Capítulo 45

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Juro que si no hubiera sido entrenado como un Guerrero, la espada se me hubiera resbalado de las manos por la impresión.

- Mientes –escupió Megan- No se puede regresar a la vida a alguien, y mucho menos en otro cuerpo.

Keyla río.

- Tienes razón, no puedes regresar a alguien a la vida, pero si puedes modificar su cuerpo. Zyad nunca murió, lo heriste, pero lo demás fue una ilusión, después rompí tu vínculo con él.

- ¡No engañas a nadie! –exclamó Megan- ¡Zyad está muerto!

Su gemela se mostró en total calma.

- Ve su abdomen. –Retó Keyla- Y me creerás.

Megan dudó, sin embargo, miró a Tyler por tantos segundos que parecieron eternos. Se acercó a él y levantó su camiseta solo para dejar al descubierto su abdomen y en medio de este una cicatriz que probablemente nunca se quitaría. Megan soltó la tela como si quemara y se apartó. El arma cayó de sus manos y estas se encontraron con su boca. Comenzó a negar frenéticamente.

- Pero qué...

- ¿Ves? –Keyla se mostró victoriosa- Lo heriste, pero no lo mataste, me lo llevé y lo hice Guerrero. Eso no fue ningún reto para mí. Cuento con la tecnología necesaria para hacer eso y mucho más. Ya les probé de lo que soy capaz y que puedo hacerlos mejor de lo que ya son. Únanse a mí y seremos un equipo imparable.

Nadie contestó, más por la sorpresa que otra cosa. Nuestras miradas se deslizaban desde Keyla a Tyler y de Tyler a Megan. Esta última apartó lentamente las manos de su boca y miró a Tyler como si no creyera que fuera real. De pronto todo comenzó a tener sentido, Megan y Tyler tuvieron un vínculo poderoso desde el día en que escapamos, ella era la única con la que él hablaba bien, como si hubiera confianza a pesar de que era la primera vez que se conocían. Megan parecía ser más empática de lo normal con él... Esto ya no era divertido, si Keyla estaba haciéndonos creer que en realidad era Zyad, le iba a cortar la cabeza.

No te derrumbes, Megan, le dije con los ojos. Me miró como si buscara ayuda, pero el mismo tiempo que le tomó estar al borde del derrumbe, fue lo que le tomó recuperarse. Miró a su hermana con frialdad y dio un paso hacia ella. Todos hicimos lo mismo, por si a Keyla se le ocurría atacar.

- Puedes guardarte tus sobornos, porque nosotros estuvimos juntos desde el principio en esto y seguiremos juntos. Ya somos imparables, no necesitamos a una niña malnacida en nuestro grupo. Tengo a los mejores amigos y ¿Sabes por qué tu no los tienes? Porque la diferencia entre tú y yo es que yo me arriesgo por los que amo y tú no moverías ni un solo dedo por ellos. –apuntó el cuerpo inerte de Madeleine- Por mí, Keyla, puedes irte al infierno junto con tu podrida mentalidad, porque yo me quedaré aquí junto a mis amigos, viendo cómo te ahogas en tu propia derrota.

Keyla se quedó inmóvil, haciendo que Megan bajara la guardia por un instante y lo utilizó para tomar el arma que llevaba en el cinturón. Tyler fue el primero en reaccionar y apretar el gatillo. La bala penetró la cabeza de Keyla... no, no solo la penetró, sino que la traspasó por completo sin hacerle daño alguno. La bala golpeó una estantería, haciendo que esta se balanceara y cayera sobre las demás, llevándose consigo los frascos que al caer al suelo comenzaron a expulsar un humo oscuro, casi negro.

Keyla río.

- Ahora veremos quién es el que triunfa. –De pronto, desapareció justo al mismo tiempo que algo caía al suelo, un aparato que creaba hologramas-

- ¡Cúbranse la nariz! –Gritó Chrystal - ¡Es toxico!

Cubrí mi nariz con el cuello de mi camiseta al igual que todos y Chrystal nos dirigió a la salida. Pasamos por cientos de pasillos iguales, ni siquiera tenía el tiempo de pensar cómo Chrystal se había aprendido todo ese laberinto. Mis ojos ardían por el humo de sustancias que se esparcían con rapidez.

Perdido Entre LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora