Capítulo especial.

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Narra Emma.

—Ricardo Envió un mensaje—dijo Daniel con una sonrisa de tranquilidad—Esta bien, dice que luego vienen—Apretó fuerte mi mano y le regalé una sonrisa.

—Ves, les dije que estaba bien, lo más seguro es que andaba con...

—Lilith, te voy a pedir que dejes de hablar de verdad, es irritante tú voz y no quiero que me contagies con tú envidia, la verdad te habló y conozco por Shannele pero quiero que sepas que nunca te soporté y si te puedes alejar te lo agradecería—dijo Ela con mucha seguridad yes dio vuelta para volver a la casa, detrás de ella se fue Joè dándole la razón a Ela.

—Yo tampoco te soporto, pero tú puedes caminar para irte, gracias—dijo Daniel, Lilith se arregló el cabello y se fue exagerando cada paso que daba.

—Bueno, ahora que ya la encontraron y estamos más tranquilos ¿Volvemos a la casa?

—Si, sobre eso, yo creó que no.

—¿No? ¿Porqué no?

—Porqué allá adentro ya hay muchas personas y yo quiero hablar contigo sobre algo—dijo apuntandome con su dedo.

—¿Conmigo? Según yo no he hecho nada—Sonreí ante su exagerada reacción de incredulidad.

—Claro, por supuesto, la niña no ha hecho nada—dio unos pasos hacía atrás y extendió su mano—Hermosa Doncella aceptarías caminar conmigo por la playa para poder hablar.

—Tendría que pensarlo.

—¿Y qué te parece ir caminando mientras lo piensas?—Sonreí y le tomé la mano.

Comenzamos a caminar sin hablar hasta llegar a la arena, se quitó los zapatos e hice lo mismo.

—Quién llegué primero puede quedarse con el chocolate en la nevera.

—¿Qué?—Él comenzó a correr y intenté superarlo para llegar antes a la orilla pero no logré alcanzarlo—Eso...Fue trampa—intenté hablar mientras mi pecho subía y bajaba, y el aire entraba y salía por mi boca.

—Claro que no...Fue todo legal—Su pecho subía y bajaba al igual que el mío, él me miró y sonrió, bajé la mirada un poco y al volver a poner mi atención en él estaba mirándome fijamente, no volteó al darse cuenta que lo estaba viendo—Pero si quieres volvemos a competir.

—¿Correr otra vez?—Se me acercó lentamente con su mirada clavada en mis labios.

—No de esa manera exactamente—Se me acercó peligrosamente, podía sentir su respiración intentando ser calmada, por la cercanía caí en el juego de el nerviosismo, mi vista cayó en sus delgados labios y luego a sus ojos de nuevo—Lástima que no se pueda.

—¿Y porqué no?

—Amigos, ¿Recuerdas?—Se alejó y cerré mis ojos lamentando cada palabra que salió de mi boca al estar ebria. Él se sentó en la arena mirando hacía el mar, me senté dejando una distancia de poco menos de un metro pero lo suficientemente alejados—Puedes estar cerca, tranquila, no te voy a comer a menos de que tú me lo pidas—Sonreí a labios cerrados intentando no morder mi labio inferior.

—¿Porqué estas así desde...La otra vez? Solo fueron palabras que salieron sin...

—No quiero seguir así, ahora mismo quiero que seas sincera, precisa y directa, porque no me ha gustado nunca el juego de un día me encantas al siguiente te odió y el próximo quiero que cambies todo de ti porque te quiero, ¿Qué quieres en realidad? ¿En realidad tan siquiera te atraigo?

—Si, si, digo no, osea si pero no, talvez, probablemente, osea, a lo que me refiero es que...—Mire al frente e intenté calmar mis palabras y organizar mis ideas—Mi papá es político—dije sin más, lo volteé a ver y se notaba confundido.

—¿Y eso importa por...?

—Es celoso, mucho, demasiado diría yo, digamos que una vez alguien también se me acercó de manera romántica y él se enteró, él detalle de eso es que no he sabido nada de él desdé eso, su familia no sabe donde está y...La cosa está en que no quiero que te pase nada y si te llega a pasar algo entonces...

—Vale, entonces le tienes miedo a como tú papá reaccioné si llega a pasar algo—Empezó a reír—Doncella además de que los padres me adoran dudo mucho que me pasé algo por ser amigo de su hija—Lo golpeé en el hombro y Sonreímos.

—¿Cuánto tiempo más vas a seguir con eso?

—Hasta que me contestes una pregunta.

—¿Cuál?

—¿Quisieras intentar algo conmigo?—Me quedé paralizada ante la pregunta con un nudo formándose en mi garganta—Y no se vale la típica respuesta del "Define algo"—Reí porqué eso era lo que pensaba responder—Tienes hasta que terminé la semana para responder, gracias por tú tiempo, señorita doncella hija de un político—Se levantó tomando sus zapatos y se fue, no quise moverme, solo me quedé ahí sentada.

A mi mente vinieron recuerdos del diario que me dejó mi madre antes de morir en donde la última página decía "Tú padre a lo mejor será algo estricto pero recuerda que te ama y intentará protegerte, pero si tú felicidad influye en desobedecerlo o hacerlo enojar hazlo, solo tiene miedo de perder a su bebe" Sonreí al ver cómo mi mamá siempre se anticipaba a todo.

—Lo haré mamá...

Un Sueño De Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora