El día de escuela había acabado, y ahora el rubio y la castaña iban de camino a sus hogares en el carro del chico, con el radio apagado tan solo disfrutando de la brisa que entraba por las ventanas.
La ojiazul veía el camino tranquilamente, aquel al que estaba tan acostumbrada ver. Las casas de sus vecinos pasaban, al igual que los árboles y algunas personas paseando a sus mascotas.
-Ya casi llegamosss-canturreó Asher doblando hacia la derecha, ya podiendo ver su hogar junto a la de la castaña.
Y el ceño de esta se fue frunciendo lentamente mientras más se acercaban a su casa, notando un auto negro parqueado en el patio de esta.
-¿Pero qué?-dice Asher confundido, el corazón se le detuvo a la ojiazul cuando se dio cuenta de algo.
-Es el auto de Finn-susurra.
Wolfhard se levanta de las escaleras en la entrada de la casa, con las manos metidas en sus bolsillos y mirando fijamente como aquellos dos llegaban.
Angel detuvo el auto frente a la casa para luego bajar con rapidez al igual que ella, quien mientras lo hacía no paraba de mirar al ruloso.
-¿Qué haces aquí?-preguntó estresada caminando hacia él.
-Te dije que me aparecería-recuerda encogiéndose de hombros.
-¿Quieres que llame a la policía?-habló Asher mirándolo con amenaza.
-No hará falta, llamé a Sophia y dijo que te podía esperar afuera así que tengo permiso de estar aquí-hizo una leve mueca.
-¿Cómo diablos tienes el número de mi mamá?-pregunta enojada.
-Tengo mis contactos-se encoge de hombros-Ahora ¿podemos hablar?-la mira.
-¡No!-niega con obviedad.
-Camila, vamos a dejar de actuar como niños pequeños y hablemos cara a cara de una vez por todas-dijo seriamente.
La dura mirada de la latina se rindió un poco, apretó sus labios y miró al chico de ojos marrones con sequedad.
-Tienes 10 minutos-dicta ella mientras los tres entraban a la casa.
-Necesitaré más que eso-dice y nota como Asher pasa a su lado-¡Hey hey hey! ¿Qué acaso eres espectador?-pregunta frunciendo el ceño.
-Esta casa es más mía que tuya idiota-lo miró burlón-Estaré arriba ¿ok?-volteó a mirar a su amiga.
-Bien-susurra ella asintiendo, y lo siguió con la mirada viendo como subía las escaleras y se perdía por el pasillo. Tragó duro, volviendo a mirar al otro chico.
-Vamos a hablar como gente civilizada-dice alzando sus manos.
-Yo te voy a civilizar si no hablas rápido-se cruza de brazos-Empieza de una vez, Wolfhard. No me tragaré nada-niega dándose la vuelta y caminando hasta el mueble, se sentó en este y lo miró esperando-. Puedes empezar-afirma alzando sus cejas.
-Ok...-suspira mirando al techo por unos segundos, pensando en lo que diría primero-Te amo-la mira.
-¡No, no!-niega con los ojos cerrados-. Demasiado rápido, empieza desde el principio-ordena, ganándose una confusa mirada-. Dime por qué corriste donde mi cuando me conociste-
-Porque me encantaste desde el primer momento-dice con una pequeña sonrisa-¿Lo recuerdas? Cuando estabas sentada en el sillón en la casa de Mil-
-Lo recuerdo-interrumpió, seca. Él tragó duro.
-Y bueno...fue como que me atrapaste desde la primera vez y, entonces desde ahí empezamos a hablar, nos encontramos en la tienda de discos-sonríe.