Mis huesos estaban entumecidos por lo que supuse que había dormido más tiempo del necesario. Me incorporé con dificultad y miré a mi alrededor, los demás seguían dormidos salvo Megan que estaba sentada con una pierna estirada y la otra doblada. Veía su mano como si no pudiera creer que siguiera ahí.
- ¿Qué sucede? –cuestioné-
Ella se encontraba a tan solo medio metro de mí por lo que pude notar que en sus ojos se reflejaba confusión y asombro, y probablemente una pizca de terror. Ella me miró por unos segundos y giró su mano hacia mí. Se había quitado el vendaje improvisado de su mano y en ese momento me mostraba la palma de su mano de la cual había retirado la máxima cantidad de sangre posible. Al principio no entendí que me mostraba, pero en cuanto lo advertí, parpadeé varias veces para saber que mis ojos no mentían.
-Imposible.... –murmuré-
El lugar en donde había estado el corte estaba intacto, no había ni un solo rastro salvo la sangre seca. Tomé su mano y la miré con detenimiento, no había cicatriz, pero no podía ser posible si el corte había sido demasiado profundo como para haberse curado de un día para otro.
- ¿Qué hiciste? –la miré-
Ella negó
- Nada, quería ver que la herida no se hubiera infectado y.... ya no estaba.
¿Eso en realidad podía estar pasando? La única manera en la que la herida se pudo haber cerrado de esa manera y sin dejar rastro era con medicamentos especiales, los cuales no teníamos porque lo pocos que yo cargaba los había confiscado Keyla.
Solté su mano con delicadeza, dirigiendo mi atención a otra cosa.
- ¿Cómo sigue tu pierna?
Ella la miró e intentó moverla, hizo una mueca de dolor, pero consiguió hacerlo más de lo que hubiera podido ayer.
- Mejor –se limitó a responder-
Ella intentó levantarse así que yo lo hice antes para ayudarla, ella aceptó mi mano y se levantó en un solo pie, para poco a poco comenzar a apoyarse en el lastimado.
- Si puedo caminar, pero no sé por cuanto tiem...
Levanté una mano en señal de alto y se calló al instante. Estaba seguro que había escuchado algo moverse entre los árboles, pero no había nada a la vista. Bajé mi mano lentamente y con la punta de mi pie pateé una rama hacia arriba y la atrapé en el aire. La lancé con fuerza hacia Forrest. Se levantó de golpe y estuvo a punto de hablar en cuanto las hojas de unos tres arboles comenzaron a moverse haciendo un sonido más fuerte que la vez anterior. Sacudió a Kumi para levantarla y luego al peliblanco, ambos lo hicieron al instante y en pocos segundos todos estábamos de pie, alertas a cualquier movimiento.
Megan palmeó mi hombro e hizo un ademán con la cabeza hacía un árbol que se encontraba a mi espalda, me giré sobre mí mismo y miré el lugar señalado. El cañón de un francotirador apuntaba hacía ella, pero no era el único, a varios metros de distancia, en un árbol diferente se encontraba otro que apuntaba hacía Forrest, después otro hacía Kumi, uno más hacía el peliblanco y por supuesto otro hacía mí, sin embargo, no pude distinguir los rostros por las hojas de los árboles.
- SI se mueven, atacaremos. –advirtió la voz de una mujer desde lo alto- No les conviene intentar escapar.
Por más que quería negarlo, era verdad, no podíamos contra cinco francotiradores. Nos habían atrapado una vez más y por supuesto que ahora nos tendrían mejor vigilados, no cometerían el mismo error de no poner tanta seguridad en nuestra celda y esta vez, no escaparíamos con tanta facilidad. Todo estaba perdido.
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Perdido Entre Lágrimas
FantasiaLibro #2 de Lágrimas Congeladas El planeta Seigue jamás había tenido que enfrentar sucesos tan extraños, y no hablo de guerras sino de algo que deja a todos totalmente confundidos, acontecimientos que solo llevan a una misma cosa: Eléctricos. El Su...