EN EL PRESENTE 1 Y 2

CAPÍTULO 34

#enelpresente2
Capítulo 34 (uno de los capítulos más largos de este fics)
La hermosa ojidorada llegó a Toyota donde su hijo la esperaba; entró y lo miró sentado rodeado de sus sirvientes quienes le hablaban sobre el posible plan a seguir pero el ojidorado estaba tan metido en sus pensamientos que no prestaba atención a sus interlocutores. Se puso de pie al percibir la presencia de su madre.
-madre- saludó al acercarse a ella.
-hay algo muy importante que debo decirte hijo- dijo mirándolo fijamente a los ojos.
-yo también madre, ya se donde están... Te juro que van a pagar por esto que me han hecho, una débil humana y un repugnante híbrido no se van a burlar de mi- espetó con sus rojos destellando un tono carmesí y salió inmediatamente de aquel edificio sin escuchar lo que su madre tenía que decirle.
Irasue le siguió, estaba muy preocupada al ver lo furioso que estaba su hijo; estaba segura que no escucharía razones y a como dijo Hiarchas a causa de su ira y sus celos no vería la verdad ante sus ojos... Takashi, Oriushi, Jaken y Jun salieron tras ambos peliplateados.
-donde demonios estamos Inuyasha, nos dijiste que nos llevarias a estados unidos!- gritaba la joven azabache al ver al despreocupado hanyou sentado en el jardín del hotel.
-estamos en Brasil Kagome, no te preocupes aquí no nos encontrarán- fue la respuesta del ojidorado.
-no nos encontrará quien?- preguntó la pequeña Rin frunciendo el entrecejo y cruzándose de brazos. Estaba molesta, se sentía secuestrada por su tío.
-tu padre- respondió Inuyasha mirando hacia el cielo estrellado.
-nos trajiste a Brasil para que Sesshomaru no nos encuentre cuando se reúna con Daiki?- espetó furiosa kagome poniéndose las manos en la cintura.
-dijiste que no querías estar con sesshomaru y por eso te saqué de Japón o ya se te olvidaron los motivos por lo cual huiste de su lado? Quieres que te los recuerde?- gritó exasperado el joven hanyou poniéndose de pie.
-no es necesario que grites, no estamos sordas!- reclamó indignada la nena apretando los puños.
-tu no te metas niña, esto es entre adultos!- respondió.
-no voy a permitir que le hables así a mi hija Inuyasha, eres un atrevido, por si ya lo olvidaste Rin te salvó la vida la noche de luna nueva cuando estuviste a punto de morir por el veneno de Daiki!- gritó molesta la azabache acercándose al ojidorado.
Éste la tomó desprevenida y la besó a la fuerza nuevamente no podía aguantar la cercanía de ella ya que su aroma delataba su fertilidad; deseaba tomarla, hacerla suya sin importarle que ella tuviera dueño, sin importarle que el aroma de su hermano estaba presente en ella, sin importarle la marca o los niños, la azabache trataba de apartarse de él pero Inuyasha la tenía inmovilizada.
-dejala si no quieres que te purifique maldito híbrido!- gritó la niña a todo lo que sus pulmones daban.
-entonces era cierto lo que dijo Daiki- la grave e imponente voz hizo tensar tanto al joven hanyou como a la azabache quien fué liberada del agarre del ojidorado.
-sesshomaru!- exclamó sorprendido Inuyasha al escuchar la voz de su hermano. Se apartó de la joven tratando de llamar la atención de éste para que no la lastimara; había sentido la poderosa aura demoníaca de su medio hermano y del pequeño niño quien se había enfurecido al ver nuevamente al hanyou besar a su madre.
Sesshomaru no prestó atención a su medio hermano y se acercó velozmente a la joven azabache quien al verlo se había quedado inmóvil; estaba nerviosa sólo de pensar como reaccionaría su esposo al ver que Inuyasha la había besado a la fuerza.
-asi que me extrañaste- dijo mirándola fijamente a los ojos; su mirada fría, su imponente voz y su estoicismo hizo que un escalofrío bajara por la espalda de la joven. -asi que éste estúpido hanyou no resultó tan bueno en la cama que terminaste extrañandome- espetó con desprecio, entrecerró los ojos y estos tomaron el color rojo que tanto asustaba a la azabache.
Kagome trató de decir algo pero sus palabras se ahogaron en su garganta; estaba indignada, como podía ser posible que él pensara eso de ella? por que estaba humillandola si con solo su olor podía darse cuenta que ella no tenía nada con Inuyasha?
-como te atreves a pensar eso sesshomaru!- reclamó molesto el joven hanyou.
Al no obtener respuesta alguna de la azabache sesshomaru movió impacientemente sus dedos preparando sus garras las cuales se vieron envueltas en un resplandor verdozo.
-no te atrevas a tocarla Sesshomaru!- gritó a unos metros el ojidorado y sacó del bolsillo de su pantalón la pequeña espada, la desenvainó y ésta tomó su tamaño original convirtiéndose en el legendario colmillo de acero. estaba listo para defender a la joven azabache a como lo había hecho hace tanto tiempo; apuntaba directamente hacia el cuerpo de su rival en cuanto éste se alejara de la azabache le atacaria.
-despues me encargaré de ti maldita perra traidora- escupió fríamente mientras se giraba hacia su desafiante medio hermano.
Sacó de su bolsillo derecho su espada bakusaiga estaba tan furioso de haber visto con sus propios ojos como el híbrido profanaba los tiernos labios de kagome que no se pudo dar cuenta que era un beso robado y que el aroma de su mujer no se mezclaba con el de Inuyasha, ella no le había sido infiel; desenvainó la pequeña espada y ésta tomó su tamaño original.
-colmillo explosivo!- espetó lanzando su primer ataque.
Inuyasha saltó esquivando el ataque de su enfurecido hermano.
-maldito bastardo, que sucede contigo; al parecer no has mejorado mucho desde nuestra última pelea- se burló Inuyasha parándose a una distancia prudente.
Sesshomaru se enfureció aún más al escuchar esto, sintió la llegada de su madre y sirvientes y a una velocidad sobrenatural se acercó al hanyou.
-has cruzado los límites hermano; te has metido con una mujer que era mía, una mujer que lleva mi marca, que también estaba unida a mi por las leyes humanas, a eso agrégale que tiene dos hijos míos- dijo el ojidorado mayor apretando el agarre en su espada.
-yo no he hecho nada!- espetó Inuyasha; sesshomaru alzó su espada y atacó a su rival pero éste lo bloqueó con tessaiga.
-de nada te sirve negarlo!- gritó colérico el imponente lord.
-Que está pasando contigo Sesshomaru, Inuyasha y yo no tenemos nada!!!- gritó a lo lejos la joven azabache.
Irasue estaba de pie en el enorme jardín junto a los sirvientes de su hijo, estaba lista para intervenir.
Un sonido ensordecedor y una fuerte ventisca llamó la atención de los presentes; Masahiro, Hiromi y Takeo llegaban en uno de sus helicópteros y estaban aterrizando.
-inuyasha- la voz de Masahiro hizo que el aludido le viera por breves segundos. -si tienes algún problema yo debería de saberlo- dijo mientras  rotaba su cuello haciéndolo crujir.
-no te metas donde no te están llamando- la firme voz de Irasue llamó la atención del arrogante inu-youkai de ojos azules. sabía que si trataba de intervenir la ojidorada no la pensaría dos veces para atacarlo.
Sesshomaru e Inuyasha habían lanzado al suelo sus espadas; estaban dispuestos a matarse con sus propias manos. Sesshomaru preparó sus garras venenosas.
-garras de acero!- atacó directamente a su enfurecido hermano rasgando parte de la camisa de sesshomaru.
-eso es todo lo que tienes?!- espetó mientras daba un certero golpe en el estómago del hanyou y remató con otro golpe en el rostro enviandolo a unos 20 metros.
-khe! Estas equivocado si piensas que kagome y yo tuvimos algo que ver Sesshomaru, pero de no ser por que llegas ella y yo nos habríamos puesto de acuerdo!- insultó lanzándose nuevamente al ataque.
Inuyasha saltó velozmente y estando frente a su encolerizado hermano lanzó una patada que fue esquivada hábilmente pero volvió a lanzar otra y sesshomaru fue impactado en el rostro.
Sesshomaru no esperaba ese ataque tan veloz y cayó al suelo escupiendo sangre.
Inuyasha saltó alejándose de su hermano pero Daiki lo tomó por el cuello con su látigo.
-deja de huir maldito híbrido y pelea como hombre!- espetó el pequeño dando chance a que su papá se levantara.
Sesshomaru se puso de pie y se acercó velozmente a su hijo y le dio una fuerte bofetada.
-no intervengas en esto!- le gritó mientras el pequeño peliplateado fue a estrellarse contra un muro donde estaba el nombre del hotel.
-rindete Sesshomaru- dijo Inuyasha tomando a tessaiga, pensaba acabarlo de una vez.
-eso nunca y menos ante un ser tan débil como tú!- gruñó girandose hacia su rival.
-viento cortante!!!- kagome y Rin sintieron su corazón detenerse al ver el ataque del hanyou dirigirse a gran velocidad hacia sesshomaru y éste ni se inmutaba.
-sesshomaru!!!- el grito de kagome le recordó al hanyou cuando viajaba junto a ella recolectando los fragmentos de shikon y era el nombre de él el que ella gritaba Constantemente; que tanto habían cambiado las cosas, ahora la chica que amaba gritaba preocupada el nombre de su hermano.
Un segundo antes de que el viento cortante le alcanzara; el lord desapareció del lugar donde estaba y apareció frente al hanyou. Inuyasha abrió los ojos como plato al tener a Sesshomaru tan cerca pues prácticamente se había teletransportado. El lord sonrió mirando fijamente a los ojos de su hermano y bajó la mirada hasta el abdomen de éste siendo imitado por el boquiabierto híbrido.
Las garras de Sesshomaru estaban atravezandolo de lado a lado.
-finalmente me daré el gusto de asesinarte hermano- dijo el frío lord mirando a los ojos a Inuyasha quien empezó a sangrar abundantemente.
-noooooo!!!- gritó horrorizada la azabache y corrió hacia aquel par de hombres; Daiki se paró frente a ella impidiéndole el paso.
-el deber de un hombre es proteger a su familia y éste híbrido la ha destruido, es justo que muera por ello- espetó molesto el pequeño peliplateado con sus ojos rojos cual brazas.
-de qué diablos estas hablando Daiki, tu tío y yo no hicimos nada indebido! Yo he respetado siempre a tu padre y a ustedes, no tengo por qué meterme con alguien que sólo causó una tristeza y un profundo dolor en mi... Daiki, tu eres un youkai, por que no te das cuenta? Si así fuera mi olor me delataria- dijo la joven madre poniendo una mano en su pecho.
-tsk! Maldito!- se escuchó la débil voz del joven hanyou quien dejó caer su espada y el lord sacó su mano del interior de su sangrante hermano. -garras de acero!- gruñó hiriendo a su hermano desde el hombro izquierdo hasta el lado derecho de su cadera.
Sesshomaru se apartó velozmente pero el daño estaba hecho; ahora también sangraba en abundancia. No prestó atención a sus heridas, lo único que quería era acabar con aquel maldito ser que se había burlado de él y que estaba pisoteando su monumental orgullo. Tomó a bakusaiga y vió a su hermano caer de rodillas en un charco de sangre, estaba cada vez más débil.
-sesshomaru, amas con la misma intensidad con la que odias, abre los ojos!- espetó Irasue parándose entre su hijo y el maltrecho híbrido.
-muevete madre, tu tambien deseaste esto hace mucho- fue la respuesta del ojidorado.
-mis prioridades han cambiado y las tuyas también deberían cambiar, kagome no te traicionó con este imbécil- alegó levantando una ceja y cruzándose de brazos, Inuyasha escuchaba atentamente aquella conversación pues había asumido que al pararse ahí Irasue querría matarlo y no defenderlo de su hijo pues él le recordaba a la imponente youkai la traición del general Inu.
-insultas mi inteligencia!- gruñó furioso el imponente lord, dio dos pasos hacia su madre y vió un destello de color rosa envolverlo.
Volteó hacia atrás y vió a la joven azabache con sus manos cerradas en puño y sollozaba alguna maldición, frunció el entrecejo y entrecerró sus enrojecidos ojos. Acaso estaba loca? Como es que lo metía en un campo de energía sagrada! Peor aún, como demonios lo hizo?... Empezó a sentirse más débil y apretó sus dientes muy furioso, preparó sus garras venenosas y caminó hacia ella.
-papito- la voz de la nena llamó su atención, bajó la mirada y la vió ahí; estaba de pie con sus ojos cerrados, sus manos juntas con sus dedos entrelazados y sus dedos índice alzados y juntos... Era ella quien mantenía aquel campo de energía y no kagome.
Sesshomaru se puso en cuclillas frente a la nena, quería quitarla de su camino y llegar finalmente a la azabache. Puso su mano sobre el hombro izquierdo de la pequeña.
-papito, no me lastimes, sabes que si me golpeas como a Daiki seguramente moriría... Sólo soy una débil e insignificante humana pero soy hija tuya y te quiero con toda mi alma al igual que a mi madre- dijo la pequeña nena aún con sus ojos cerrados, separó sus manos y el campo de energía sagrada se mantuvo normal.
-quitate de mi camino niña- dijo igualmente furioso y sin reconocer a la pequeña, trató de ponerse de pie pero antes de que pudiera hacerlo sintió como la pequeña nena se había avalanzado sobre él y lo estaba abrazando importandole poco mancharse con la sangre del furioso inu-youkai.
Sin saber porqué cerró sus ojos, ese abrazo le transmitía paz, una armonía sin precedentes, sintió como aquella pesadez desaparecía de su cuerpo, su olfato se aclaró, sus ojos volvieron al dorado habitual, su corazón palpitaba acelerado... Sin darse cuenta también había abrazado a la pequeña nena que lo tenía abrazado por el cuello.
-te amo papá- dijo Rin depositando un beso en la mejilla del lord quien abrió lentamente sus ojos y miró a la azabache que lloraba a mares al ver aquella escena.
-sacame de aquí, no me siento bien- solicitó mientras daba un beso en la frente a la pequeña.
Rin obedeció y disolvió el campo de energía... Sesshomaru se puso de pie y caminó hacia kagome.
-sesshomaru maldito, no te atrevas a tocarla con tus sucias manos!- gritó el joven hanyou poniéndose de pie con dificultad.
-no te metas en esto- dijo Irasue volteando hacia el ojidorado. -que es lo que pretendes? Que mi hijo te mate? Kagome también moriría y aún así no podrías estar con ella; ya te pasó una vez, tu mujer fué al infierno y tú a ese limbo donde permanece tu padre... Mírala, ella ama a tu hermano, decidió darle una oportunidad y hasta ahora han sido felices, tienen dos hermosos cachorros... Inuyasha... Tu aquí sales sobrando, ahora que tienes una nueva oportunidad de vida no la desperdicies luchando por un imposible, busca a alguien que te ame, alguien sin compromisos, alguien que llene el vacío que dejó tu mujer al morir- su tono de voz fué diferente está vez al dirigirse al joven hanyou, está vez no habló con rabia ni desprecio; está vez le habló con un tono sutil que hizo estremecer al ojidorado pues solamente Izayoi le había hablado de esa manera.
-irasue, yo no quiero perderla- dijo mirando como sesshomaru estaba de pie frente a la joven azabache.
-por que no lo entiendes? Tú no la estás perdiendo ahora, tú la perdiste hace 500 años cuando decidiste quedarte con la miko de barro- dijo la ojidorada mirando a la pareja en completo silencio.
Si, Irasue tenía toda la maldita razón; él había perdido a la azabache hace 500 años y ahora debía cargar con las consecuencias de su decisión.
-perdoname- dijo el ojidorado bajando avergonzado su mirada; la habia juzgado mal, le había lastimado acusándola de ser amante del hanyou cuando en realidad no había sido así; ahora lo comprendía, podía percibir claramente su aroma, ella no se había acostado con su hermano.
-sessho..maru- susurró ella y cubrió su rostro con sus manos para ocultar su llanto.
Sesshomaru se acercó y la abrazó, se sentía tan bien poder sentir su sutil aroma mezclado única y exclusivamente con el suyo, ella correspondió al abrazo sin importarle que éste estuviera ensangrentado.
-mia- le susurró al oído.
-siempre he sido sólo tuya Sesshomaru, yo decidí ser tu hembra, tu esposa, no decidí ser madre pues eso me tomó por sorpresa pero ha sido lo mejor que me ha pasado por que te amo y siempre voy amarte como nunca he amado a nadie- respondió ahogada en llanto.
-ya no llores kagome, yo también te amo y nunca amé a nadie antes de ti... Perdona mis mentiras, mis estupideces, mis ofensas, perdóname mi amor- susurró soltandola de su abrazo para verla a los ojos.
-claro que te perdono mi amor, como no hacerlo si eres el amor de mi vida y extrañé tanto estar a tu lado- respondió mirándolo a los ojos, esos ojos que  reflejaban aquel inmenso amor que a pesar de que su boca guardaba silencio ante todos con esa mirada le gritaba cuanto la amaba. -vámonos de aquí, olvida todo esto y vámonos, debo curarte sesshomaru- dijo la azabache en tono suplicante, como no hacerlo si ella se lo pedía de esa manera y habiendo concedido el perdón a sus faltas... Ya tendría tiempo para arreglar cuentas con el híbrido por besarla a la fuerza por el momento le restregaría en la cara que kagome era suya; rodeó la cintura de su mujer y la besó apasionadamente, había deseado tanto ese beso, tenerla así de cerca, su aroma, su piel, la deseaba intensamente.
Sesshomaru la tomó en brazos y se elevó junto a ella.
-kagome, kagomeeee!!! Kagome como demonios decides irte con él!!!- gritó furioso el joven hanyou quien sangraba abundantemente.
-y que esperabas Inuyasha? Él es mi esposo, es el padre de mis hijos; mi deber es estar a su lado... Entiende que yo ya hice mi vida con sesshomaru así como tu hiciste tu vida hace 500 años con Kikyo... Adiós Inuyasha- dijo mientras se iba volando en brazos de su amado lord.
La miró irse al igual que Irasue y los sirvientes de sesshomaru Daiki se acercó a su hermana y la tomó por la cintura y se elevó con ella, se habían ido.
Masahiro se acercó a su abuelo y negó con la cabeza.
-que estupidez inuyasha, ésta guerra la tenías perdida desde el principio- dijo el joven de ojos azules haciendo un ademán a Hiromi y Takeo para que lo ayudarán a llevarlo al hotel.
-que bueno que éste hotel aún no se inaugura por que si hubiese estado funcionando tendríamos que haber evacuado a la gente para que no vieran semejante alboroto- espetó Takeo mientras levantaba del lado derecho al joven hanyou e Hiromi le ayudaba del lado izquierdo.
-ka..gome- susurró el ojidorado antes de desmayarse.
-genial, ya se desmayó- espetó Hiromi mientras lo llevaban una de las habitaciones.
Masahiro se encargó de limpiar y vendar las heridas de su abuelo y al día siguiente volverían a Japón; el joven de ojos azules estaba muy contento pues había logrado su cometido.