33. De malas.

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Narra Shannele.

Me senté en la cama y tomé la ropa en el piso, me iba a poner mi camisa y estaba rota en espalda.

—Esto se te está haciendo costumbre ¿no?—Escuché una risita burlona y puse los ojos en blanco.

—No te quejabas anoche.

—Porqué no había visto la camisa  inútil—Me levanté y tomé la suya, quedé de espalda a él y me la coloqué.

—¿Sabes que a si me das la mejor vista?—Giré mi rostro mientras seguía abotonando la camisa.

—¿Enserio?—Me di vuelta—¿Tan hermosa soy?

—¿Siempre tan egocéntrica?

—¿Siempre tan pregunton?—Sonrío y extendió su mano, por curiosidad me acerqué y en cuánto lo hice me tomo de la mano y me jaló hacía él, me tomó de la cintura y me hizo sentarme encima de él.

—No es bueno quedarse con la duda—Me hizo mover mis caderas un poco y intentó desabrochar la camisa pero golpeé su mano.

—¿Qué haces?

—Tal vez, tomar mi camisa.

—Lo siento, está ya es mía, pero por allá hay otra, talvez te sirva—Le apunte mi camisa rota y me levanté, me terminé de vestir, parecía que estuviera en pijama pero al menos no estoy desvestida.

Entré al baño y me lavé la cara, después de secarla miré a Ricardo abrocharse el pantalón, para no seguir mirando solo me dirigí a la puerta.

—¿No me vas a esperar?

—Si no te apuras no—Abrí la puerta y al frente de mi estaban dos señores morenos, de lentes oscuros, esmoquin y bastante serios, quise cerrar la puerta pero solo me quedé mirándolos—Ehhh...Ricardo te buscan—cerré la puerta y me alejé lo suficiente, él me miró desconcertado y se acercó a la puerta, al abrirla no se notaba sorprendido, solo aburrido.

—What the hell are they doing here?—Se notaba algo enfadado y me acerqué poco a poco.

—Señor Brown, lo siento molestar su estadía con sus amigos pero su padre lo solicita, espera que asista ahora mismo, ya todo está listo solo hace falta su respuesta—dijo quitándose los lentes sin mirarlo a los ojos.

—Dejé una carta en donde decía que no me molestaran más con eso.

—Lo sabemos, y lo sentimos pero el señor dijo que era muy importante, solo unas horas y ya—Él se quedó pensativo y suspiró.

—Dile que ya vamos—Cerró la puerta.

—Bueno, ya me voy, te dejó.

—No, no, no, no, tú vienes conmigo princesa.

—¿Perdón? Ya va, ¡¿PERDÓN?! ¿Tú estás escuchando lo que dices? Yo creó que no.

—Se perfectamente lo que digo, ahora ve a bañarte.

—¿Esa es una orden? Lo que me faltaba.

—Shannele, solo hazme caso, ve a bañarte, no tardes más de quince minutos si quieres hacer esto rápido y poder seguir con nuestras vidas.

—¿Pero porqué me involucras?

—¡Solo hazlo Shannele!—Alzó la voz, se notaba irritado del tema—Lo siento, solo...Hazlo y ya—dijo en un tono en donde intentaba ser dulce.

—Si tú papá no es un narcotraficante te juró que no te vuelvo a llamar.

—No lo es, pero Tranquila, no te va a decepcionar.

Un Sueño De Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora