La ojiazul y el ruloso cayeron de golpe en la cama, ambos ya estaban desnudos y ahora se besaban frenéticamente, ella encima de él mientras que toqueteaban todo su cuerpo.
Gemían y jadeaban sin parar mientras se revolcaban en aquel colchón de hotel, el cual ya estaba desorganizado gracias a sus bruscos movimientos.
-Oh Finn-gimió ella sintiendo la lengua de este recorrer todo su pecho.
-Ujum-murmuró él subiendo hasta sus labios y volviendo a unir estos con deseo.
Camila suspiró con los ojos cerrados perdiendo sus dedos en el alborotado cabello de Finn, quien con su ceño fruncido disfrutaba cada segundo del momento.
Al instante de separarse ella le dio una vuelta a las cosas, y quedó sentada encima de su torso sujetando las manos del chico, dejándolo inmóvil.
-Mírate-susurró ella observando al agitado ruloso bajo su cuerpo, quien tenía la respiración acelerada mientras la miraba fijamente.
-¿Qué vas a hacer honey?-murmura coquetamente.
-Tengo al lobo enjaulado-sonrió con malicia, haciendo una clara referencia al apellido Wolfhard, y a que lo tenía inmovilizado.
En el rostro de este apareció una divertida sonrisa, pero esta se fue cuando ella empezó a restregarse sobre él. Apretó sus labios con fuerza dejando caer su cabeza hacia tras, sintiendo los fluidos de la entrepierna de la chica lubricar todo su abdomen, haciéndola gemir por igual.
Finn movió una de sus manos intentando sujetar su cintura, pero ella hizo más presión sobre esta, evitándoselo, y negando con una traviesa sonrisa.
-Por ahora mando yo, honey-sonrió mostrando sus dientes.
Y sin quitar aquella sonrisa, continuó moviéndose otra vez, lentamente, tanto que ponía ansioso al chico, quien apretaba sus dientes con fuerza viendo todos sus movimientos con atención.
Ella bajó su torso y, aún sentada sobre él y sujetando sus manos, empezó a lamer todo el pecho del chico, quién gimió con pacer. Pasó su lengua sensualmente por su clavícula, hasta subir por su quijada y llegar a sus labios, los cuales él atrapó al instante con fiereza, como si estuviese hambriento.
Movieron sus labios gustosamente con el del otro, con una sensual rapidez sin perder el tiempo. Pero en un momento del beso ella se sumió tanto en este, que aflojó su agarre en las manos de Finn.
Este al instante se safa y cambia la posición de un severo golpe, sorprendiéndola.
Los dos quedaron hincados en la cama, él había pasado uno de sus brazos por el cuello de la chica, y ahora ella era la inmovilizada.
-Ahora si-susurra él detrás de ella, acariciando su silueta con fuerza.
-El estafador resultó estafado-dice ella irónicamente. Finn rió, justo antes de pegarle una gran nalgada que resonó por toda la habitación.
-¡Finn!-se sobresaltó con sorpresa abriendo su boca.
-Shh, no no-negó el hundiendo su nariz en el perfume que había en su cuello-Ahora mando yo, honey-murmura lo mismo que ella.
-Te encanta repetir mis frases-dice burlona, y al instante recibe otra fuerte nalgada-¡Dios!-cierra sus ojos apretando los dientes.
-Ahh ¿te gusta?-dijo divertido dándole un fuerte apretón a su trasero, apegándola más a él.
-¿Cómo no me va a gustar idiota?-dice con obviedad, y recibió otra-Oh-cerró sus ojos.
-Cada vez que digas algo, te daré una, y cada vez más fuerte-advierte alzando sus cejas.