13. Es Jodidamente patético.

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Narra Ricardo:

—Entonces...Que comience el juego—Ella alzó una de sus perfectas cejas y me miró de arriba a abajo.

—¿Seguro? Deberías pensarlo para que luego no te arrepientas de nada.

—Estoy totalmente seguro, pero...

—Ya va, déjame procesar, ¿hay un "pero" en esa oración?—Se acercó de brazos cruzados pero con un paso lento sin perder elegancia y seguridad en ese caminar que puede ser amenazante.

—Si Shannele, te estoy dando un "Pero", ¿Me dejas terminar o vamos a seguir jugando el juego de la intimidación?—Sonrío pero no porque le diera gracia, sino por sorpresa.

—Hablé entonces señor Bronw.

—Gracias señorita Martínez, como decía, tengo ciertas reglas o requisitos, como quieras llamarle, en este trató.

—¿Quierés poner reglas aquí?

—Llámalo como quieras—Me levanté acercándome a ella, teniendo que bajar la cabeza para poder verla a los ojos—Tanto como tú has estado analizando lo que hago, yo también lo he hecho, y sabemos que te gusta llevar el control en todo, ser la imponente y fuerte en todo.

—Y a ti también, ¿o no?—Sonrío mostrando sus dientes y después mordió su labio—Primer hijo, heredero de todo, el niño consentido.

—y Tú, Única hija, primera nieta, primera sobrina, la chica linda que tiene a todos a sus pies.

—¿Qué te puedo decir? No estoy hecha para ser segunda opción, ¿Qué es lo que propones?

—Para comenzar, una cita.

—Y ya comenzamos mal—Me acerqué más y ella retrocedió un poco.

—Princesa, quiero saber con quién me voy a acostar, ya se quién es la chica perfecta que todos aman, pero quiero conocer a la verdadera Shannele, esa que no sale en internet y solo está ahí, oculta detrás de esa fuerte chica, digo, debo de tener algo de información para saber en dónde me estoy quemando.

—¿Para qué? ¿Quemarnos juntos?—Tomé su mentón y hice que elevará su rostro, acerqué el mío casi juntando nuestros labios.

—Hermosa, estamos quemandonos desdé que nos conocimos—En vez de darle el beso que se que estaba esperando al notar que miraba mis labios me separé y me recoste de la mesa—Y tendrás que aceptar eso si quieres que el juego comience, además eso de hacer como si no nos conociéramos olvídalo, nos veremos muy seguido ya que soy amigo de el novio de tú amiga, nadie se tiene que enterar pero si se enteran no hay problema, podemos tener algo privado pero no secreto, solo ajustamos un poco la realidad para desconcertar y tú también tendrás que ganarte el placer, nada es gratis aquí, es un juego de poder, control, seducción, lo que sea, pero justo para ti y para mi.

—¿Tiene otra petición el señor?

—Si, sin terceras personas y sin la regla de "Quien se enamora pierde" y habilita la comunicación constante de cosas importantes, un cronograma de tú día.

—¿Te sirve ponerme un GPS? Así de una vez—dice con claro sarcasmo.

—No, pero puedo poner otras cosas en ti, hay lugares muy interesantes para poner cosas—Sonrío y nego de manera juguetona mientras se acercaba a mí para estar entré mis piernas —Pero esa es mi oferta, ahora te toca a ti pensar si la aceptas o no, no puedes eliminar ninguna de mis peticiones, solo el de la tercera persona, si quieres, tendré que adaptarme, pero el resto está en tus manos princesa, sería una lástima desperdiciar la atracción sexual de ambos, la conexión de ambos.

—Si es así, entonces que gané el mejor, osea yo.

—Lunes, A las ocho paso por ti—Ella bajo la mirada a mi abdomen y me di cuenta que se desabrocho un poco la camisa, pero no me preocupé por arreglarla, ella subió su pierna con cuidado rozando mi entrepierna.

—¿Sabes? podríamos hacer un pequeño adelanto de todo, Como para saber en dónde estamos entrando—Me comenzó a besar el cuello con besos húmedos subiendo para llegar a mi boca, antes de que ella pudiera tomar mi camisa desabroche los pocos botones que tenía su traje, no tenía brasier y su ropa interior de lencería estaba perfectamente combinada con el sacó blanco, me acerqué a su boca y ella intentó iniciar el beso pero la tomé de la mano derecha alejando la un poco permitiendome levantarme, rápidamente la tomé de ambas manos colocando la detrás se su espalda y haciendo que pegara su cuerpo contra la mesa—¿Qué...?

—Princesa recuerda, ganate de placer—No hizo falta subirle el saco porque ya tenía una perfecta vista de su trasero por la posición en que estaba—Podrías considerar añadir los castigos—Azote su trasero dejando la marca de mi mano y a la par un gemido ahogado de su boca—Te puedo dejar algunas cosas pasar, pero pensar que vas a dominar me ya es avaricia—Azote de nuevo su trasero dejándolo más rojo, le solté las manos—Nos vemos el lunes, linda noche.

Me alejé de ella y salí del cuarto arreglando mi camisa, una pareja  bastante alegre y al parecer muy melosa iba saliendo de uno los cuartos.

—¡Ay! Mi amorshito ¿Me perdonas es que me encanta estar así contigo? ¿Shi?—Dijo el chico haciendo como si fuera un bebé.

—Claro que si mi amorshito, pero no lo hagas de nuevo, porque duele—Ella hizo un puchero, se detuvieron y el le dio un beso en la frente.

—Esto es Jodidamente patético—Digo sin remordimiento y me alejó con tranquilidad.

Examine con la vista el lugar y con las personas con las que vine no creó que estén muy sanas, no dudo y solo bajó a la zona normal y aún hay mucha gente en el lugar, intento salir sin tocar mucho a las personas porque están sudadas y eso es asqueroso.

Al salir busque mi auto, mi teléfono comenzó a vibrar en mi pantalón, abrí la puerta del auto y tomé mi teléfono antes de subir.

Vi que era una llamada de mi hermana y no contesté, cerré la puerta del auto y encendí el auto para irme a casa.

Un Sueño De Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora