CAPÍTULO 32

839 99 2
                                    

#enelpresente2


Capítulo 32


Kagome, Inuyasha y Rin subieron rápidamente al auto; tenían que seguir a Daiki el problema es que había luna nueva e Inuyasha no era de mucha utilidad ya que no podía sentir ni su aroma ni su presencia pero Rin si podía percibir la presencia de su hermano y kagome conducía a gran velocidad.


-se dirige hacia el norte, continúa madre!- exclamó la pequeña azabache en el asiento del copiloto.


-que extraño, se dirige justo hacia la playa- dijo kagome desconcertada ya que a Daiki no le agradaba el olor a sal de esos lugares.


-ka..gome- susurró Inuyasha en el asiento trasero del auto.


-que sucede Inuyasha?- preguntó echando un vistazo rápido por el retrovisor.


-Daiki tratará de regresar a Japón- respondió el pelinegro tiritando por la fiebre.


-que tienes inuyasha, estas bien?- preguntó estacionandose a un lado de la carretera.


Estaba sudando, con una fiebre de 40° ocasionada por el veneno que Daiki le había aplicado en su antebrazo.


-oh por kami!!!- exclamó asustada la azabache al sentir al pelinegro hirviendo en fiebre y ver su antebrazo completamente verde.


-madre, dejarás ir a Daiki por ayudar a mi tío?- preguntó la nena frunciendo el ceño.


-no seas egoísta Rin, ayudaremos a tu tío y luego buscaremos a Daiki- respondió mientras se bajaba del auto para buscar la manera de ayudar a Inuyasha.


-ayudaremos? Ayudarás tú por qué yo no quiero ni ver a ese señor!- espetó molesta la pequeña azabache girando su rostro en dirección contraria a los adultos.


-en realidad eres la única que puede ayudarlo en estos momentos Rin- dijo en un tono suplicante.


-olvidalo kagome- dijo débilmente el pelinegro.


Kagome abrió la puerta del copiloto y le quitó el cinturón de seguridad a la niña.


-de nada sirve que poseas dones espirituales si no piensas usarlos para ayudar a quienes lo necesitan; deja tu enojo y cumple con tu deber- espetó la joven madre tomando en brazos a su hija.


-no lo haré, por mi que se muera!- gritó la pequeña al ser bajada junto a su tío. Kagome se estremeció al escuchar estas palabras y ver en los ojos de la pequeña aquella expresión tan fría que únicamente había visto en los ojos de Kikyo y Sesshomaru en el Sengoku.


-por favor Rin, te lo suplico- dijo kagome poniéndose en cuclillas frente a la nena.


Inuyasha quien estaba sentado sobre el asfalto cayó de espaldas inconsciente.


-no!- exclamó la azabache muy preocupada y rápidamente se acercó a Inuyasha. -inuyasha reacciona por favor, reacciona... Por favor Rin ayúdalo!- gritó la azabache mirando a su hija; Rin suspiró pesadamente y rodó los ojos fastidiada.


-está bien, lo ayudaré con una condición- dijo fríamente la pequeña.


-pideme lo que quieras hija pero purifica el veneno- respondió kagome poniendo la cabeza del pelinegro en su regazo.


-estas dispuesta a hacer lo que sea por ese estúpido hanyou no es asi?- habló con tanto odio hacia su tío que cualquiera en el mundo se habría enterado de quien era hija.


-de qué demonios estás hablando Rin?- demandó a saber frunciendo el entrecejo.


-tu lo amas!- gritó Furiosa la pequeña nena.

EN EL PRESENTE 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora