Capítulo 35

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Siempre solía decir que Kakkmaddafakka era nuestra banda. Quizás porque sus canciones han generado un vínculo especial entre nosotros dos, por todo lo que escuchamos en mi auto o en su departamento. Es nuestra banda, pero en vez de unirnos, parece que siempre nos separa. Algo cambió a partir de ese concierto, un mensaje inocente por parte de mi ex puso a tambalear mi relación con Daniel, lo supe cuando se desapareció el sábado, el domingo, el lunes y hasta el martes fue que decidió darme señales de vida, justo cuando estaba con Oliver comiendo, aprovechando que es su día libre del trabajo.

Daniel Morán: Hola.

—¿Hola? Un hola a secas después de que se desapareció todo el fin de semana.

—¿Problemas en el paraíso?

—Sí. Todo por culpa de Matías. —Le digo, dejando a un lado el tenedor—. Estaba hablando con él y le comenté lo que Dan hizo, eso de no llegar a la hora que habíamos acordado y que ni siquiera se tomó la molestia de avisarme. Solo me mandó un «¿ya terminó el concierto?» y fue todo, por eso se enojó Daniel.

Oliver el clavó el tenedor a su ensalada caesar, intentando que el aderezo no se escapara de la lechuga que ha retenido en el cubierto.

—Además me enojó bastante que me haya hecho esperar tanto y que ni siquiera se haya tomado un minuto para escribirme y decirme «oye me voy a tardar porque van a ir mis amigos», es más, ni siquiera tenía que haberlos invitado ¡era nuestro plaaaaan! —Me llevé ambas manos a la cabeza, arrastrando mi cabello por detrás de mis orejas—. Me hizo pasar un rato de mierda esperándolo, un rato que pude haber aprovechado de otra manera para descansar mejor porque hoy estuve de un lado al otro, del laboratorio al bioterio y luego justo hoy me tocó llevar a los ratones a dormir a la cámara de CO2 ¿sabes lo agotador que es? En días como hoy casi no me siento. Y encima estaba toda preocupada porque pensé que le había pasado algo.

—Bueno sí, Dan se mamó poquito... Aunque respecto al mensaje, quizás se puso así porque sabe lo que Matías representa en tu vida.

—¡Hey! Sabes que hace meses lo superé. —Lo interrumpo, apuntándole con mi tenedor—. Me costó meses de llorarle por todos los rincones y varios sábados de terapia, pero lo hice. Ahora quien me interesa es Daniel, no debería ponerse así por un mensaje tan insignificante.

Ahora fui yo quien le clavó el tenedor a la lechuga, mirando aún la pantalla con el celular, un «hola» a secas, parecía que me hablaba por mera obligación.

—Sí, pero ¿cómo te pusiste tú el año pasado cuando Carla buscó a Matías? Sí, sí, ya sé que me vas a decir que el contexto fue diferente y blah blah, pero Carla representaba algo en la vida de tu ex y Matías representa algo en tu vida, ¿ya olvidaste cómo fue que le rompiste el corazón la última vez? Le dijiste a Dan que solo estabas con él porque querías olvidarte de tu ex, ¿ese no es un buen motivo para que haya reaccionado así?

Aghh, detestaba cuando Oliver me sacaba eso al tema. Sí, lo sé, le rompí el corazón y ya le he pedido perdón por eso. Pero, ¿qué no habíamos acordado que eso se iba a quedar atrás? ¿No acordamos que empezaríamos de cero para hacer funcionar nuestra relación?

—Sigo diciendo que no es motivo para que me trate así. Después del concierto fuimos a un bar cerca del Plaza y apenas si me dirigió la palabra, estaba súper pendiente de cualquier movimiento que hiciera con mi celular. No somos nosotros, nosotros no nos comportamos así. —Moví un trozo de pollo con el tenedor, jugando de alguna forma con el—. Pero bueno, a lo mejor necesita tiempo, está molesto.

—Dale tiempo, quizás en unos días más se le pasa.

Me encogí de hombros, ¿cómo se supone que debo reaccionar? Era la primera vez que me pasa algo así con Dan.

Solo te quiero para que juegues conmigo [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora