Capítulo 1

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Planeta Seigue, Año 2076

Cuando sus ojos se abrieron no pude explicar lo que sentí, fue todo lo contrario a lo que imaginé; felicidad, emoción, alivio. No. Nada de eso. Sentí asco, furia, desconcierto sin razón alguna. Salí de la habitación en cuanto su mirada se había posado en mí, con esos ojos cafés en los cuales ya no quedaba ni una pizca de brillo. El pasillo estaba vacío y cuando estuve a una distancia considerable de la habitación, me recargué en la pared para reordenar mis pensamientos.

- ¡Christian!

Levanté mi cabeza al instante solo para encontrarme a Kumi con una chaqueta de cuero que tenía un numero grabado al lado derecho del pecho, el Superior le había dado un trabajo en el trigésimo piso al ver su experiencia con los códigos, convirtiéndola en la guerrera más joven trabajando en Seguridad Universal, mejor conocida como S.U. en donde se tiene acceso a cámaras tanto dentro de Seigue como fuera de este, me sorprendía que Kumi trabajara ahí, pero me sorprendía aún más que se estuviera –literalmente- convirtiendo en la favorita del Superior; le había permitido seguir con el cabello teñido y por si fuera poco le había dado otro trabajo del cual ni siquiera yo estaba enterado.

Detrás de ella venía Forrest, de alguna manera se habían vuelto muy unidos, ¿Quién lo diría? Ambos parecían odiarse al principio y ahora eran mejores amigos, como si se conocieran desde hace años.

- ¿Por qué te fuiste así? –Kumi se mostraba confundida-

Separé mis labios para responder, pero los volví a cerrar y sacudí mi cabeza varias veces. No podía responder a la misma pregunta que me estaba planteando a mí mismo. Megan había despertado, sin embargo, se veía diferente, ¿A caso ellos no lo notaban? Probablemente solo era yo, últimamente sentía que mis pensamientos estaban revueltos y que mi energía se arrastraba por el suelo, debí haber muerto después de la explosión, eso habían dicho los doctores, pero aquí estaba. Desperté dos noches después y con unas cuantas cicatrices mientras que Megan por alguna razón había entrado en un coma que nadie pudo explicar. Han pasado aproximadamente ochenta noches desde que he estado esperando este momento y ahora, que por fin despertó, lo único que hizo al verme fue endurecer la mirada.

- Respóndeme –levantó la voz- Megan al fin despertó y eres el único al que no parece importarle.

- No me siento bien –me excusé-

- ¡¿No te sientes bien?! –estalló- ¡¿Qué clase de excusa es...

- Lo estoy recapacitando ¿Esta bien? –interrumpí- Aun no entiendo lo que pasó, ni como estoy vivo, ni como Megan entró en coma, y tú no quieres darme respuestas.

Mentiras. Mentiras eran lo único que salía de mi boca últimamente, por supuesto que aún no entendía lo que había pasado y Kumi parecía saber algo que yo ignoraba, pero eso no era lo que me preocupaba en esos momentos. No había podido dormir bien y había sentido un terrible presentimiento, el cual solo se incrementó en cuanto vi a Megan despierta. Sentía una terrible presión en el pecho, pero no entendía que estaba pasándome.

- Lo siento –se disculpó Kumi- Es solo que... estaba muy preocupada por Megan y verla despierta me emocionó, y cuando no vi esa misma emoción en ti... -suspiró- No lo sé. Christian, si quieres decirme algo estaré aquí para escucharte, sé que estas estresado por todo esto de ser líder.

No quería enojarme con Kumi, pero no me dejaba opción. Cada cinco minutos me recordaba que ahora era oficialmente líder y no es que estuviera feliz de recibir órdenes del Superior, el único trabajo que me había puesto hasta ahora era supervisar a todos dentro del edificio central. Normalmente el líder tendría más poder, pero sabía perfectamente que el Superior solo estaba probando mi paciencia, quería probar que no era el indicado para ser líder, pero yo no le daría esa satisfacción.

Perdido Entre LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora