CAPÍTULO 31

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#enelpresente2
Capítulo 31
Despertó sobresaltado su cuerpo empapado en sudor, su respiración entrecortada, frunció el entrecejo al ver su entrepierna; tenía una maldita ereccion del tamaño de la torre Eiffel además estaba completamente humedo al punto de manchar su pantalón y para mayor de los colmos Irasue entró imprudentemente a la habitación.
Sesshomaru se giró sobre la cama y dió la espalda a su madre mientras colocaba una de las almohadas en su regazo.
La ojidorada al darse cuenta del particular olor soltó una sonora carcajada.
-jajajaja cachorro- hace mucho que no lo llamaba así. -ahem- se aclaró la garganta recobrando la compostura. -sesshomaru, no pensé que estuvieras tan ocupado- soltó sarcásticamente y volvió a reír a carcajadas.
-no se de que demonios hablas!- espetó molesto al escuchar lo que su madre insinuaba.
-hablo de que estabas desahogandote, autocomplaciendote, masturbandote o como prefieras llamarlo- respondió la ojidorada conteniendo una risita.
-largate de aquí, yo no hago ese tipo de estupideces; yo estoy a otro nivel!- espetó furioso y lanzó con fuerza la almohada que tenía en su regazo hacia su madre quien a una velocidad impresionante salió de la habitación riendo a carcajadas.
Ese maldito sueño le había hecho pasar una gran vergüenza con su madre, bueno, que en parte había sido agradable pero al final cuando ella mencionó el nombre de ese maldito híbrido fué lo peor.
(Será posible que ella se olvide de mi y acepte a ese repugnante hanyou? Será que ella si se fué con él para hacer una vida en pareja? Será tan descarada de hacer eso frente a mis hijos que ya saben que ese infeliz es su tío? Será posible que ella se entregue a él como lo hizo conmigo?) Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido de su celular.
-quien demonios habla?- espetó molesto al contestar la llamada pues el número no le era conocido.
*Sesshomaru, pero que genio el que te cargas* la voz del ojiazul se escuchó clara y fuerte.
-que quieres?- preguntó sin tanto rodeo.
*Lo mismo de siempre, ya sabes, entrégame Tanaka motors y Kawasaki heavy y a cambio te conseguiré la ubicación de tu mujer y tus cachorros* respondió tranquilamente.
-si eso era todo lo que tenías para decirme entonces déjame darte mi respuesta... Vete a la mierda Masahiro- fué su firme respuesta.
No, el no iba dejarse chantajear por ese maldito bastardo oportunista; es cierto que necesitaba la ubicación de su mujer y sus cachorros pero tampoco iba ceder a la petición del ojiazul.
Bien podía poner al mundo de cabezas; poner a la interpol, a la CIA, la KGB, el FBI entre otros a buscar a su familia pero tampoco podía quedar como un completo imbécil ante su hijo principalmente  poniendo a otros a hacer el trabajo que le correspondía hacer a él.
Se metió al cuarto de baño, se quitó la ropa y empezó a bañarse el agua helada no fue suficiente para bajarle la calentura; recordó el sueño que había tenido, el cuerpo desnudo de su hembra, sus senos, su trasero, su vagina, su olor, sus caricias... Sin darse cuenta tenía entre sus manos su erecto miembro y lo estaba acariciando lentamente.
-no!- se dijo a si mismo, no podía caer tan bajo.
Terminó de bañarse y salió, se vistió nuevamente y bajó a cenar.
-sesshomaru, que piensas hacer?- preguntó Irasue quien lo esperaba en el comedor.
-...
-buenas noches amo- saludó Takashi.
-puedes servir- respondió el ojidorado sentándose a la mesa.
-Buenas noches... bonito, recuerda al viejo Tasawa?- preguntó el viejo sapo llegando al comedor.
-el ex vicepresidente de tanaka motors- respondió sesshomaru.
-exactamente amo... Está trabajando en mitsubishi motors corporation- informó Jaken acercándose al ojidorado.
-y eso que? Termina de hablar chaparrito- espetó la ojidorada levantando una ceja.
-podemos ofrecerle una fuerte suma de dinero para que investigue el paradero de lady Kagome y los niños- recomendó el viejo sapo.
-ese inútil fue despedido por desfalco, que se dé por bien servido que aún sigue con vida- dijo la ojidorada tomando un sorbo de agua.
-hazlo- dijo el peliplateado tomando los cubiertos.
-pensé que nos encargariamos personalmente de este asunto- siseó frunciendo el ceño.
-y lo haremos- fue la respuesta del ojidorado.
Al día siguiente llegaron al aeropuerto y a bordo de uno de los aviones de Tanaka motors la ojidorada se fue a China, sesshomaru a estados unidos, Oriushi a Alemania y en un vuelo comercial el viejo Ishiro se fue a Korea y Jun a Italia cada quién buscaría por separado.
Así pasó el tiempo pero no encontraban nada; tres malditos meses y nada, ni rastro de kagome ni los niños... Ishiro había ofrecido dinero a tasawa pero éste no conseguía información todavía.
Kagome se dedicaba de lleno a sus hijos quienes habían empezado la escuela.
-Daiki, déjalo por favor no vayas a golpearlo!- gritó la pequeña Rin al ver a su hermano tomar por el cuello a un niño de su edad.
-ese repugnante humano dice que tú serás su novia- respondió el pequeño ojidorado mirando fijamente al niño.
-repugnante humano? Que te crees? Un Cyborg, un Dios, un demonio? Ja! Un animal es lo que eres!- espetó el pequeño mirando a Daiki desafiantemente.
-por kami, cierra la boca tonto!- exclamó la pequeña azabache y sus ojos se abrieron como plato al ver como Daiki lanzaba a varios metros al otro niño.
-Di tus últimas palabras bastardo- espetó molesto el pequeño ojidorado posicionándose sobre el maltrecho niño y movía sus deditos preparando su ataque; sólo faltaba que se quitara la cadena que un día Ishiro le diera para ocultar sus rasgos youkai y sus garras aparecerían.
-Daiki, nos meteras en problemas!- gritó Rin muy asustada. -lo sueltas o tendré que purificarte!- agregó; no estaba jugando, en los últimos tres meses había tenido tiempo suficiente para aprender a utilizar de manera correcta sus poderes espirituales.
Daiki dirigió su mirada hacia su hermana y frunció el entrecejo.
-estas defendiendo a éste insolente?- gruñó aún sobre su compañero de clase.
-te lo suplico Daiki, suéltalo- respondió la nena caminando hacia su furioso hermano.
-esto no se quedará asi, si te escucho hablar nuevamente así de mi hermana te juro que te sacaré el maldito corazón y se lo daré a los cerdos- gruñó el pequeño ojidorado dejando tirado a su compañero.
-que dijiste jovencito?- la maestra había llegado.
-solo jugábamos no es así Ryo?- dijo el peliplateado mirando al aludido.
-si maestra, estábamos jugando- respondió el pequeño temblando de miedo.
-pues no me importa Daiki, ya viste como dejaste a Ryo!- exclamó mientras ayudaba a Ryo quien estaba lleno de raspones a levantarse. -esperaremos a tu padre y hablaré con él- dijo la joven maestra.
-ese estúpido hib... Inuyasha no es mi padre- rectificó rápidamente el pequeño.
-pero es familiar tuyo, él es quien viene a traerlos siempre y hablaré con él cuando venga- espetó molesta llevándose al pequeño a la enfermería.
Dos horas después el joven hanyou llegó a la escuela por sus sobrinos.
-señor Tanaka- saludó la maestra al ver al ojidorado bajar de su auto.
-mi nombre es Inuyasha Taisho no soy Tanaka- aclaró un tanto molesto.
-disculpe, es que pensé que era familiar de los niños Tanaka- dijo la joven levantando una ceja y cruzándose de brazos.
-soy su tío, por eso el parecido en el cabello y color de ojos; mi hermano y yo tenemos eso en común pero tenemos apellidos diferentes- explicó.
-ya entiendo, me gustaría hablar con usted un momento- dijo mirándolo fijamente a los ojos.
-tengo un poco de prisa, podría decirme que sucede?- preguntó sin tanto rodeo.
-Daiki se peleó con uno de sus compañeros de clase y la directora decidió suspenderlo 3 dias, Rin también fue suspendida por gritarle a la directora- informó.
-esos niños!- exclamó enojado. -bueno le diré a su madre que hable con ellos ahora si me permite debo ir por los niños como le dije antes, tengo prisa- dijo el ojidorado entrando al edificio y caminó hacia la oficina de la directora guiandose por el aroma de sus sobrinos.
Los encontró y sin decir una sola palabra los llevó a casa donde los esperaba kagome con un delicioso almuerzo.
Después de almorzar el ojidorado le comentó a la azabache lo ocurrido en la escuela y ésta muy molesta castigó a los pequeños y los envío a sus habitaciones.
Por la noche kagome estaba viendo la tv y tomando una taza de té cuando se dio cuenta de la ausencia del ojidorado; salió a buscarlo y lo encontró sentado en la rama de uno de los árboles del patio trasero.
-inu..yasha- susurró al verlo con el cabello oscuro.
-kagome déjame sólo, los niños podrían salir y no quiero que me vean así- dijo sin verla.
-inuyasha, sabes que puedes confiar en nosotros- adujo tranquilamente la joven azabache.
-khe! en ti puedo confiar, en tu hijo no!- respondió petulantemente.
-Abajo!- espetó y lo hizo caer inmediatamente.
-maldita mujer, que sucede contigo ya viste como me trata Daiki y aún así me pides que confíe en él?- reclamó mientras se ponía de pie.
-Daiki es sólo un niño, debes ganarte su cariño y confianza Inuyasha después de todo es tu sobrino!- exclamó molesta frunciendo el entrecejo.
-ese es el problema Kagome, esos niños no deberían ser mis sobrinos, deberían ser mis hijos!- repuso mientras se acercaba a la joven azabache.
-estás loco? Tu preferiste quedarte con Kikyo, tuviste hijos con ella fuiste inmensamente feliz a su lado por eso tuvieron no sólo uno sino cuatro hijos Inuyasha, eres un descarado yo te amaba y tú solo rompiste mi corazón en pedazos!- estaba muy molesta que no supo como reaccionar cuando el pelinegro la tomó de ambos brazos y la miró fijamente a los ojos.
-por que no lo entiendes kagome, yo también te amaba pero debía cumplir mi promesa de protegerla luego ella te expulsó y me sentí en la obligación de enfrentar mi destino si me casé con ella y tuve hijos pero aún te amaba y cuando ella murió juré que esperaría el tiempo que fuera necesario para poder encontrarte y poder estar contigo, kagome yo te amo te juro por la memoria de mi madre que yo te amo como nunca he amado a nadie- confesó a unos centímetros de ella y al verla completamente petrificada, perpleja, sonrojada y con los ojos abiertos como plato acercó su rostro al de ella, la apretó aún más y la besó.
-que bonito- dijo el pequeño ojidorado parado en el umbral de la puerta trasera y aplaudiendo.
Inuyasha se sorprendió al escucharlo pues en su forma humana no habia podido detectar el aroma del niño soltó a kagome de inmediato y la escuchó gritar.
-Abajo!
-Hmph, bonito teatro madre, lo estampas contra el suelo después de besarlo, siempre sospeché que ustedes habían tenido una relación antes de que estuvieras con mi padre pero nunca pensé que fueras a serle infiel con este repugnante híbrido- espetó molesto acercándose a su tío quien empezaba a levantarse.
-a ti te sigue gustando mi madre, no te da vergüenza? Es la hembra de tu hermano, lleva su marca en su cuello, en su dedo el anillo de bodas, tiene dos hijos de tu hermano... que repugnante y patético eres Inuyasha- espetó a unos centímetros del pelinegro.
Inuyasha lo tomó por la camisa y el pequeño miró con asco la mano de su tío sobre él.
-tu no sabes nada niño, mejor cierra la boca- gruñó el pelinegro.
Daiki se quitó la cadena, su cuerpo pulsó un par de veces y sus rasgos youkai se hicieron presentes; tomó el antebrazo de su tío y aplicó su potente Veneno.
El pelinegro gritó por el ardor quemante y soltó al pequeño peliplateado.
-estupido hanyou!- dijo con una sonrisa ladina.
-Daiki, regresa a tu habitación; tu estas castigado no se que haces aquí!- dijo la azabache muy enojada.
-lo siento mucho madre pero no pienso quedarme a ver cómo te vuelves la hembra de este ser tan repugnante!- gritó furioso el pequeño ojidorado mientras se elevaba a gran velocidad.
-Daiki vuelve aquí! Daiki!- gritó la joven azabache pero su hijo se transformó en una esfera de luz y segundos después desapareció en el oscuro cielo. -maldita sea inuyasha, por que tenías que hacer eso!- gritó Furiosa viendo al aludido.
-kagome entiendelo, yo te amo- respondió el pelinegro mirando en dirección por donde se había ido Daiki.
-como dices?- la pequeña Rin había escuchado lo dicho por su tío.
-mierda!- espetó molesto y avergonzado a la vez; esos niños no conocían el significado de la frase “estan castigados”.
-escuché bien lo que dijiste tío, tu amas a mi madre! Como te atreves! Eres su cuñado!- gritó acercándose al pelinegro.
Inuyasha se puso en cuclillas para quedar a la altura de Rin y suspiró profundamente.
-Rin, yo amo a tu madre desde antes que ella conociera a tu padre, debería haber sido yo quien me casara con ella y no sessho- decía el pelinegro hasta que la pequeña azabache lo calló de una sonora cachetada.
-Rin!- exclamó sorprendida la azabache.
Rin dió media vuelta y caminó hacia adentro, se detuvo en el umbral de la puerta y se giró hacia la pareja.
-madre, tú correspondes al amor que mi tío dice sentir por ti?- preguntó mirando fijamente a su madre.
-como crees Rin!- fué la respuesta de la joven madre.
-demuestralo, regresemos a Japón y vuelve con mi padre- espetó dando media vuelta y entrando al apartamento.

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