CAPÍTULO 36

1.2K 91 1
                                    

#enelpresente2
Capítulo 36
Esa tarde en el hotel Taisho...
-masahiro- la voz de Takeo llamó la atención del ojiazul quien estaba en la piscina junto a Hiromi.
-que pasa?- preguntó abriendo los ojos como plato al ver la expresión triste del kitsune menor.
-masahiro... Tu abuelo Inuyasha... Ha muerto- dijo Takeo muy serio.
El joven de ojos azules salió muy asustado del agua y se acercó al pelirrojo.
-como dices?- preguntó visiblemente consternado.
El pelirrojo no pudo contener la sonora carcajada al ver tan impactado al inu-youkai.
-jajajaja, relájate Masahiro es mentira, tu abuelo ya despertó- dijo muerto de la risa.
El ojiazul dio un fuerte golpe en la cabeza del pelirrojo tal y como lo hacía Inuyasha con Shippo.
-pero que atrevido eres perro rabioso, sólo era una broma!- espetó molesto el kitsune menor sobandose la cabeza.
-con eso no se bromea zorro idiota!- repuso el molesto ojiazul.
-masahiro, ya que tu abuelo despertó debemos prepararnos para regresar- dijo Hiromi saliendo de la piscina.
-eso si que no!- refutó Takeo firmemente.
-y por que no?- preguntó altaneramente el joven de ojos azules mirando a los ojos al serio kitsune.
-inuyasha está muy débil y por el momento no puede viajar- respondió altivamente el joven zorro.
-pero Hiromi y yo debemos regresar a Japón; tenemos una reunión con Tasawa- alegó el peliplateado frunciendo el entrecejo y cruzándose de brazos.
-yo puedo quedarme con él, me encargaré de cuidarlo mientras se recupera- dijo mirando a los ojos a su amigo.
-a mi se me hace que quieres buscarte una brasileira- soltó burlonamente Hiromi imitando el acento local.
-como dices tonterías Hiromi, claro que no... Aunque pensándolo bien... No es mala idea fíjate... Bueno quien sabe quizá regrese a Japón con una hermosa chica- respondió poniendo una mano en su mentón y fingiendo pensar algo.
-te voy a tomar la palabra zorro, te quedarás con él hasta que se recupere y puedan viajar a Japón- dijo el peliplateado. -quiero verlo- agregó girando sobre sus talones y dirigiéndose hacia la habitación de su abuelo.
Entraron a la habitación del hanyou y lo vieron tumbado boca abajo en la cama y con el vendaje completamente manchado de sangre.
-pero que demonios!!!- exclamó sorprendido el kitsune menor. -te dije que no te levantaras Inuyasha! La maldita herida volvió a abrirse!- regañó.
-dejame zorro, yo no puedo estar aquí acostado!- dijo tratando de levantarse nuevamente y el vendaje se empapo de sangre escurriendo el vital líquido sobre la cama.
-quedate ahí Inuyasha, recupérate y alcanzanos; Hiromi y yo debemos regresar a Japón, finalmente Kawasaki heavy es nuestro- dijo orgulloso el joven de ojos azules.
-vete a la mierda Masahiro!!! Me vendiste!!! Me traicionaste y diste mi ubicación a Sesshomaru a cambio de Kawasaki heavy, lárgate!!!- gritó exaltado y sangrando en abundancia el joven hanyou.
-salgan de aquí- solicitó el kitsune menor sacando de la habitación a su hermano y al ojiazul. Se quedó junto al ojidorado y cambió el vendaje, le dio una infusión de hierbas y el peliplateado se quedó profundamente dormido; esa noche el ojiazul e Hiromi llegaron al aeropuerto, a lo lejos vieron a sesshomaru, su familia y sus sirvientes abordar el avión de Tanaka motors y ellos tomaron el avión de Mitsubishi motors y regresaron a Japón.
Aldia siguiente el ojidorado se reunió con su ex empleado y junto a él llegaron Masahiro e Hiromi.
-y ustedes dos que mierda hacen aquí?- preguntó el furioso ojidorado al ver entrar a la sala de juntas al ojiazul y al kitsune.
-buenos días mi lord, que educación la suya- dijo sarcásticamente el fornido kitsune.
-déjalo Hiromi, es un perro de pocas pulgas- completó el ojiazul en tono de burla.
-señor Tanaka, usted me ofreció un trato; yo le conseguía la ubicación de su familia y usted me daba lo que yo quisiera... Antes de darle la ubicación le dije que lo que yo quería era Kawasaki heavy y usted aceptó... Usted ya tuvo lo que quería, vengo por mi parte del trato- dijo el licenciado Tasawa mirando fijamente a su antiguo jefe.
-eres un imbécil Tasawa, Kawasaki heavy ni siquiera será para ti sino para este maldito bastardo, no es así?- espetó con ira, estuvo a punto de fallar su sortija; por un segundo sus ojos destellaron un tono carmín pero recordó que estaba tratando con Tasawa quien era solo un humano y no sabía de que él era un youkai así que trató de calmarse para no ponerse en evidencia.
-señor Tanaka, guarde la compostura... Yo ahora trabajo para los Taisho y esto fue obra de ellos; de no ser por ellos usted jamás habría sabido nada de su familia- adujo el licenciado Tasawa.
-esto fue obra de ellos, secuestraron a mi familia y debo pagar el rescate; Hmph, esto parece película americana- espetó molesto el ojidorado a la vez que tiró una carpeta sobre la mesa y ésta se deslizó hasta donde yacía sentado el licenciado Tasawa. -todo está a tu nombre Tasawa has con Kawasaki heavy lo que te plazca- se puso de pie y con un ademán les invitó a salir.
Los tres elegantes caballeros salieron de Tanaka motors, los Taisho habían logrado lo que tanto querían, Kawasaki heavy finalmente era suyo.
Sesshomaru estaba tan contento de tener a su familia nuevamente reunida que le importó poco entregar su tan productiva empresa; era un pequeño precio que debía pagar por todas las mentiras que le había tocado inventarse para poder estar con la azabache las cuales habían sido la verdadera causa por la que su esposa se había ido.
Tres dias después...
-oye zorro ya te dije que no molestes, ya me siento mucho mejor- vociferaba el joven hanyou mientras salía de la habitación.
-entonces prepárate porque ésta noche regresaremos a Japón- contestó el pelirrojo cruzado de brazos.
-y a ti quien te dijo que yo quiero regresar a Japón!!!- exclamó molesto girando hacia su interlocutor.
-como dices? Entonces piensas quedarte aquí?- preguntó un tanto confundido el joven zorro.
-khe!... Puedes irte cuando quieras Takeo, yo buscaré un buen lugar para vivir- respondió altivamente el joven hanyou mirando un punto indefinido en el suelo.
-no piensas volver a Japón?- preguntó aún incrédulo el pelirrojo.
-a que podría volver? Kagome está con sesshomaru y sus hijos, como dijo Irasue ahí yo salgo sobrando... Masahiro me traicionó con tal de obtener una corporación de motocicletas... A que podría volver, allá no tengo nada!- espetó mientras apretaba sus manos en  puños y entrecerraba sus ojos aún viendo hacia el suelo.
-ok, está bien, no vuelvas pero... De que piensas vivir Inuyasha?- preguntó preocupado el kitsune.
-lo haré como lo hace todo el mundo Takeo, voy a trabajar en algo y saldré adelante sólo- fue la contundente respuesta del ojidorado, caminó en completo silencio hacia el área de piscina y se sentó en una de las sillas.
-inuyasha... Yo me quedaré contigo- dijo el joven kitsune acercándose al hanyou.
-no es necesario Takeo, ya estoy bien; puedes irte cuando gustes... Yo volveré a la isla- dijo mientras se quitaba el vendaje.
-a que piensas ir?- demandó a saber con el ceño fruncido.
-en el cielo raso del apartamento dejé escondido un maletín con dinero que era de kagome; iré por él, me servirá en lo que encuentro algo en que ocuparme y cuando encuentre algo se lo devolveré con intereses- respondió el peliplateado.
-Bueno... insisto, me quedaré contigo yo tampoco quiero regresar a China, ya estoy harto de tanto trabajo, Hiromi me dejó sólo con los negocios de mi padre y ahora es vicepresidente de Mitsubishi motors, me tomaré unas vacaciones y si tu quieres puedes venir conmigo a China allá tendrías un empleo digno de un Taisho- dijo sonriente el joven pelirrojo.
-bueno, siendo así pues acepto ese empleo y acompañarte en tus vacaciones- dijo el ojidorado ofreciendo su mano a su amigo, éste la estrechó y lo haló para darle un abrazo.
Esa noche tomaron un helicóptero hacia la isla y el ojidorado recupero el maletín con dinero. Empezarían sus vacaciones al día siguiente y tenían pensado conocer todo el continente americano antes de viajar a china.
Por su parte Kagome gritaba de la emoción al enterarse de que nuevamente sería mamá.
-estas seguro mi amor?- preguntó sumamente contenta.
-si mi amor ya te lo dije más de diez veces, estoy seguro; estas embarazada- respondió el ojidorado con una sonrisa en sus labios.
-que emoción mi amor, vamos digamosle a los niños!- dijo la azabache saliendo de la habitación y casi arrastrando al ojidorado.
Entraron a la habitación de Daiki donde él y Rin platicaban.
-mamá es cierto que tendremos un hermanito?- preguntó la pequeña al ver entrar a sus padres.
-pero...- dijo la azabache, entrecerró los ojos y vió al pequeño ojidorado. -claro fuiste tú quien le dijo no es así?- dijo mirando al pequeño.
-lo siento madre, no pude aguantarme las ganas de decirle; tu aroma ha cambiado y mi abuela dice que eso se debe a que estás embarazada- dijo el niño con una hermosa sonrisa.
-felicidades!- dijo la ojidorada entrando a la habitación. -asi que ya le dijiste lo del embarazo sesshomaru- dijo mirando a su hijo.
-si, acabo de decirle- respondió mirando sonriente a su emocionada esposa.
-será varón pero...- dijo la ojidorada pero fue interrumpida por su hijo.
-lo sé- dijo entrecerrando los ojos.
-que sucede?- preguntó preocupada la joven azabache.
-mi hermanito está bien?- preguntó la nena poniéndose de pie.
-si Rin, él está bien pero...- se quedó callado unos segundos, no sabía cómo decirlo pues a pesar de que él sabía que esto podía ocurrir no dejaba aún de dasagradarle.
-Será un hanyou- soltó la ojidorada.
-queeee!!!- exclamaron al unisono los pequeños abriendo los ojos como plato y sus mandíbulas caían al piso.
-esto es normal, su padre es un youkai y kagome una humana; lo normal es que sus hijos sean mitad demonio mitad humano... Ustedes nacieron youkai y humana por una extraña casualidad- explicó la hermosa ojidorada dirigiéndose a los niños. -sesshomaru, se que esto no era lo que esperabas pero es tu hijo, tu sabías que esto podía ocurrir al tomar a una humana como pareja; tienes unos meses para prepararte mentalmente para la llegada de tu cachorro- dijo mirando está vez a su hijo.
-madre, eso ya lo sé; aceptaré y amare a mi hijo hanyou tanto como a mis otros hijos- respondió el imponente lord haciendo suspirar aliviada a la joven azabache quien temblaba muy nerviosa por que había pensado que tanto su esposo como su suegra le pediría abortara a su bebé.
Así fueron pasando los dias, las semanas, los meses; un año después Inuyasha y Takeo estaban en México, almorzaban en un bonito restaurante.
-me gusta mucho el ambiente de este país, su gente, sus tradiciones- decía el elegante kitsune.
-su comida!- completó el hanyou con la boca llena.
-si, eso también- confirmó el pelirrojo mientras pedía la cuenta.
Minutos después salieron del restaurante y siguieron caminando por la calle cada uno con una cámara fotográfica con la que fotografiaban cada cosa interesante que veían.
Repentinamente el ojidorado comenzó a olfatear un delicioso aroma.
-no hagas eso Inuyasha, me averguenzas!- espetó molesto el joven kitsune al ver como el ojidorado olfateaba insistente moviendo la nariz.
-mira zorro, no estás obligado a andar conmigo si quieres puedes largarte- respondió desafiante.
-quedamos en que haríamos juntos este viaje recuerdas?- dijo Takeo con el ceño fruncido.
-pues entonces deja de molestar!- repuso el ojidorado girando nuevamente buscando el lugar de donde provenía aquel agradable olor.
Caminaron unos 100 mts y llegaron a un pequeño local de donde provenía el olor que llamaba la atención del ojidorado.
-buenas tardes- saludó cordialmente con una sonrisa una hermosa joven.
-que es ese olor?- preguntó el ojidorado sin voltear a verla.
-estamos hor...- decía la joven pero fue interrumpida por el joven de cabellos plateados.
-son galletas?- preguntó aún sin verla.
-disculpelo, él es medio tonto... Podría vendernos unas cajas de esas galletas?- preguntó el joven pelirrojo mirando fijamente a la hermosa joven.
-claro que si, pueden tomar asiento ya no tardan en salir- respondió amablemente la joven.
-muchas gracias- repuso Takeo tomando por el brazo al ojidorado y llevándolo a una de las mesas del local.
Minutos después ingresaron dos tipos al local y pidieron dos café y una caja mediana de galletas; la hermosa joven que atendía el local asintió y dio media vuelta.
Regresó en breve con los cafés y la caja de galletas de los tipos; se acercó a la mesa del kitsune donde el ojidorado estaba inclinado sobre la mesa aburrido de esperar lo que le parecía una eternidad.
-cuantas cajas de galletas van a...- preguntaba la joven pero el ojidorado la interrumpió.
-todas!- dijo mientras se ponía de pie, hasta entonces le vió a la cara a la hermosa joven que atendía aquella pequeña cafetería, ella sonrió viéndolo a los ojos; le parecían hermosas aquel par de lagunas doradas.
-inuyasha?- llamó el pelirrojo al ver al hanyou completamente embelesado mirando a la preciosa latina; éste no respondió así que el joven kitsune trató de llamar la atención de la jovencita. -disculpe señorita podría decirnos...- decía Takeo pero evidentemente no le estaban prestando atención así que se quedó callado.
-mi nombre es Inuyasha Taisho- dijo el ojidorado rompiendo el hielo y ofreciendo su mano derecha en saludó.
-mucho gusto señor Inuyasha, mi nombre es clari Sosa- respondió con una bonita sonrisa dibujada en sus labios mientras estrechaba la mano del ojidorado frente a ella.
-la cuenta señorita- la voz masculina detrás de ellos llamó la atención de la joven quien soltó la mano del ojidorado y se dirigió a la mesa donde estaban los dos tipos.
Los hombres pagaron la cuenta y salieron del local pero había algo que no le daba buena espina en esos dos al ojidorado.
Minutos después de que los dos hombres se habían ido ingresaron otros dos pero éstos venían encapuchados y con pistola en mano.
-no se muevan, quieto ahí cabrones!- espetó el más alto de los tipos mientras apuntaba directamente a los dos varones que esperaban las cajas con galletas.
-el dinero niña!- ordenó el otro apuntando a la joven quien temblaba de miedo.
-khe! Se metieron al lugar equivocado!- dijo desafiante el joven peliplateado poniéndose de pie.
-quedate quieto Inuyasha, podrían dispararte a ti o a la chica- dijo Takeo halando del brazo al enojado híbrido.
-no trates de hacerte el héroe pendejo, te mueves un centímetro y te reviento la cabeza de un tiro- dijo firmemente el fornido asaltante mirando fijamente al ojidorado.
-ya tranquilo- dijo Takeo apretando levemente el brazo del hanyou quien agarró la seña y se sentó nuevamente.
La jovencita entregó el dinero a los asaltantes y estos salieron del local, subieron a un auto donde les esperaban los dos tipos que habían estado tomando café anteriormente y huyeron del lugar.
-no te preocupes, traeremos el dinero de regreso- dijo el ojidorado saliendo del lugar seguido por el joven kitsune.
Inuyasha y Takeo corrían velozmente tras el auto de los cuatro tipos tratando de no ser vistos por ellos.
-traeremos el dinero de regreso? Que es eso Inuyasha! Eso es deber de la policía no nuestro!- dijo el kitsune corriendo junto al peliplateado.
-la policía nunca encuentra a los delincuentes y cuando lo logran hacer se roban lo que les quitan y no lo devuelven a sus dueños!- adujo el ojidorado.
-aun así esto no es asunto nuestro, esa joven pudo ser herida por tu impertinencia Inuyasha!- reclamó Takeo muy serio.
-espera, se han detenido- dijo el joven hanyou escondiéndose tras una pared.
Los tipos entraron a una casa de color blanca con unas enormes ventanas de cristal; iban riendo y celebrando que su plan había resultado al 100% pero no contaban con que aquel par de clientes a los que habian amenazado los habían seguido.
Al entrar a la casa pusieron las dos pistolas escuadras sobre una mesa. El ojidorado y el kitsune espiaban discretamente por la enorme ventana.
-te lo dije Fabián, esa cafetería es muy concurrida y además entregan pedidos de postres a los hoteles Taisho; ellos pagan muy bien y todo el dinero estaba en la caja- dijo uno de los tipos quitándose la capucha.
-tienes razón Oscar, lo bueno es que les caimos a buena hora, el lugar estaba vacío a excepción de ese par de pendejos- respondió mientras sacaba 4 cervezas del refrigerador.
Takeo e Inuyasha entraron en completo silencio a la casa gracias a los trucos mágicos del kitsune quien abrió la puerta transformándose en una llave maestra; tomaron las pistolas y caminaron hacia el comedor donde estaban los cuatro tipos celebrando lo que creían había sido un robo perfecto.
-como fue que nos dijeron?- preguntó el peliplateado apuntando con el arma a uno de los tipos.
-creo que fue... No se muevan, quieto ahí cabrones- dijo el pelirrojo apuntando con la otra arma a otro de los tipos.
-que hacen aquí? Como entraron?- preguntó muy asustado uno de los delincuentes abriendo los ojos como plato.
Los cuatro hombres levantaron las manos en señal de rendición y Takeo sacó su celular para llamar a la policía; en eso estaba cuando el ojidorado y el pelirrojo percibieron un quinto aroma.
Un tipo alto, fornido, de unos 40 años le apuntó directo a la cabeza al pelirrojo.
-suelta ese celular- ordenó afincado más el arma. -que lo sueltes!- gritó al ver que éste no obedecía.
Takeo le entregó el celular y el tipo le dio un tiro en la pierna izquierda.
-maldito!- exclamó cayendo al suelo.
-suelten las armas!- ordenó a ambos intrusos y no les quedo de otra que obedecer pues Takeo ya estaba herido y sangrando abundantemente.
El ojidorado estaba furioso, debía actuar rápido, nunca le gustó atacar a los humanos pero estos tipos representaban un peligro para ellos y para la sociedad; eran unos delincuentes desalmados capaz de matar a quien sea por unos cuantos pesos.
-jose, revisalos- ordenó el mayor de los delincuentes; el aludido asintió y comenzó a revisarlos pero no les encontró más que tarjetas de débito, sus pasaportes los cuales ni revisó y sus cámaras.
-no tienen armas freddy- informó al líder.
-pero ese Rolex debe valer una fortuna- dijo Fabián mientras le apuntaba al ojidorado con la pistola. -quitaselo Ramiro- le dijo a uno de sus compinches.
El delincuente llamado Ramiro se acercó al ojidorado y le quitó el Rolex mientras veía confundido como éste sonreía... Todos se quedaron atónitos al ver pulsar el cuerpo del peliplateado y ver como aparecían sobre su cabeza un par de extrañas orejas y sus uñas se transformaron en garras.
-quien demonios son ustedes!- exclamó completamente asustado el líder de los asaltantes.
El ojidorado se puso de pie y el tipo llamado Fabián le disparó pero el ojidorado saltó a tiempo y se abalanzó sobre éste.
-garras de acero!- espetó clavando sus garras en el pecho del joven y éste cayó desangrandose.
-maldito demonio!- gritó Freddy vaciando el cargador de su pistola mientras apuntaba al peliplateado pero éste se movía velozmente y no pudo impactarlo.
-les dije que se habían metido al lugar equivocado... Preparense para morir!- exclamó con sus ojos rojos cual brazas y clavó sus garras en el pecho del asustado líder dejándolo tendido en un charco de sangre.
-inuyasha, no sigas! Son sólo humanos!- gritó el sorprendido kitsune.
-humanos... Estos son peor que demonios- espetó al lanzarse sobre los otros tipos, al no percibir aliento de vida en ellos se miró las garras y el traje lleno de sangre; había acabado con los delincuentes pero no se sentía bien.
-vámonos de aquí Inuyasha, la policía está por llegar- dijo el herido kitsune.
Inuyasha se quedó breves segundos mirando sus garras, tomó su Rolex y se lo puso luego ayudó al pelirrojo a subir a su espalda, tomó la bolsa con el dinero y lo llevó a la cafetería de la hermosa joven.
-pero por Dios que les pasó!- exclamó la castaña al ver regresar a los dos varones.
-le dispararon- respondió el ojidorado mientras lo ayudaba a sentarse.
-ay que llevarlo a un hospital!- dijo la joven muy nerviosa.
-no, llamaré a un doctor... Podrías brindarnos un lugar donde puedan atenderlo?- preguntó mirando los hermosos ojos café de la joven.
-s..si, traelo allá atrás tengo un pequeño cuarto- respondió la joven.
-aquí tienes tu dinero- dijo el ojidorado al entregarle la bolsa negra que contenía el dinero que le habían robado previamente.
-gracias pero no debieron exponerse de esta manera, a ti no te pasó nada?- preguntó sumamente preocupada al ver al ojidorado lleno de sangre.
-no, ésta sangre es de Takeo- mintió sin verla; se sentía mal en mentirle pero por que? No lo sabía lo único que sabía era no podía decirle la verdad.
-que bueno que no te pasó nada inuyasha, vamos llevalo al cuarto para que lo atiendan- dijo la chica guiandolo al pequeño cuarto.
El ojidorado llamó a un médico retirado que trabajaba en uno de los hoteles Taisho y este acudió al llamado, sacó la bala.
-listo señor Taisho, gusta que llame un transporte para que los lleven al hotel?- preguntó mientras vendaba al pelirrojo.
-inuyasha, no me digas que eres de esos Taisho- dijo la joven castaña.
-si clari, soy hermano del dueño de la cadena de hoteles Taisho- respondió tranquilamente restándole importancia.
-pero entonces no tenían por qué venir hasta acá por galletas, yo siempre envío el pedido de los postres- dijo frunciendo el entrecejo.
-no clari, nosotros no veniamos por el pedido, pasábamos por acá y me llamó la atención el aroma de tus galletas- dijo el ojiazul un poco avergonzado.
-disculpe señor, llamo un transporte?- volvió a preguntar el viejo médico.
-si por favor- dijo el ojidorado al mismo tiempo que la castaña dio una respuesta negativa.
-si o no?- preguntó confundido el anciano.
-clari, no quiero causarte más problemas ni incomodarte, debemos irnos- habló serenamente el ojidorado perdido en la mirada de la joven castaña. Que era lo que tenía ella que cada que la veía a los ojos quería quedarse así por un largo rato? Acaso ella le atraía? (Ja! Tonterías) dijo mentalmente, sacudió su cabeza hacia los lados tratando de disolver sus pensamientos; tomó a Takeo y lo llevó a la parte de adelante donde era la cafetería y esperaron el transporte del hotel.
Al día siguiente el ojidorado despertó y vió a Takeo de pie junto a su cama sosteniendo una bandeja.
-inuyasha, clari nos trajo cinco cajas de galletas cada uno aquí tienes- dijo poniendo la bandeja sobre la cama. -te traje un café, disfrútalo- agregó.
-clari Sosa- susurró el ojidorado mirando las cajas de galletas.
-te gusta no es así?- dijo el pelirrojo con una sonrisa ladina.
-que tontera dices zorro!- espetó completamente sonrojado y giró para darle la espalda a su interlocutor.
-te gusta, de lo contrario no te pondrías así!- se burló al percibir la tensión en el ojidorado.
-es sólo la chica de las galletas- espetó molesto mostrándole el puño al kitsune quien retrocedió un par de pasos para no ser golpeado por el joven hanyou.
-lo que tú digas inuyasha, pero déjame decirte que te tomas muchas molestias para que sólo sea la chica de las galletas- respondió girando sobre sus talones y saliendo de la habitación.
(Es sólo la chica de las galletas) se repitió mentalmente; quizás si, quizás no lo único que sabia era que esa chica tenía un no se que, que despertaba en él aquel sentimiento que procuraba enterrar para siempre.








EN EL PRESENTE 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora