23. Fue todo.

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Respiré hondo y lo contuve lo más que pude, hasta que no sentí ese pequeño sentimiento de desesperación por nuevo aire fue que lo solté y volví a respirar con normalidad, abrí mis ojos y solo veía el número cuarenta y tres en color plateado con algo blanco de fondo.

Baje la mirada a ma manija y la giré lentamente, al abrir la puerta y entrar mi madre estaba cerrando una maleta.

—Al fin llegas—Me dio la maleta y casi me caigo con ella por el peso.

—¿No pudiste enviarme un mensaje diciendo que viniera? Creó que sería más lindo que mandar a dos hombres a secuestrarme falsamente.

—Le quitas lo divertido a la vida nena—me miró de arriba abajo—Te ves horrible ¿Engordaste? Debes de dejar de comer esos dulces, no te hacen bien, y se eso de la moda de ahora pero eso, da asco, te quiero a partir de ahora, vestida, peinada y si hace falta maquillada siempre, no voy a permitir que salgas mal en una foto y menos que esa la usen en alguna revista, vas a volver a las actividades que tenías hace un año, la danza y el modelaje, quiero el cuarto de visitas llenó de trofeos como hace tres años, vas a ir una semana a uno, otra semana a otra para que no te quejes ni te anotes tanto como el pasado.

—Mamá, no quiero volver a...

—Hija, sabes que eres maravillosa en esas cosas, te destacas, aprovecha que eres joven, sin responsabilidades y preocupaciones y lo más importante hermosa, complace a mamá con su cuarto de trofeos, se que no me vas a decepcionar ¿Verdad que no nena?

—No lo voy a hacer—Le di una sonrisa y ella me sonrió mostrando dudas dientes, se notaba alegría.

—Estoy muy segura de eso, recuerda, superemos el récord, trescientos cincuenta títulos, trofeos y medallas en un año—Asentí y me acarició la mejilla—Los fines de semanas vas comenzar a aprender como administrar la empresa, en las mañanas nada más, en las noches puedes hacer lo que quieras.

—Ya para las noches voy a estar cayendo me de sueño—Se le borró de inmediato la sonrisa y se alejó de mi, tomando esa postura de autoridad.

—Shanne la vida social al final de todo no es lo más importante, te estoy preparando para tú futuro.

—Me llevas preparando desde los siete para mi futuro, cada concurso de baile que ganó es dinero que te dan, cada certamen de belleza desde los quince te han dado algo, casa corona es dinero, cada sección de fotos es pagada, cuándo promocionó alguna marca, mucha ropa me la han dado las casas de modas, no creó que tenga menos de Quinientos mil acumulados, creó que con eso estoy bien para comenzar mi futuro, lo de la empresa si lo quiero.

—Se que suena duró pero si lo llevas haciendo desdé hace tanto es porqué te gusta y por...

—Porqué me obligas, al principio si te lo pedí, pero tenía cinco, cuándo tenía los certificados y trofeos al principio se sentía bien, pero ya no, no lo hago porque me gusta, lo hago porque me obligas.

—Claro, porqué si vas a hacer algo, tienes que ser la mejor, y si no eres la mejor ¿Qué sentido tiene hacerlo? Se que siempre va a venir alguien mejor después pero que sea eso, después de que cumplas dieciocho, ya después de eso no vas a tener que hacerlo más.

—Porque para ese momento exacto ya voy a estar muy lejos de ti.

—Hija, nunca me vas a tener demasiado lejos, somos iguales, nos necesitamos, me necesitas, ahora deja el melodrama y llévate esa maleta a mi oficina, va a ir un chico, como de tú edad, es el que se está encargando de todo ahora, nuestro mayor cliente y ahora posible socio.

—¿Porqué no vas tú?

—Iba a hacerlo, pero especificó que fuera alguna chica joven y tú, lastimosamente, eres en la única que confío, tienes algo de mi para  hablar y hacer las cosas bien, no lo arruinaras, lo sé.

—Está bien, pero intenta algo saldrá con una silla en la cabeza.

—Esa es mi niña, ahora ve—alcé la maleta y fui a la puerta— por cierto, te quiero lejos de ese chico—Me quedé inmóvil al escuchar eso—Su nombre era...Joè, es hijo de un político, no me interesa tenerlo cerca, necesito que lo incluyas a tú vida si te interesa, vas a necesitar...

—No necesito a ningún hombre.

—Nadie los necesita, solo que te serviría mucho el prestigio del apellido, el poder que puedes tener.

—Prefiero ganarme el poder, y si me acercó a él no va a ser para complacerte o para utilizarlo, va a ser porque yo quiera y porque a mi se me de la gana.

—Esta bien, mientras no acerques a un cualquiera, es más que perfecto—Ignoré el comentario porque iba a iniciar una guerra que jamás iba a terminar para abrir la puerta y salir del cuarto, afuera estaban los dos señores de traje que me trajeron hasta acá, le di la maleta a uno y empecé a caminar para salir del hospital de rehabilitación, al subir al auto y el auto empezar a andar en movimiento algo cerca de mi comenzó a vibrar.

Miré a los lados y no encontré nada, hasta que mis ojos se detuvieron en la bolsa de la tienda Prada que me habia dado Ricardo.

Busqué por encima de las cosas y estaba mi teléfono, no me acordaba de que ese aparato existía ni donde lo había dejado, al voltear se desbloqueó por el reconocimiento facial.

Era un mensaje de mi mamá que decía "Por cierto, en toda la semana que viene no va a ver clases por una inundación en el colegio aparentemente, luego te diré que vas a hacer en esa semana"

Dejé caer el teléfono en el asiento y salió un quejido de fastidio de mí, miré a mi izquierda, el otro lado del auto, mi vista quedó perdida atraves de la ventana.

En unas largas paredes blancas estaban muchos niños pitando y dejando sus huellas, todo era tan colorido y bonito, los niños se notaba felices.

Habían dibujos de animales, flores, dibujos de una familia entera, súper héroes, princesas, un gran eslogan de "Le ganamos al cáncer" después del eslogan estaba un dibujo de Steven universe, a mi mente vinieron el montón de capítulos que vi, la canción de intro, la canción que más me gustaba cuándo estaba más pequeña...

Si pudiera comenzar a hacer la mitad de lo crees de mi, cualquier cosa podría hacer, y podría aprender a amar.

—Cuándo veo que actúas así, me preguntó cuando volverás, cualquier cosa podría hacer y podría aprender a amar, como tú...—Comencé a cantar la canción sin darme cuenta, en un susurró—Tú eres tan bueno y no soy como tú, te has ido hoy y yo te adoró, quisiera saber...¿Qué te hace pensar que especial soy?—dejé de cantar y me quedé pensando en eso.

¿Fue todo no es así? No voy a recuperar a mi mamá...

Un Sueño De Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora