21. Tres borrachos.

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Cerré el armario en dónde me mandaron a guardar los químicos y cosas que usamos hoy en la clase de química.

Profesora fastidiosa que no me dejó salir de primera si no que me hizo quedarme a guardar todo lo de la clase de hoy.

—Toc Toc—Volteé y vi a Dufour entrar al salón.

—Ya la profesora se fue—Me acerqué a mi puesto para guardar mis cuadernos en la mochila.

—Lo se, ¿Podemos hablar?—Lo miré de reojo y cerré mi mochila.

—No tenemos nada de que hablar, y voy tardé a reclamar mi libertad—No me coloqué la mochila solo la tomé y di unos pasos para salir pero el entró y cerró la puerta con seguro y quedó al frente de ella.

—¿Qué le dijiste a Eric como para que ande tan asustado y dándole abrazos, besos y ofreciéndole disculpas a todos?—Se notaba serio y se veía aún más amenazante con esa ropa completamente negra.

—Pequeñas cosas, nada que te importe—avancé un poco más pero el no se movió.

—¿Le ofreciste algo?—Abrí mucho los ojos de sorpresa por lo que dij pero casi enseguida se volvió en una mueca de desagrado.

—Primero, que asco, segundo, ¿Porqué te importaría si le ofrecí algo?

—Si le ofreciste algo por una especie de paga por lo de ayer, no hace falta—Él empezó a acercarse a mi—No puedes hacerlo con él es un degenerado y  tú...

—¿Yo que Dufour?—Me crucé de brazos y el terminó de cortar la distancia entre nosotros.

—Tú eres mía—No me dio tiempo de burlarme ni de reaccionar de cualquier otra forma al tomarme de la cintura con fuerza y jalarme hacía él para unir nuestros labios, aprovechó que mis labios estaban ligeramente separados para profundizar el beso.

No bajó el nivel de brusquedad en el beso, lo intensificó cada vez más, mis manos lo tenían agarrado de los hombros con fuerza.

Él tomó mi pierna izquierda y la subió a su cadera, para después dejar de tocar él piso por unos segundos y después estar sentada en el escritorio, nos separamos unos segundos por la falta de aire pero enseguida uniamos nuestros labios, eran como dos imanes que se atraían aún así no quisiera.

Con su mano derecha me tomó de la parte de atrás de mi cuello haciendo algo de presión hacia adelante, como para acercarme.

Siguió besando de la misma manera parte de mi mejilla y después bajando al cuello como si hay estuviera mi boca.

Cada vez lo hacía más rápido y en ese punto exacto que se vuelve debilidad al tener ese tipo de contacto mi respiración se aceleraba aún más haciéndome suspirar un par de veces.

La corta camisa comenzó a subirla hasta la mitad de mis senos y enterró su rostro en medió, jugueteo un poco con ellos por la zona donde estaba la camisa, con sus manos hizo un rápido recorrido a mi silueta para  llegar al borde de mi pantalón, al intentar hacerme bajar para acostarme en el escritorio, con mis piernas me aferre a su cadera  y mis brazos a sus hombros y cuello, haciendo que mi postura se volviera como una barrera que no iba a permitir bajar para acostarme.

Su rostro volvió al mío y antes de que pudiera hablar con mis labios empecé a rozar los suyos, casi delineandolos por completó pero sin besarlo y ese pequeño gesto le desesperaba al parecer.

Un Sueño De Verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora