Una nueva mañana había llegado a Los Ángeles, una fresca y silenciosa, con un amable sol asomándose por las cortinas.
Camila se removió en su cama sonándose la garganta, y lentamente comenzó a abrir sus ojos de aquel calmado sueño.
-HOLA-sonrió Paco acostado con ella, dándole el susto de su vida.
-¡¡TIO!! ¡SAL DE AQUI!-grita enojada pegándole en el hombro.
-OK-se para de la cama, le hace una reverencia a una laptop y luego sale del cuarto cerrando la puerta.
Camila se quedó mirando raro por donde se fue, para luego simplemente suspirar y negar con la cabeza. Levantándose de la cama, camina hacia al baño y al instante entra en la ducha, luego claro de haberse quitado la ropa. Y la tibia agua cayó sobre su cuerpo, mientras tarareaba una canción.
Hace ya dos días que habían vuelto de República Dominicana, era lunes, pero los recuerdos de allá aún no se han ido, y siempre se cruzaban por la cabeza de la ojiazul, cada momento que pasaron ella y sus amigos en su país.
Cotuí, sus montañas, el río, todas las risas, las fotos, los deliciosos desayunos, la carrera que se perdió, haberse reencontrado con su ex, haberlo perdonado, la falsa declaración de amor de Finn, cuando tuvo sexo con él en el comedor de su tía, y todos los besos que le dio.
Dreams hotel, donde los gringos conocieron La Romana, tuvieron divertidos almuerzos, gozaron en la piscina, bailaron, aquella cita en la playa donde se enamoró más de él, y la traición que la decepcionó más que nada.
Abrió sus ojos luego de cerrar la ducha, suspira mirándose en el espejo mientras se colocaba su ropa interior. Dejó su toalla colgada en el baño para luego salir de este.
-Uhh que bien te ves-dice Asher acostado en su cama, viéndola con una sonrisa.
-¿Cómo es que siempre entras?-pregunta confundida mientras se dirigía a su cajón.
-Tengo mis trucos-sonríe, sacándole una risa a la castaña.
-Ay Dios ¿qué me pongo?-cuestiona volteándolo a ver.
-Hum-dijo pensativo mirándola de arriba para abajo, luego asintió-¿Por qué no te quedas así? Amo tu ropa interior de encaje-asintió con aprobación.
-Oh, creeme que me encantaría quedarme así ¡pero! ¿adivina qué? volvimos al infierno de escuela-responde un tono de pereza.
-Seh, es una miseria-hace una mueca.
-Bueno entonces, ¿qué me pongo?-se cruza de brazos, indecisa.
-Que sé yo, coge lo que sea, tienes ropa muy bonita-dice sacando su celular y poniendo sus ojos en este.
Camila suspira volteándose otra vez, automáticamente la mirada de Asher se fue para su trasero, sacándole una sonrisa. Ella buscó unos segundos más, hasta que fue encontrando piezas para su conjunto.
-Ash ¿me estás mirando el trasero?-pregunta aún volteada.
-Sep-responde sin importancia.
La castaña rió para al instante darse la vuelta y tirarle desde su lugar toda la ropa que eligió a Asher, esta chocó con su cara y cayó en sus rodillas.
-¡Oh Camila, demonios. El botón me dio en la boca!-se queja con el ceño fruncido mientras agarraba sus labios.
-Tal vez es una señal de que te debas callar-sonrió ella divertida, caminando hacia él para buscar su ropa.
-Pero ven cállame tu-alza sus ojos para mirarla, ya que había quedado justo a su frente.
-¿Quieres que te ponga la mano en la boca otra vez?-alza sus cejas, burlona.