Capítulo 14

124 22 0
                                    

La arrojé lejos de mí por instinto. Normalmente en esos momentos le hubiera dado un buen golpe en la cara, pero fue como si el simple hecho de tocarla me quemara. Keyla cayó de cuclillas, pero hubo algo extraño en sus movimientos que me desconcentró, como si sus movimientos estuvieran ensayados. Cuando corrió hacia mí con la intención de atacar, la tomé por los hombros y en menos de tres segundos la tenía contra la pared. Tomé un cuchillo de su cinturón y rocé su cuello con él. No hubo sangre, lo que confirmó mis sospechas.

Gruñí con furia al mismo tiempo que enterraba el cuchillo en su nuca, hasta que atravesó su cuello por completo. Lo arranqué con brusquedad y solté a Keyla, esta cayó al suelo con un ruido sordo. Detrás de mí, Megan soltó una exclamación de sorpresa, probablemente Ethan también, pero no estaba seguro. Miré a Keyla y noté que de la herida que acababa de abrir en su cuello corría un líquido. Aceite.

- Keyla era un robot... -Soltó Ethan de repente con asombro-

Sacudí la cabeza, nada de esto encajaba. Era una trampa.

- Corran.

Megan y Ethan notaron el tono de preocupación en mi voz y me alcanzaron apenas comencé a correr, aun así, no llegamos al final del pasillo, pues alguien nos impidió continuar. No era solo uno, sino diez Eléctrico. Miré detrás solo para confirmar que estábamos rodeados. Rompiendo el silencio, todos levantaron sus armas mientras se preparaban para disparar.

- ¡Manos arriba y arrodíllense! –Ordenó el hombre que estaba más adelante que los demás-

Ninguno de nosotros se movió. Nos quieren vivos, pensé, al menos a mí y probablemente a Megan. Pero no podía decir mucho por Ethan.

- ¡Suelta el arma! –ordenó el líder apuntándome directamente a mí-

Bajé la mirada solo para notar que aun llevaba el cuchillo en mano. Lo apreté con más fuerza, pensando que teníamos que actuar rápido, pues sabía que la verdadera Keyla estaría aquí en menos de lo que esperábamos.

Analicé la situación en tan solo unos segundos, estábamos rodeados por diecisiete guardias en total, cada uno portando un fusil. La única vía de escape sería acabando con todos. Lancé el cuchillo hacia arriba. No era tan bueno usando cuchillos cortos al pelear con varias personas a la vez, pero sabía quién sí. Megan. Ella lo atrapó por la empuñadura –afortunadamente- en el mismo momento en el que un disparo ensordecedor cortó el aire, pero eso no impidió que con una patada sacara volando el arma del Eléctrico que se encontraba en frente mío. En pocos segundos el fusil se encontraba en mis manos y usé este mismo para matar a aquél hombre. Golpeé a unos cuantos con la parte trasera del arma y a los más lejanos les disparé. Mis movimientos eran casi mecánicos, mi cuerpo se había acostumbrado a simplemente a identificar el objetivo y a atacar de la manera más fácil y rápida. Cuando tan solo quedaban tres guardias del lado que yo estaba atacando, el arma que tenía en las manos comenzó a arder sin razón alguna obligándome a soltarla. Una vez más me apuntaron con el cañón de sus armas, sin embargo, esta vez eran dos los que estaban frente de mí y fue tanta la confusión de lo que acababa de suceder que no noté que faltaba otro hasta que me tomó por los brazos y con brusquedad los colocó detrás de mi espalda. Intenté zafarme, pero una corriente eléctrica me hizo, no deteriorar mi fuerza, sino perder aproximadamente cincuenta por ciento de mi movilidad. Caí al suelo de rodillas, con la respiración agitada. Miré a un lado, dos guardias tenían acorralada a Megan en la pared y el cuchillo que le había dado estaba tirado lejos de su alcance. Del otro lado, Ethan se encontraba peleando con un Eléctrico que era casi el doble de alto que él.

- Mátenlo. –ordenó el guardia que me sujetaba-

Los hombres que habían estado apuntándome con sus armas, se acercaron a Ethan para dispararle, sin embargo, les era difícil porque su puntería no era la mejor y menos si Ethan estaba en movimiento. Intenté zafarme una vez más, sentí un dolor en todo mi cuerpo que por poco me hace caer al suelo por completo, pero logré mantenerme erguido.

Perdido Entre LágrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora