—¿Por las vías del tren?—dijo Charlotte impresionada.
—¡Si! Si, y empezamos a correr por ahí y de repente las luces del tren y no se, empezamos a correr hacía el tren, pensé que nos íbamos a morir pero nos apegamos de repente a la pared y literalmente el tren pasó al frente de nosotros, te juró que tenía unas ganas de tocarlo, era muy extraño.
—Y peligroso.
—Pero divertido—Charlotte hizo una mueca de miedo y Sonreí—Te juró que no se que pasó, fue... fue excitante.
—¿Tuvieron sexo?
—Si, se que vas a decir lo de "Qué irresponsable Shannele, tú no eres así, esperaba más de ti" Pues no lo hagas, casi me caigo en la ducha y me intenté agarrar del agua, no soy una diosa mística que sabe de todo, no, y si, mi sentido común también se fue, no se que pasó, ¿Ok? Se que es malo pero fue increíble—Charlotte sonrío.
—Entonces si ya sabes lo que pienso, dime, ¿Qué tal? ¿Te gustó? Fue así como esas películas que el niño malo cuándo esta con la mujer es todo lindo, tierno y dulce?
—No, fue todo lo contrario, osea, si había tenido algo con el antes pero casi ni recuerdo nada de ese día, estaba muy ebria.
—¿Él día del trío?
—Si, si acaso me acuerdo de pocas cosas y que al día siguiente me dolía el vientre pero ya, la cosa es que fue muy rudo, rústico, parecía molestó, y yo era su desquite, su sacó de boxeo pero el golpe no era en la cara.
—A la mierda, amiga, pasa estrategias para conseguir uno así—No pude aguantar la risa y me reí a carcajadas de su comentario—No te rías, es muy difícil conseguir a alguien que te deje temblando las piernas y no por mal trabajo, claro, no es para todos los días pero que te den como cajón que no cierra de vez en cuando no esta mal—Sonrío y dobló en una esquina entrando a la calle de mi casa—Pero dime Shannele...
—Mmmm...
—Aquí, sabes, comparando Experiencias, Cuál de los tres, entre Joé, Darah y Ricardo ¿cuál te pareció mejor?—Me sorprendi por la pregunta y Charlotte tenía una sonrisa traviesa, me miró por un segundó y su vista regresó al caminó—Vamos, Shannele, Se sincera, ¿Cuál ha sido el mejor?
—Charlotte, la verdad no lo sé.
—¿Cómo no vas a saber?
—Es que, se más especifica, osea, ¿te refieres a rudeza, seducción o qué? Porqué los tres son muy distintos.
—Explica.
—Ve, Joé es así, todo tierno, lindo, que te hace sentir así muy segura de todo, que al acabar te hace mimos y toda la cosa, es muy lindo sentir eso pero ya, Darah en cambio, es todo lo contrario a él, él va directo al asunto, con fuerza, no pide permiso ni perdón de nada, es rudo y es del tipo que te tapan la boca para que no grites tanto pero el lo hace más fuerte.
—¿Y Ricardo?
—Él...Bueno, es muy él, osea, si es por el te pide consentimiento hasta para mirarte pero cuando se lo das es...Muy él, no te maltrata de ninguna manera pero si lo dejas te pone cuerdas, re rompe la ropa y te calienta hasta que te arrodillas a suplicarle que por favor te folle. Y créeme que la manera en que logra eso es muy, extraña pero lo hace y cuándo te dice que te portaste bien y te da tú premió es para no parar en lo que queda de noche, tardé o madrugada, y lo mejor por así decirlo es que el no busca satisfacerse a él y ya, a él le gusta que tú disfrutes, que tú llegues al límite de todo. Su fantasía es que tú cumplas las tuyas, no se si me explicó, y cuándo llega el día siguiente, no te trata como un desperdicio de humanidad pero tampoco te endulza hasta repugnarte, es, no se...
—Es erfecto, Shannele, es jodidamente perfecto eso, eso es increíble.
—Pues si, lo era, claro, luego te levantas un día y le escribes y no vuelves a saber de él en tres meses, ya sabes, como todo, juegos que duran por poco que se cortan por que luego aburren.
—¿O porqué a la niña no le respondieron más?
—Una cosa o la otra, da igual, todo es parte de la vida.
—Salud por eso hermana—Chocamos unas copas invisibles y hicimos como si tomáramos algo.
Cuando se detuvo al frente de mi casa la sonrisa que tenía se desvaneció al ver a mi madre a fuera, me despedí rápido y bajé del auto, en cuando Charlotte se despidió de mi madre y su auto avanzó me jaló del brazo haciéndome entrar a la casa a la fuerza.
—¡¿Qué mierda crees que haces Shannele?! ¡Escaparte? ¿Enserio?!
—Mamá, yo cumplí con todo estos meses y...
—¡Una mierda si lo hiciste o no, Si te digo que no salgas, no sales, No creó que seas tan inútil como para no obedecer algo tan simple!
—Pues si, soy muy inútil, soy tan inútil que no pienso seguir lo que queda de año y el próximo en esa rutina tan horrible, apenas tengo tiempo de hacer la tarea, quiero vivir, respirar libremente, no con un peón detrás mío gritandome igual que tú como si fuera mi padre.
—¡Pues no vas a respirar, no lo vas a hacer si yo no te digo que lo hagas, eres Mi hija Shannele, Haces lo que yo te ordené y punto! Además de que te escapas para no cumplir con tu único deber ¡Me dejas mal a mi! Me dejaste plantada, hoy te iba a presentar a mi prometido, y solo quedé como una mala madre que no sabía dónde estaba su hija, estoy cansada de que seas tan inútil, no sirves para nada.
—Pues no está mal que el mundo por fin vea lo que eres en realidad, una Madre patética, porque solo eres eso una mala madre—En menos de un segundo sentí la respuesta de mi madre ante lo que dije con su puño contra mi rostro.
Mi rostro me ardía de una manera inexplicable, mis ojos estaban llorosos, me quedé mirando hacia la puerta y luego volteé a verla, en cuanto lo hice me tomó del cuello aplicando mucha fuerza quitandome el aire.
—No soy una mala madre, Tú eres una mal hija, desagradecida, miserable, una prostituta de falda larga—Intentaba quitar su mano pero no podía, solo trataba de buscar oxígeno pero no me lo permitía, cada vez apretaba más haciéndome toser en algún punto—Jamás pensé que te voltearian a ver en realidad, sigues gorda, con esas ojeras y toda desarreglada, un verdadero desastre, sin casi senos y para colmó floja, porque inteligencia te hace mucha falda, eres un asco, pero yo te voy a arreglar hoy mismo—Sentí que en algún momento me iba a desmayar si seguía así pero me soltó y rápidamente me alejé y caí de cuclillas al suelo, mi respiración era muy acelerada, y ya no eran solo los ojos llorosos, eran lágrimas que corrían por mis mejillas, llevé suavemente mis manos a mi cuello y me dolía demasiado.
Me levantó tomándome del brazo y me intentaba jalar hacia las escaleras pero intentaba retroceder y correr hacía la puerta pero por más que luchaba sabía que solo postergaba lo que igualmente iba a pasar tardé o temprano.
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Un Sueño De Verdad.
RomanceShannele Martínez, una joven afortunada para el mundo donde reinan las apariencias en el que vive. La chica de la que todos hablan, pero de puertas para dentro, lucha con inseguridades, miedos y problemas familiares. En el momento menos esperado co...