Finn se encontraba en su habitación, sus labios entreabiertos y las pupilas de sus ojos dilatadas notablemente.
Con la puerta del cuarto cerrada con seguro, la pantalla de su celular mostraba sin ninguna censura como un hombre manoseaba la parte íntima de una mujer, mientras que esta gemía sin parar con los ojos cerrados.
Wolfhard tenía sus manos quietas, lo único que hacía en ese momento era no apartar la mirada del hipnotizante video mientras que de vez en cuando soltaba leves jadeos.
Si, Finn Wolfhard se encontraba viendo porno en estos momentos. Tan solo saciando visulamente los deseos que no podía cumplir físicamente.
Mordió su labio inferior cuando vió como la mujer caía de golpe en la cama, abierta de piernas, y el hombre se colocó entre ellas, sacando su lengua.
Millie abrió la puerta sonriente y el al instante salió de la página y apagó el teléfono.
-¡Ya volví!-canturrea ella con una bandeja en manos, la cual contenía dos rebanadas de pastel y un solo vaso de limonada con dos sorbetes-¿Que hacías?-deja la banfeja sobre la cama.
-Me tengo que ir-dice el parándose, borrando su sonrisa.
-¿Qué, por qué?-cuestiona preocupada.
El se le quedó mirando por unos segundos, parpadeó y luego, sin ningún aviso, estampó sus labios con los de ella, quien alzó sus cejas sorprendidas y al instante le correspondió.
Finn quería acelerar el beso, pero Millie lo mantenía lento, suave y tierno, desencajándolo. Lo intentó otra vez, y comenzó a bajar sus manos de la cadera de la chica hasta sus muslos, y apretó estos.
-¡Finn!-reprocha ella alejándose al instante, seria, el la miró-¡Ya sabes que no me gus-
-No te gusta eso. Siya-dice totalmente serio, confundiéndola-Me voy-se dirige a la puerta.
-¡Pe-pero el pastel!-suplicó alzando las cejas.
-Déjalo que se enfríe-salió estallando la puerta de la habitación. Brown se quedó mirándola por unos segundos, para luego rodar los ojos y darse la vuelta dirigiéndose a la cama.
Finn salió de la casa con una expresión algo seria, curvó sus labios levemente creando una mueca. Sintió el celular vibrar en su bolsillo, lo sacó encendiéndolo. Era un mensaje.
Camila🔥
Puedes venirLe respondió al mensaje que había mandado hace unos minutos. El ruloso sonrió lamiéndose los labios y al instante comenzó a caminar con algo de rapidez por el pavimento del lugar.
•••
Ese día, Camila había despertado de buen humor. Al pararse de la cama bajó descalza a la primera planta.
Cuando entró a la cocina, notó que en la pizarra pegada a una de las puertas de la nevera habían varias palabras escritas, así que se acercó para leerlas.
" Mami: Hola mi niña♡ Yo salí a una diligencia del trabajo, vuelvo en varias horas ¿ok? Preparate el desayuno, hay de todo. Te amo besos "
Leyó la nota de abajo.
" Papi: Cariño, tu mamá salió, bueno ya lo viste en la nota de arriba pero aja. Yo salí a hacer las compras de la casa, decoraciones, comida y esas cosas. Creo que de paso iré a vistar al tío Paco, así que volveré algo tarde. Te amo♡ "
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