Un día después.
Jueves.
Asher tocó la bocina de su auto, al instante Camila salió de la casa con un paso acelerado, e ingresó a este.
-Buenos días-saludó el dándole un beso en la mejilla.
-Hola-sonríe devolviéndoselo mientras que el auto avanzaba.
-Dime ¿dejaste de pensar en Finn anoche?-cuestiona Asher.
-No, me masturbé en su nombre-habla sarcástica haciéndolo reír-No he hablado nada con ese tipo, solo te dije que me parecía guapo-rueda los ojos.
-Solo te estoy molestando-
-Lo que más sabes hacer-bufa divertidamente. El la mira y le guiña un ojo, ambos ríen a lo que el vehículo seguía corriendo.
Al llegar a la escuela, todos los miraron como de costumbre mientras que otra vez llegaron cantando...como de costumbre.
-¡Uno!-grita Asher.
-Ahora toa la mami quieren darselo a-
-¡Uno!-
-Por eso lo palomo tan en dema con-
-¡Uno!-
-Quieren tener to lo que tiene-
-¡Uno! ¡Uno! ¡U-u uno!-
Ambos se pararon en los asientos del auto y sin imporles nada empezaron a bailar al ritmo de la canción cantando esta mientras que los estudiantes se les quedaban mirando con diversión, ya estaban acostumbrados.
-¡Angel y Reyes! ¡Dejen de bailar a Los Baby One ft. Chimbala!-grita el maestro Collins pasando.
-¡Lo siento!-ríen ambos bajando del auto, el dueño de este lo apaga y la música deja de sonar.
-El día que ustedes no lleguen con esa música puesta, toda la escuela llorará-comenta una rubia acercándose a ellos con diversión.
-Eso jamás pasará-bufa Asher negando con la cabeza.
-Claro que no-le sigue su mejor amiga-Oye Iris ¿hiciste historia?-pregunta.
-No, ¿me la prestas?-levanta sus manos con inocencia.
-Claro Apatow-rió ella sacando la mascota de su mochila. La rubia sonrió y luego de agradecerle salió corriendo para hacer la tarea que no había hecho.
-Oye Cami, ¿hoy me puedes acompañar a un lugar?-pregunta Asher mientras caminaban hacia su aula, les tocaba esta hora juntos.
-¿Dónde?-alza una ceja.
-A la tienda de discos que hay en la plaza-
-A la tienda de discos...¿para qué? ¿No tienes spotify?-dice burlona.
-Es para algo que quiere mamá, y sabes que no tengo spotify, todo lo mío es ilegal-respondió haciéndola reír.
-¿Que tu mamá ya no tiene suficientes discos viejos?-pregunta con una sonrisa.
-Bastantes, pero sabes que le encantan las cosas vintage, así que...-se encoge de hombros-¿No importará que llegues algo tarde a la casa de Brown, verdad?-la mira curiosamente.
-Nah, no importa-le restó importancia. Justo en ese momento el timbre sonó, y ahí mismo ingresaron al aula de Arte.
-Buen día chicos-dijo la maestra, que tenía unos labios enormes, tanto que daban miedos-Vayan a la página 67 de su libro-. Escupió dos litros de saliva.
