Literalmente salí corriendo por el mismo camino que tomé, giré hacía la izquierda e incluso antes de dar esa vuelta ya tenía en mente la que iba dar después y después de esa. Tres veces giré y mientras continuaba corriendo en línea recta comencé a preguntarme si la siguiente vuelta sería a la izquierda o a la derecha. No estaba cien por ciento seguro, pero decidí ir a la derecha y me detuve al instante, retrocediendo varios pasos al toparme con una silueta femenina. Al principio pensé que era Kumi, pero estaba equivocado, esta chica estaba vestida totalmente de color vino, su uniforme se pegaba totalmente a su cuerpo y no dejaba nada a la vista, ningún punto vulnerable por donde enterrar un cuchillo. Lo que más me desconcentró es que llevaba un casco del mismo color que tapaba su cabeza por completo y el vidrio que cubría su rostro era tan negro que pude ver mi reflejo. Los guardias de ahí no utilizaban casco, pero traía puesto un uniforme muy similar.
Todos mis sentidos se activaron y me preparé para cualquier cosa, pero lo único que ella hizo fue levantar su mano y apuntar hacía la bolsa que estaba adjunta a mi cinturón.
-Entrega eso. –su voz sonó demasiado amortiguada a consecuencia del casco-
Dudé. Si lo entregaba, Forrest iba a morir, seguido de Kumi y probablemente yo, pero si no los entregaba iba a comenzar una pelea ahí dentro y cualquier sonido advertiría a los demás guardias que algo iba mal y lo más probable era que ni yo ni Kumi lográramos salir... si es que Kumi aún seguía con vida. De todas maneras, estaba más que claro que, aunque entregara las sustancias no iba a dejarme ir.
No me moví. Y me preparé para pelear.
- Como quieras. –De alguna manera supe que cuando dijo eso, sonrió. -
Esperé a que atacara, no obstante, lo que sucedió después me dejó paralizado. Escuché pasos a mis espaldas y al girar mi cabeza tan solo un poco para no perder de vista a aquella misteriosa chica, vi que un Eléctrico sujetaba a Kumi, rodeándola con un brazo y con la otra tapaba su boca. Ella intentaba forcejear o gritar en vano. Parecía querer decirme algo, pero supe al instante que aquél Eléctrico estaba usando su poder para dejarla sin fuerza.
-Tienes dos opciones –la voz amortiguada de la chica desvió mi atención hacia ella- Entregas lo que acabas de robar y te entregas... o nos meteremos lentamente en la mente de tu querida amiga hasta volverla demente.
Gruñí furioso para mis adentros mientras que mi rostro permanecía inexpresivo.
- No me interesa lo que hagas con ella. –coloqué una mano sobre la empuñadura de mi cuchillo- Mi vida es más importante que la de ella.
Detrás de mí, Kumi gruñó, no de dolor físico sino por lo que mis palabras le causaban.
- Total, ya la habían vuelto loca una vez ¿Qué más da una segunda? –saqué el cuchillo de su funda y señalé hacía la uniformada- Ahora apártate de mi camino antes de que comience a cortarte las extremidades una por una.
No hubo movimiento de su parte, supuse que estaba pensando si lo que estaba diciendo era verdad o no. Detrás de mí podía sentir la penetrante mirada de Kumi sobre mi espalda. La ignoré.
- Mátala –ordenó finalmente al hombre sin dejar de mirarme-
Detrás de mí, la Kumi comenzó a quejarse de dolor y de pronto sus piernas comenzaron a doblarse poco a poco y justo cuando creí que iba a caer, sus ojos se volvieron dorados volviéndolos más aterradores gracias a su semblante sombrío y furioso. Empujó todo su peso hacia atrás, tomando por sorpresa al Eléctrico el cual aflojó su agarre tan solo por un segundo, pero Kumi lo aprovechó y escapó de sus brazos. Giró dando una patada en el aire que le dio justo en la cara al hombre, haciéndolo caer al suelo. Yo, por mi parte lancé hacia arriba el cuchillo que llevaba en la mano, distrayendo a la otra chica por medio segundo, el cual utilicé para darle una patada directa en el abdomen. Cayó al suelo con un ruido sordo. Me giré solo para encontrare a Kumi dirigiéndose a mí con un cuchillo en alto, tomé su muñeca y luego la otra mientras ambos forcejeábamos.
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Perdido Entre Lágrimas
FantasiLibro #2 de Lágrimas Congeladas El planeta Seigue jamás había tenido que enfrentar sucesos tan extraños, y no hablo de guerras sino de algo que deja a todos totalmente confundidos, acontecimientos que solo llevan a una misma cosa: Eléctricos. El Su...