CAPÍTULO 23

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#enelpresente2
Capítulo 23
-Que demonios está pasando aquí?- preguntó el viejo sapo al llegar al comedor y ver a Takashi y Daiki a punto de enfrentarse.
-señor Jaken por favor, usted también es un youkai muy poderoso no es así?- preguntó aduladoramente la pequeña.
-ahem- se aclaró la garganta al oír la pregunta. -si, claro que si Rin; yo soy un youkai muy podero- respondió orgulloso el viejo sapo.
-entonces siga el rastro de Oriushi y llevenos con usted, creo que mi papito está en peligro- dijo Rin prefiriendo mencionar a su padre ya que así el viejo accedería más rápido.
-como dices!- dijo Jaken abriendo los ojos como plato.
-no hay tiempo que perder, vámonos señor Jaken!- la nena caminaba hacia la salida halando al viejo sirviente hasta que escucharon la voz de Daiki quien aún no se movía de su lugar.
-que estúpido, no quieres dejarnos ir solos pero nos dejas ir con Jaken Hmph! Valiente compañía- escupió fríamente mientras giraba sobre sus talones para seguir a su hermana y sirviente.
Takashi se quedó sumamente molesto pues la orden que tenía era no dejarlos salir solos, el amo nunca dijo nada sobre dejarlos salir con Jaken y él no podía hacer nada al respecto... vió impotente al trío salir de la mansión, Jaken se puso su sortija y tomó su apariencia humana y subieron a una Hyundai Tucson de color blanca propiedad del sirviente.
Takashi regresó adentro y frustrado se puso a ver tv algo que raras veces hacia pues era poco el tiempo libre que tenía ya que Rin lo hacía preparar diversas recetas de comidas o postres extranjeros que jamás había siquiera escuchado mentar.
“En estos momentos tenemos una noticia de última hora y es que la presidenta ejecutiva de Kawasaki heavy sufrió un aparatoso accidente; se dice que venía en este Corolla blanco que a como pueden ver quedó parcialmente destruido al estrellarse a gran velocidad contra el muro de ésta vivienda... Cuéntenos señora que fue lo que usted logró apreciar?”
“Yo estaba dentro de mi casa y de pronto escuché el fuerte impacto; me salí a ver que ocurría y ví a un hombre de cabello largo y plateado y ojos dorados que sostenía a una joven que se encontraba muy mal con una herida en la frente y sangraba abundantemente, llamé a emergencias y se la llevaron a un hospital… yo jamás me imaginé que se tratara del matrimonio Tanaka”
-no puede ser!- exclamó Takashi muy nervioso... Llamó a su amo pero éste no contestó, luego recordó que a Oriushi si le había contestado y se le ocurrió llamar al celular de kagome.
*Que sucede?* Preguntó el ojidorado al otro lado de la línea.
-amo, Jaken va tras Oriushi con los niños- dijo el nervioso chef esperando ser reprendido.
*Con un demonio Takashi, como pudiste dejarlos salir!!! Kagome sufrió un accidente y estamos en el hospital, no me han dejado ingresar a verla tu sabes cómo es Daiki querrá entrar a ver a su madre!!!* Gritó furioso el peliplateado.
-amo puedo tratar de detenerlos pero tendría que enfrentarme al joven Daiki- respondió preocupado.
*Maldita sea!* Espetó.
Sesshomaru no iba permitir que nadie le pusiera una mano encima a su cachorro y menos Takashi que aún era muy joven y se descontrolaba a la hora de pelear; sabía que si Takashi tomaba su verdadera forma el pequeño ojidorado a pesar de su gran entrenamiento que llevaba con Oriushi, no tendría oportunidad alguna contra el imponente dragón.
-amo sesshomaru, que hago?- preguntó el joven chef.
*Quédate en la mansión, yo me haré cargo* fué la respuesta del ojidorado para luego cortar la llamada.
Mientras tanto en la mansión del sur...
-sueltame!!!- gritaba un enfurecido hanyou al ser sujetado con fuerza por el alto y fornido kitsune.
-no irás a ningún lado!- espetó el joven de ojos azules sacándole la espada del bolsillo.
-Masahiro dile a este gorila que me suelte, yo debo ir, kagome está en el hospital ese maldito de sesshomaru no pudo cuidar de ella, déjenme ir yo me haré cargo de cuidarla y con mis propias manos mataré a ese bastardo!!!- gritó el ojidorado.
-no seas necio Inuyasha! Sesshomaru es su pareja y está ahí con ella, esto no fué culpa de él, acaso no escuchaste? Fué un ACCIDENTE!- siseó Hiromi enfatizando la última palabra.
-maldicion déjenme ir!!!- gritó, sus ojos se tiñeron de un rojo carmesí y unas marcas aparecieron en sus mejillas; estaba siendo dominado por su bestia.
-Hiromi, encargate- dijo despreocupado Masahiro dando media vuelta pues sabía que si peleaba con su abuelo en ese estado uno de los dos moriría esa noche.
Tranquilamente Hiromi dió una potente descarga eléctrica al hanyou que lo dejó inconsciente y finalmente pudo llevárselo a su habitación, lo dejó sobre la cama y se sentó en el piso; lo cuidaría toda la noche por si acaso despertaba y trataba de escapar.
Mientras tanto en el hospital…
-señor Tanaka- saludó cordialmente el viejo mayordomo al ver al ojidorado.
-hmph, no te sentí llegar- dijo pasando las manos por su cara; el olor del hospital lo tenía asqueado.
-el olor de estos lugares perturba a cualquier youkai pero a los de su raza los afecta mucho más ya que su olfato es el más sensible- respondió en voz baja sentándose junto al peliplateado.
-no lo soporto, tengo arcadas- dijo frunciendo el ceño, estaba a punto de vomitar.
-si gusta puedo traerle un café, el olor y sabor de éste podría aminorar sus malestares- dijo fijando su mirada en las doradas orbes de su amo.
-traelo, pero rapido, que haces ahí sentado?- espetó molesto al ver a su sirviente tan tranquilo.
Oriushi se puso de pie y se apresuró a buscar el café para su amo.
Mientras tanto...
-el hospital?- preguntó la pequeña azabache bajando de la Tucson blanca de Ishiro.
-tsk! Que asco! Odio el olor a hospital!- espetó el pequeño ojidorado.
-el olfato de ustedes los inu-youkai es muy sensible pobre de mi amo bonito debe estar mareado- dijo el viejo sapo llevándose una mano a la cabeza. -ven acá Daiki que vamos a entrar- agregó mientras se acercaba al niño y le colocó una pequeña cadena con un dije de luna.
-que..que..que demonios!!! Aaaaah!!!- gritó asustado al ver sus garras desaparecer y en su lugar ver uñas humanas, se tocó las orejas y gritó nuevamente. -aaaah!!! -Maldito Jaken que demonios me hiciste!!!- su corazón palpitaba rápidamente estaba a punto de colapsar.
-relajate hermanito es un efecto temporal, tus rasgos youkai volveran al quitarte esa cadena; es como la sortija que usa papá al salir de casa o la que usan los sirvientes... No pensarás entrar al hospital y llamar la atención con esas características tan peculiares- dijo Rin conteniendo una risita.
-ya niño histérico, deja de armar tanto alboroto y vamos a ver que pasó- refunfuñó malhumorado el viejo Ishiro.
Daiki se quitó la cadena y miró su reflejo en el vidrio de uno de los autos del estacionamiento tocó sus orejitas y vió sus garras nuevamente.
-apresurate Daiki!- gritó Rin desde la puerta de acceso al hospital.
El pequeño peliplateado tomó la cadena y se la colocó nuevamente.
(Uuuy que miedo, pense que ese idiota me había vuelto humano para siempre) caviló el pequeño ojidorado corriendo hacia la entrada del hospital.
Al entrar vieron a sesshomaru sentado en una de las bancas de la sala de espera; estaba con los codos apollados en sus rodillas y las manos cubriendo su cara.
-pa..pá?- sollozó Rin, al ver a su padre en esa posición la hizo pensar lo peor.
-padre- dijo Daiki con los ojos aguados, también supuso lo peor.
El ojidorado alzó su rostro y vió a sus pequeños al borde del llanto.
-niños!- exclamó, tampoco había podido percibir su llegada ya que el olor del hospital lo tenía asqueado y no paraban las constantes arcadas.
Daiki caminó sin decir una sola palabra hacia donde sentía el ligero aroma de su madre.
-Daiki, no puedes pasar- la voz del ojidorado no produjo el efecto deseado pues el niño no detuvo su andar.
Sesshomaru se puso de pie, caminó hacia él y poniéndose en cuclillas lo tomó del brazo, el niño miró la mano de su padre alrededor de su brazo con desprecio y sus hermosos ojos dorados se volvieron rojos cual brazas, gruñó volteando a ver a los ojos a su padre y éste frunció el ceño.
-Sueltame!- siseó el pequeño mirando desafiante a su padre.
-no armes escándalo, compórtate!- dijo sesshomaru con ligeros destellos carmesí en sus ojos.
-eres un inútil, tu deber es protegerla!- gritó el niño.
-guarden silencio por favor están en un hospital!- dijo la encargada de recepción.
-tú guarda silencio maldita perra!- gritó el pequeño peliplateado con sus ojos clavados en los de su padre.
Sesshomaru haló a Daiki, lo estrujó contra su pecho y se puso de pie.
-sueltéltame, quiero ver a mi madre!- gritó el pequeño pero sesshomaru tapó la boca del niño con su mano libre y caminó hacia afuera del hospital.
Ya afuera bajó a Daiki y se sentó en el suelo poniendo sus manos en la cabeza.
-padre!- exclamó preocupado.
-señor se siente bien? Una camilla!!!- gritó un joven paramédico.
-Deja el escándalo, estoy bien!- la grave e imponente voz del ojidorado hizo temblar al joven.
-déjalo lo que pasa es que no tolera el olor de los hospitales- dijo Daiki acariciando el cabello de su padre.
-amo bonito!- exclamó Ishiro corriendo hacia éste seguido de la pequeña azabache.
-estas bien papito?- preguntó Rin.
Sesshomaru se puso de pie y vió a Oriushi acercarse con el maldito café.
-aquí tiene amo- dijo el mayordomo entregándole el humeante café... Sesshomaru se acercó el pequeño vaso descartable a la nariz, sus manos temblaban y sus sirvientes e hijos lo veían espectantes.
-creo que sería conveniente…- se atrevió hablar el paramédico pero Daiki lo interrumpió.
-largate, no ves que está bien!- espetó molesto.
El paramédico dio media vuelta e indicó a su compañero que ya no necesitaba la camilla.




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