Capítulo 23

130 27 7
                                    

13 de septiembre, 2019

Suponía que cumplir años cada vez me emocionaba menos. Desperté en la mañana, muy temprano para ducharme y cambiarme. Es viernes, hoy va a ser nuestra primera práctica de laboratorio, nos van a enseñar a usar los disolutores... Y mi bata está arrugada y la de repuesto en la ropa sucia.

Bueno, no importa. Recién empezó el semestre y aún estoy adaptándome a las clases y a los nuevos docentes. Se sentía como un día normal. Apenas me abroché la bata, Julieta vino hacia mí para abrazarme y felicitarme por mi cumpleaños, regalándome una bonita pluma con un matraz rosado que tenía en el extremo. No podíamos quedarnos platicando mucho tiempo en los lockers, teníamos que dejar nuestras cosas e ir a instalarnos a las mesas del laboratorio para limpiarlas y además alguien tenía que ir por la lista para pedir los materiales.

Nada extraordinario por ahora. Sabía que más tarde voy a salir a comer con mi familia y nada más, con mis amigos celebraré mañana y este año le pedido a Oliver que no organice algo tan grande como lo hizo para mi cumpleaños número 20. Quería algo más íntimo, con mis amigos más cercanos, así fueran menos que los dedos que tengo en las manos.

—Entonces ¿mañana en la Terraza Victoria?

—Sí, sí, ¿Oliver te mandó los datos?

—Sí, todo listo. —Me dice Julieta, esbozando una sonrisa al poner su mano sobre mi hombro—. Disfruta mucho tu día hoy y disfruta todos los regalos.

—¿Todos los regalos? Los de mis padres solamente.

—Puede que te den algo especial, no lo sé.

Me encogí de hombros, ignorando aquel último comentario, tenía que despedirme de Julieta ya, así que le di un beso en la mejilla y cerré el cierre de mi mochila, era hora de irme a casa para continuar con el plan del día: celebrar con mi familia. Caminé hacia el estacionamiento con el celular en la mano, escuchando la nota de voz que Tristán me ha mandado felicitándome por mi cumpleaños.

Tristán Ayala: Recuerda que te amo muchísimo. ¡Feliz cumpleaños! Otra vez, te veo mañana, para celebrar a nuestra manera.

Anette Ibarra: ¡Dios mío! Te escuchas súper ronco. ¿Estás enfermo?

Tristán Ayala: Sí, sí, desde hace unos días pero nada de qué preocuparse. Una gripa más, una gripa menos.

Al llegar a casa me cambié la ropa teniendo a Frida tras de mí en todo momento, preguntando una y otra vez cuál era el plan para mañana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al llegar a casa me cambié la ropa teniendo a Frida tras de mí en todo momento, preguntando una y otra vez cuál era el plan para mañana. Quería colarse a la celebración con mis amigos, desde el verano que quiere hacerse «la chica grande» y quiere que la incluya en mi pequeño grupo.

—Anda, anda... ¡Por favor!

—No, Frida, entiende, te quiero mucho pero es celebración con mis amigos. Y tú eres menor de edad, ¿okey? No voy a andar cuidándote.

Solo te quiero para que juegues conmigo [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora