-Y después mi tío gritó por toda la casa "¡NOS ATACAN!"-dramatizó Asher alzando los brazos frenéticamente haciendo a Camila estallar en risas nuevamente.
-¿¡Pe-pero po-por qué!?-reía ella sin parar.
-¡No lo sé, de verdad! ¡A mami se le cayó un espejo en el piso y el empezó a gritar eso y correr por la casa!-explicó entre risas provocando que las de ellas aumentaran.
-Aay ese tío tuyo está loco-negó con las mejillas rojas de tanto reír.
-Nada es peor que tu tío Paco-dijo abriendo sus ojos exageradamente y ella rió otra vez.
Estaba a punto de hablar pero su celular vibró en el bolsillo, tomó este encendiéndolo al instante. Asher de acercó para ver la pantalla.
Finn🤗
Abre la puerta de enfrente-Ay por Dios-murmuró Asher. Camila comprimió una sonrisa y tecleó la respuesta.
¿¡Estás afuera!?
-Duh-dijo Asher con obviedad-Uhh ¿te imaginas que haya un caballo?-alza las cejas.
Averigualo.
Ella sonrió mordiéndose el labio levemente, lo dejó en visto y guardó el teléfono. Miró a su mejor amigo.
-Amm-le da una sonrisa nerviosa.
-Ve, yo te cubro-asintió con pereza.
-¡Gracias mi amor!-chilla abrazándolo con fuerza.
-Denada denada, ya vete-sonríe, ella lo imitó mientras salía de la cocina con prisa-¡No te enamores!-pide.
-¡Jamás!-ríe llegando a la sala.
Asher se quedó solo en la cocina, curvó sus cejas levemente pensando preocupadamente en el corazón de su mejor amiga.
Camila abrió la puerta de la casa, encontrándose con un sonriente y alegre Finn al instante de que la vió, ella hizo lo mismo.
-Lo averiguaste-dice con una sonrisa alzando sus cejas.
-Me gustan los misterios-sonrió cerrando la puerta tras ella-¿Para qué viniste?-cuedtiona con curiosidad.
-Hum, me preguntaba si te gustaría dar un paseo-responde con amabilidad.
-Emm ¿será en un parque de diversiones?-curva sus cejas con exageración, fingiendo estar asustada.
-No, no esta vez-ríe negando con la cabeza.
-¡Bien! Vamos-asintió con emoción.
-Vamos-la imitó.
Ambos caminaron hacia el auto que estaba parqueado frente a la casa, ella alzó las cejas cuando lo vió abriendo la puerta del piloto.
-¿Sabes conducir?-preguntó sorprendida.
-Me dieron mi licencia justo ayer-guiña un ojo mirándola-Anda, sube-ordena.
Se sentó a su lado, de copiloto. Sin más, el encendió el auto y pisó al acelerador, alejándose de la casa y pronto, de la calle.