La miré aun sin comprender a que se refería, pero antes de poder hablar una voz me interrumpió.
- S-sus habitaciones están por aquí –Chrystal habló con nerviosismo mirando de reojo el cuerpo inconsciente de Kumi-
Megan me miró por el rabillo del ojo antes de seguir a Chrystal. No sabía a qué se había referido, pero se veía demasiado desconcentrada y eso ocasionaba que yo también lo estuviera. Miré a Forrest el cual veía a Kumi –la cual estaba cargando- con el ceño fruncido, como si no pudiera creer que esa era su mejor amiga.
-Forrest –llamé su atención- Ten cuidado, ya no podemos confiar en ella como lo hacíamos antes.
Antes de que me diera una respuesta me di media vuelta. No nos había faltado tanto por recorrer para llegar a las habitaciones y afortunadamente en esa zona ya había un barandal. Tal vez si a Kumi se le hubiera ocurrido atacar más tarde ¿Hubiera golpeado a Megan en vez de lanzarla o nada hubiera cambiado?
Chrystal se detuvo en medio de dos puertas que estaban a su izquierda, estas estaban hechas de madera vieja y podrida. Intenté ignorar el hecho de que el edificio estaba desmoronándose, ,,o podía quejarme por algo así a estas alturas.
- Lamentablemente no tenemos una habitación para cada uno. –Chrystal apuntó ambas puertas- En una pueden quedarse Kumi y Megan y en la otra Christian, Forrest y... ¿Tyler?
El chico –él cual todos habíamos ignorado por completo hasta el momento- Asintió sin decir palabra alguna. Cada vez me era más sospechoso su forma de ser.
- No insinúas dejar a Megan sola con Kumi ¿o sí? –Forrest se mostró inseguro-
La mirada de la peliblanca se dirigió a la chica que él cargaba en brazos y después a él.
- ¿Qué sugieres hacer si no tenemos más habitaciones?
Abrió la boca para protestar, pero no salió ni una sola palabra de su boca, así que fui yo quien habló.
- Lo que Forrest quiere decir, es que no podemos dejar que Megan duerma en la misma habitación que una chica que se vuelve psicópata sin razón alguna.
Forrest me lanzó una mirada furiosa por llamar "psicópata" a Kumi y por más que me doliera llamarla así, era la realidad. Chrystal miró a Megan varios segundos.
- Supongo que puedo compartir habitación contigo...
- No es necesario –Megan la cortó la instante- Es decir, no me molesta estar con Kumi, puedo defenderme sola y tengo el sueño muy ligero.
- No nos vamos a arriesgar –mi voz sonó más grave de lo normal- Estuvo a punto de matar a Forrest, su mejor amigo. No tendrá piedad contigo, está enojada porque aún cree que nos traicionaste.
Megan suspiró y se encogió de hombros con una mueca en la cara.
-Bien
-Mi habitación es la que está al fondo del pasillo –explicó Chrystal- Siéntete libre de entrar y salir cuando quieras. –miró a todos- Cada habitación tiene un cuarto para ducharse, sin embargo, solo hay un baño en todo el edificio el cual es el que está subiendo las escaleras.
Nadie contestó, pero se sentía la incomodidad en el aire. No estábamos acostumbrados a compartir habitación o incluso un baño.
- Si necesitan algo más pueden hablar con quién sea que esté aquí, todos son de confianza –miró una pulsera con un pequeño cuadro que tenía en la muñeca izquierda- Se me hace tarde, así que los dejo solos a partir de ahora.
Hasta ese momento, por la confusión, no había notado que Chrystal tenía puesto un uniforme plateado de botones dorados que llegaba técnicamente hasta su cuello y daba la sensación de que la estaba ahorcando. Su pantalón también era plateado y tenía unas cuantas franjas doradas. Me percaté entonces que no mentía, trabajaba en el edificio central, pero la pregunta era ¿Cómo llegaba hasta allá?
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Perdido Entre Lágrimas
FantasyLibro #2 de Lágrimas Congeladas El planeta Seigue jamás había tenido que enfrentar sucesos tan extraños, y no hablo de guerras sino de algo que deja a todos totalmente confundidos, acontecimientos que solo llevan a una misma cosa: Eléctricos. El Su...