La fuerza del destino (Draco y Hermione)

ELLA

ESTA ES LA PRIMERA HISTORIA QUE ESCRIBO EN WATTPAD, LA ENCONTRE POR LA RED Y ME GUSTARIA COMPARTIRLA CON TODOS VOSOTROS. ESPERO QUE LO DISFRUTEIS. UN BESO

Ella

---- Draco ---- 

Ella es una tortura.

Debe de tener algún poder especial para torturarme sin permitirme odiarla. Tal vez me he vuelto masoquista. Bueno, supongo que sabes que mi nombre es Draco, Draco Malfoy. Voy a contártelo todo desde el principio.

Todo inició desde que ella llegó a mi vida, lo cual no tardó demasiado. Fue en mi 1er año en Hogwarts. Al subir al tren estaba optimista, me había separado de mi padre y no lo volvería a ver durante un tiempo, bueno, no era mucho, pues Snape y él habían acordado que después de la Ceremonia de Selección iría a verlo. Vagaba por los vagones algo perdido, no estaba seguro de si pedir a alguien sentarme en un compartimiento era algo que haría un Malfoy, aunque no tenía claro si debía preocuparme por eso ahora. Entonces fue cuando la vi. Su cabello castaño y despeinado y sus ojos risueños y llenos de vida. Se dirigió  a mí.

-Hola -me dijo. -Soy Hermione.

-Hola. Me llamo Malfoy, Draco Malfoy.

-¿Quieres sentarte junto a mí?

Noté que quería decirlo fingiendo solo ser educada, pero en realidad había notado que yo estaba algo perdido.

-Claro -dije agradecido.

Su sonrisa me iluminó la mirada en cuanto se pintó en su rostro, en su precioso rostro.

Ahí descubrimos que teníamos muchas cosas en común. Me preguntó si me gustaba leer, yo respondí que solo libros de fantasía, eso pareció complacerla.

-Yo leo de cualquier género -me aseguró con orgullo.

-¿Incluso historietas? -la verdad es que solo la quería ver reír, y funcionó.

Finalmente llegamos a nuestro destino.

La profesora McGonagall nos indicó lo que debíamos hacer, no le presté atención ya que mi padre me lo explicó antes.

-Granger Hermione -dijo la profesora y Hermione se sentó con nerviosismo.

-¡¡Gryffindor!! -gritó el Sombrero.

Eso me destrozó, se había ido a Gryffindor, ya era dificil que sucediera algo entre nosotros. Aunque yo tal vez podría quedar en... No permití que el pensamiento se terminara. No. Yo era un Malfoy, debía quedar en Slytherin.

-Malfoy Draco.

Me acerqué con aire egocéntrico y me senté, a penas el Sombrero rozó mi cabeza gritó:

-¡¡Slytherin!!

Los de la mesa de Slytherin me aplaudieron, y yo sonreí imaginando la reacción de mi padre al saber que había quedado en Slytherin.