En Los Ángeles, muchas personas habían halagado el cálido y hermoso clima que estaba presente en el día. Pero este había cambiado drásticamente de un momento para otro, y ahora una fuerte lluvia caía sobre la ciudad, haciendo que la mayoría de ciudadanos se mantuvieran en sus casas simplemente.
Camila tenía sus labios aflojados, mientras que sus azules ojos estaban fijos en la piel del ojiverde, pasando un algodón con alcohol por esta detenidamente.
Asher hacía pequeñas muecas cada vez que sentía ese típico ardor, pero luego se calmaba cuando ella hacía un tranquilizante y suave "shh".
-Ya deja eso, estoy bien-insiste él mientras sentía el algodón en su ceja.
-No, no estás bien. Finn te demolió-niega concentrada en la herida.
-¿Qué me qué? ¡Yo lo demolí a él!-dice con obviedad.
-De hecho, fui yo-ladea la cabeza.
-Ahh si, te viste tan sexy golpeándolo-sonríe mordiéndose el labio. Ella sacó una leve risa, que apenas y se notó.
Él cerró su boca, fijando sus ojos en ella, quien no se dio cuenta y tan solo comenzó a pasar el algodón por uno de sus pómulos, haciéndolo soltar un quejido.
-Lo siento-susurra al instante.
-No no no, está bien, no me dolió-niega con una repentina sonrisa. Ella le dio una muy pequeña, mientras continuaba curándolo, él parpadeó-Camila-susurró viéndola.
La llamada alza su mirada hacia sus verdes ojos, y estos chocan, observándose detenidamente uno a otro, hasta que ella suspiró, cerrando el alcohol y tirando el algodón por algún lado.
-Es mi culpa que Finn te haya golpeado-murmuró acomodándose en la orilla de la cama, a un lado de él.
-Ay no digas estupideces-reprende frunciendo su ceño-Yo me peleé con él porque se lo merecía, y porque quería hacerlo-dicta alzando sus cejas.
-Si pero...mírate-susurra señalando su ceja y pómulo.
-¿Qué, esto?-señala con diversión-Ya ni las siento-se encogió de hombros haciéndola reír.
-Porque te curé, ¿ves? te lo dije-dice alzando sus cejas y ahora es él el que ríe, dejando ver esos marcados hoyuelos, ella sonrió observando estos.
-¿Qué tanto me ves la boca Reyes?-cuestiona con un falso tono autoritario.
-Veo tus hoyuelos-responde alzando sus manos y tocando estos, él sonrió más pronunciadamente solo para que ella jugara con ellos-Siempre me han fascinado-comenta mirándolos divertida.
-Puedes besarlos si quieres, no tendría problemas-niega encogiéndose de hombros, ella rió mirándolo.
-Ya los he besado antes-susurra con una comprimida sonrisa.
-Si, peero-él hace una mueca-Fue hace mucho-alza sus cejas-Come on, give papa a bite-pide con rapidez.
-Ay Dios mío-ríe ella rodando los ojos, él por igual rió, mirándola-¿Ni aunque te acaben de dar el golpe de tu vida puedes estar serio?-preguntó divertida.
-¿Cómo voy a estar serio al lado tuyo?-dice con una dulce sonrisa.
-Ah, ahí está, coqueteando otra vez-dijo con diversión.
-¿No te gusta?-pregunta preocupándose al instante, ella carcajeó apretando sus cachetes.
-Me encanta-afirma con una sonrisa, haciéndolo reír por igual.
-Bien...Ah, y por cierto, no fue la paliza de mi vida, apenas y sentí esas palmadas-bufó rodando sus ojos.
-¿Ah si? Dile eso a tu ceja-señala burlona el pequeño corte que había en esta.
