42. Royauté rouge

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—Estuviste increíble—Dejé de escuchar a mi padre por concentrarme en la conversación con Ricardo, después de que bajara a mi camerino y él entrará,  llegar al orgasmo solo con sexo oral es una fantástica manera de terminar la semana, por lo que escribía solo me hacia recordar una y otra vez como mis piernas estaban en sus hombros, como apretaba mis muslos y como todo al rededor se me hacía borroso y distante, como me tapaba la boca para que no se escuchará tan fuerte los gemidos. Ignoré el nuevo mensaje y apagué el teléfono mientras cruzaba mis piernas volviendo a ponerle atención a mi papá—Y creó que mejor me quedó viendo teléfono, es que ya no estoy nada joven para esas fiestas, porque me imagino que van a hacerle algo grande.

—¿A quién?

—¿Shannele me estabas escuchando?

—Si pero no dijiste nombres y no se de quién hablas—Mi papá suspiró y movía su cabeza de lado a lado en forma de negación.

—Del chico rubio, el que tenía sacó, esta de cumpleaños, me lo dijo su mamá, estaban haciendo lo que el quería para tenerlo lejos de su casa para la fiesta, ¿No sabías? Pensé que era tú amigo.

Tomé mi teléfono de nuevo y entré al calendario y me di cuenta que efectivamente hoy es veintiséis de abril, para asegurar entré a Google y coloqué su nombre, en su biografía en la parte de fecha de nacimiento estaba la fecha de hoy.

Iba a mandarle un mensaje pero Daniel estacionó mi auto, me di cuenta que ya habíamos llegado a mi casa, mi papá se bajó con Diego quién habia estado saltando e intentando replicar algunos pasos de baile según él.

—Shanne, mi vida, mi todo, te notó algo distraída, ¿pasa algo?—me preguntó Daniel mientras salía del auto y se asomaba por la ventana del lado de lo puerta.

—Voltea y dime si esta mi mamá en la puerta con periodistas—Él lo hizo y volvió a mirarme.

—No, solo tú papá esperándo a que abran la puerta—Sentí un gran alivió por que ya ni tengo que preparar un discurso en cinco segundos para no parecer pérdida.

—Entonces esta todo más perfecto que nunca—Daniel me abrió la puerta y bajé, Vi como Elizee le abrió la puerta a mi papá y Diego gritó para correr hacía dentro de la casa, Daniel y yo nos miramos y corrimos a ver que pasaba y al estar frente a la puerta abierta quedé paralizada.

Toda la sala estaba llena de girasoles, unos preciosos y gigantes girasoles.

Los girasoles eran del tamaño de Diego, el solo corría entre ellos como si estuviera en un campo, Me di cuenta que Daniel también estaba en shock por el montón de flores, caminé por el poco espacio libre que había hasta llegar a donde estaba Elizee.

—Elizee, Ehhh...¿Q-quién trajo esto?

—La verdad no se señorita, hace una hora talvez llegó un camión con todas las flores, preguntaron por ustedes y les dije que si vivías aquí y en seguida comenzaron a poner todas las flores aquí, ni para firmar me dieron, nada...Ah, si, si, también llevaron una caja, no se que sea porque me dijeron que no subiera y yo intenté llamarla pero nunca respondió.

—Gracias Elizee—Subí lo más rápido que pude a mi habitación y no pude evitar gritar de emoción al ver el oso de peluche gigante que estaba sobre mi cama, fácilmente yo podría medir uno de los brazos del oso, bueno, no creó que tanto pero es una comparación.

Un Sueño De Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora