34. El eclipse.

46 7 107
                                    

Narra Ricardo.

—Daniel en el cuarto de Shannele  tampoco están—dije saliendo al pasillo juntó a los demás.

—¿Pero ninguno las vio salir?—preguntó Daniel y todos negaron verlas salir de los cuartos—Bueno, talvez salieron a comprar algo se cenar, aún es temprano, esperemos a que lleguen y todos felices.

—Yo voy a ir a dormir, me avisan si pasa algo—Malik se fue a su cuarto y quedamos Daniel, Joè y yo.

Antes que Joè abriera la boca me dirigí a mi cuarto y cerré la puerta con seguro para evitar accidentes de nuevo.

Saqué mi teléfono del sacó, vi el mensaje que me había enviado Shannele, entre a la conversación y me había respondido al "¿Dónde estás?" De hace unos minutos con un "No te importa"  Sonreí y le respondí con un "¿Cuánto más vas a seguir molesta?"

Dejé el teléfono en la cama y me empecé a desabotonar la camisa mientras miraba mi teléfono, de repente Flashbacks de Shannele haciendo eso vinieron a mi atrapandome en el momento en dónde estaba en mi departamento, como le ordené que se arrodillara y obedientemente lo hizo, al volver a la realidad terminé de quitarme la camisa y entré al baño, abrí la llave para poner el agua caliente y terminé de desvestirme para entrar a la ducha.

Mi mente se situó en el momento en el que me estaba bañando y solo se escuchan gemidos y las voces de Shannele y Joè, apreté la mandíbula y mis manos se hicieron puños sin ninguna razón.

Entré a la ducha y mi cuerpo al hacer contacto con el agua tibia se sintió bien y esos intentos sonidos se disminuyeron, después de mojar mi cuerpo un poco tomé el jabón y empecé a enjabonar mi pecho, al llegar a mi cuello fue como si me teletransportara al momento en dónde entramos a la habitación de hotel porqué no quería que los demás se dieran cuenta de que había estado llorando.

De como nos empezamos a pelear  porque no quería irme a otra habitación aparte y no iba a dormir en el suelo, de como empezamos a retarnos y provocarnos para terminar basándonos mientras nos quitabamos la ropa, los besos desordenados, duras estacadas, y como resultado gemidos perfectamente audibles.

Me mordi el labio si recordar su espalda arqueada por mi, al volver a la realidad moje mi cabeza y terminé de enjabonarme y lavarme el cabello.

Después de sacar todo eso y durar unos minutos más en la ducha solo porque si salí, me coloqué una toalla al rededor de la cintura y salí del baño.

Encendí el teléfono y vi la respuesta de Shannele "¿Cuántos días más nos quedan aquí?"

Terminé se secar mis manos y le puse "Solo dos más." Volví a dejar el teléfono en la cama y fui al clóset, tomé un mono negro y me lo puse.

Tocaron la puerta, fui hasta ella y abrí, vi a Joè y coloqué la toalla en mi cuello.

—¿Qué se te ofrece?—Él iba a hablar pero Daniel apareció y pasó entre ambos entrando al cuarto—Pasen si quieren—dije con sarcasmo y Joè entró.

Volteé y Daniel estaba sentado en mi cama, tenía unos vasos de shots y una botella.

—Ahora que los tengo aquí vamos a averiguar cuál de los dos hijos de sus madres preciosas arrebató la inocencia de mi hermosa bebé, y vamos a hacer una depuración entre nosotros porque siento mucho odio y tensión aquí—Mire de reojo a Joè y el también me había mirado así, volvimos a ver a Daniel con una expresión que denotaba un claro "No"

—Daniel, ya eso pasó, las chicas ya lo hicieron, todo bien—Joè se dio vuelta para salir y Daniel enseguida lo alcanzó y se colocó en la puerta.

Un Sueño De Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora