Narra Ricardo.
—No tengo idea pero de alguna manera se que la voy a olvidar, pasar página y ya ¿No?
—Pues creó que la tienes difícil por que no te veo muy entusiasmado como para olvidarla, lucha por ella si de...—dijo Emma mientras tomaba su primera cerveza.
—Emma, con todo el cariño del mundo que te tengo, no, esto no es una de esas películas que el chico hace cien mil cosas solo para que ella lo quiera, si ella no quiere ahí muere el tema, toca avanzar y listo, uno no se muere por un amor de secundaria—tomé un tragó del jugó de limón con poco alcohol que pedí.
—Pues es la verdad, no es no, pero para que quedé claro sigues siendo mi cuñado aún así—Sonreí por lo que dijo Daniel.
Él y Malik si están completamente sobrios, yo apenas voy tomando ese vaso, pero lo que tiene es pura azúcar el juego y Emma y Ela solo llevan una cerveza.
—¿Charlotte aún sigue en el baño?—Preguntó Malik y movimos la cabeza para decir que si—Yo voy a ver porque tarda tanto.
—Te acompañó—Emma y Malik se levantaron para dirigiéndose al baño.
Me quedé viendo mi limonada y de repente me dio cierto asco haber estado tomándome eso.
Miré al techo intentando no volver a vomitar o que vuelvan los Dolores de cabeza de siempre.
Al bajar la vista y quedar mirando a la barra vi a Shannele, caminando entré la gente que estaba bailando, por un segundo fue como si nuestras miradas se conectarán hasta que se giró y siguió caminando.
—Ay no, está aquí...
—¿De que hablas?
—Mira hacia allá y dime si está Shannele—Le apunte y miré de nuevo a la pista y ya no estaba, la busqué con la mirada y no la veíamos.
—Ricardo ¿Te sientes bien?
—No vengas a tomarme de loco, estaba ahí, estaba caminando por ahí.
—¿Qué ropa tenía?
—No sé, pero, ya vengó, yo voy a buscarla, porque si estaba ahí.
—Bien, te acompaño para restregarte en la cara que no estaba, son las tres de la mañana, debe de estar dormida—Nos levantamos, tomé los teléfonos que estaban en la mesa y Daniel agarró el bolso de Ela y Emma.
Íbamos en caminó a bajar a la zona normal para llegar a esa pista de baile y Ela venía casi arrastrándose hacía nosotros, parecía pérdida, muy ebria como para haber tomado solo una cerveza.
—¿Ela?
—¿Yo me llamó Ela? Esta bonito ¿no? Ela...—Me acerqué y la tomé de los brazos, tenía sus ojos algo desorbitados.
—¿Ela tomaste o comiste algo?
—¿Yo? No, no, no, no, yo no como—Se empezó a reír—Yo estaba...Yo estaba allá pidiendo unos dulces y un lindo, lindo, lindo chico se me acercó y me brindó un tragó.
—¿Te tomaste el tragó Ela?
—No, no, no, la que se lo tomó fue Shannele, el solo...Me hizo un masaje, un masa...—De un momento a otro Ela se desplomó hacía atrás.
Daniel la agarró y respiró con alivió al comprobar que seguía respirando, guardé los teléfonos en uno de los bolsos.
—Voy a buscar a Shannele, pide un taxi y llevatela a un hospital—Daniel la cargó y yo me alejé de ahí.
Aparté a las personas para llegar a la barra, busqué al rededor de toda la barra y no la veía.
—Eh, chico, no has visto a una chica, ojos verdes, cabello cortó color así como rojizo pero negro también, bajita no es muy alta, delgada—El barman negó y me alejé para seguir buscándola.
ESTÁS LEYENDO
Un Sueño De Verdad.
RomansaShannele Martínez, una joven afortunada para el mundo donde reinan las apariencias en el que vive. La chica de la que todos hablan, pero de puertas para dentro, lucha con inseguridades, miedos y problemas familiares. En el momento menos esperado co...