala Patitas.

—No, no, no se preocupe.

—Sube Anette, Tristán está en su cuarto.

Asentí con la cabeza y después me dirigí hacia las escaleras, mientras la mamá de Tristán le impedía el paso a su perro para que no me siguiera. Conocía el camino, un par de veces vine a su hogar cuando en la prepa solíamos hablar y estar juntos todo el tiempo, cuando el tiempo que pasaba con Matías era nulo porque estudió todo un semestre en la tarde. Así que abrí la puerta, Tristán está completamente solo, con el celular en la mano mirando Instagram por lo que alcancé a ver. Apenas me vio bloqueó su teléfono y se incorporó en la cama con toda la intención de levantarse, no lo dejé, fui yo quién se acercó a la cama y me senté, pasando mis dedos entre su cabello recién cortado.

—Ya necesitaba el corte.

—Se veía bien tu cabello larguito.

—Porque por alguna extraña razón siempre te ha gustado cómo se me ve cuando está largo. ¿Cómo estás? Ya vi que Patitas se te subió.

Tristán señaló mi pantalón, mala elección con el color blanco, ahora tenía marcada la huella de su perrito.

—Bien, estoy bien.

—Tus tweets dicen algo distinto.

—Pues... De algo ha de servir desahogarme. ¿Y Marisol ya no te dijo nada? —Pregunto, cambiando de tema—. En verdad lo siento mucho, no creí que te iba a causar problemas.

—No me causaste problemas, creo que hasta cierto punto Marisol no ha terminado de entender qué tipo de relación tenemos tú y yo. A ella se le hace imposible que pueda llevarme tan bien con la ex de mi mejor amigo y creo que esta vez los celos la cegaron al nivel de creer que estabas enamorada de mí o algo así. Además, jamás andaría contigo, tengo mil y un razones para no hacerlo.

—¡¿Mil y una?!

Me quedé boquiabierta, ¿cómo que mil y una? Sé que la principal es porque su mejor amigo es mi ex novio pero, ¿y las otras mil?

—Para empezar eres la ex de Matías, así que eso prácticamente te hace intocable. Te conozco estando celosa y no muchas gracias, aparte eres del área de la salud, ¿sabes quién era del área de la salud? Jennifer, así que ya conozco lo intensos y locos que son.

Solo te quiero para que juegues conmigo [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora