Capítulo 29

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—Anda Ann, come algo. —Me decía Melisa, animándome a tomar uno de los tacos que comenzaban a enfriarse—. Te va a hacer más daño estar pensando y pensando, ya pronto sabrás algo de él.

—En serio no tengo hambre.

Mi celular vibró. Inmediatamente lo tomé para ver de qué se trataba, un mensaje de Matías en el que me pedía hablar conmigo por teléfono.

—Voy al baño, ya vengo.

Me puse de pie recorriendo un poco la silla, dejando a un lado esa cena que ni siquiera tengo ganas de tocar. Caminé hacia el pequeño baño del departamento y me encerré ahí para poder hablar con Matías.

—Lo siento, no podía hablar hace rato. —Le digo al tomar la llamada—. ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo su abuela?

—Está internado, tiene neumonía. Está en urgencias, lo internaron desde el miércoles.

—¿En dónde lo tienen?

—En el Ángeles.

—¿En cuál de todos? ¿Acoxpa? Si está en Acoxpa le llamaré a Eddy para que me dé información, creo que su novia está haciendo el internado ahí. ¿O es el Metropolitano? ¿O en dónde operaron a Frida? ¿Qué más sabes? ¿No te dio el número de su mamá?

—No, se me pasó por completo pedírselo. Está destrozada, me dijo que Tristán está muy delicado. —Su voz, estaba temblando, así como yo al escuchar todo eso—. Me pidió que recemos por él, no dijo más, solo eso.

Terminé la llamada telefónica, ¿de qué más podía hablar con Matías? Lo único que quería era averiguar en cuál de todos esos hospitales estaba. Me siento impotente, ¿qué puedo hacer yo desde aquí mientras él está en la cama de un hospital en urgencias? No hay nada que pueda hacer y eso es lo que me tiene loca. Salí del baño, no supe que expresión facial tenía como para que Héctor, Melisa y Dan pusieran de inmediato su vista en mí con esa mirada tan seria, mirándose entre ellos sin saber qué hacer hasta que Mel se puso de pie para venir hasta mí y abrazarme, fuertemente.

—¿Qué pasó? —Pregunta Dan, levantándose de la mesa para venir hasta mí.

—Tristán está en el hospital, internado. Tiene neumonía, está muy delicado.

—¿Te dijeron en dónde? —Interroga Héctor.

—En el Ángeles pero no sabemos con exactitud en cuál. Además, no puedo ir a verlo, está en urgencias.

—Tranquila, no está en una edad extrema, se va a poner bien. —Comenta Melisa—. Tu mejor que nadie lo sabe, las edades extremas son las que más peligran, ¿cuántos tiene? ¿Veintiuno?

—Veintidós, pero aún así... Está muy delicado. No sé qué hacer... No sé que...

Ahora quién me tuvo entre sus brazos fue Daniel, intentando consolarme un poco porque ya me he soltado a llorar.

—¡Puta madre! Yo le dije a Tristán que se cuidara. El lunes me mandó un audio y apenas si se escuchaba su voz de lo ronco que estaba, desde mi cumpleaños estaba enfermo y no se cuidó, ¡y mira! Ahora está en el hospital con neumonía... Y ni siquiera puedo verlo.

—Tú tienes contactos. —Me dice Héctor—. ¿No? A lo mejor algún amigo o conocido tuyo está en su hospital, puedes averiguar más.

—Sí, sí, voy a llamarle a Eduardo para ver si tiene algún conocido haciendo su internado ahí. Los MIPs manejan toda la información, seguro que si tiene a algún amigo rotando en urgencias podré saber más. 

 

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Solo te quiero para que juegues conmigo [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora