CAPÍTULO 19

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#enelpresente2
Capítulo 19
-me siento muy orgulloso de ti Inuyasha, has aprendido mucho acerca de la empresa, has aprendido a comportarte, a hablar, a vestir, a caminar correctamente, incluso me han dicho que has aprendido a conducir- decía el ojiazul al llegar a la mansión del sur después de su viaje a corea del norte.
-khe! Que esperabas tengo que pasar desapercibido entre los humanos y aparentar ser un gran empresario- respondió el hanyou cruzando los brazos detrás de su cabeza.
-tú no necesitas aparentar, tú eres un gran empresario... Estoy impresionado- el ojiazul realmente estaba contento con el gran avance del hanyou.
-Iré a dar una vuelta- informó el ojidorado poniéndose de pie.
-no irás a ningún lado Inuyasha, tu no puedes estar saliendo cada que te plasca- dijo Firmemente el joven de ojos azules.
-ah si? Es que no te estoy pidiendo permiso! Yo se cuidarme sólo, te guste o no yo voy a salir, no puedes tenerme aquí encerrado toda la vida tampoco estaré todo el tiempo trabajando; olvídate de eso Masahiro!- espetó el molesto hanyou.
Masahiro suspiró pesadamente y entrecerró los ojos, aún no creía fuera tiempo para que Inuyasha anduviera tan campante pues en una de tantas podría encontrarse con kagome o peor aún podría ir en busca de ella al templo donde ella vivía cuando él la conoció y obviamente ahí le dirían que vivía en la mansión Tanaka, eso sería un golpe muy duro para el hanyou, no, aún no era el momento para eso.
-he dicho que no irás!- gritó prácticamente el ojiazul.
Inuyasha se quitó el reloj que traía puesto su cuerpo pulsó un par de veces y tomó su aspecto real; estaba molesto.
Se lanzó al ataque y Masahiro no pudo reaccionar a tiempo; Inuyasha le dió un certero golpe en el rostro y trató de herirlo con sus filosas garras pero su nieto haciendo uso de una velocidad impresionante se apartó de él y furioso por la actitud de su abuelo sacó la pequeña espada de su bolsillo y la desenvainó.
La espada tomó su tamaño real pero para sorpresa del inu-youkai ésta no se transformó en el colmillo.
-ja! No me hagas reír Masahiro, no me digas que pensabas atacarme con tessaiga- se burló el ojidorado.
-que.. que.. que demonios pasa!- exclamó atónito el joven.
-tonto! Esa espada te fué entregada después de mi muerte ya que desde niño fuiste el único que pudo tocarla a pesar de ser un youkai de sangre pura, tu padre aún siendo un híbrido nunca pudo tocarla- dijo el ojidorado esbozando una sonrisa.
-no lo entiendo, porqué no se transforma!- exclamó perturbado por lo que veía.
-idiota! Ya olvidaste que esa espada tiene la capacidad de elegir a su dueño!- gritó avalanzandose sobre el joven de ojos azules.
Masahiro soltó la espada y se apartó velozmente; el ojidorado miró tirada la vieja espada y la tomó entre sus manos... Increíblemente la espada se transformó en el legendario colmillo de acero.
-ja! Esto me pertecene!- exclamó caminando tranquilamente hacia la salida de la mansión.
Masahiro se quedó perplejo viendo como su abuelo se iba con la espada al hombro.
-amo Inuyasha, no puede salir con esa espada así... Es... Demasiado llamativa y podría tener problemas con las autoridades- dijo el mayordomo Atsushi.
-aquí tienes la maldita funda!- gritó el ojiazul desde el segundo piso mientras lanzaba dicha funda a su abuelo.
El ojidorado la tomó y guardó la espada en ella y ésta se redujo de tamaño.
-llevala siempre en el bolsillo- recomendó el inu-youkai dando media vuelta.
-khe!- soltó el hanyou saliendo de la mansión.
Subió a su auto y se fué a toda velocidad; llegó hasta el mirador de la ciudad, cuanta falta le hacía estar sólo... Siempre estaba tan rodeado de gente eso sin contar que Hiromi no se le despegaba un segundo, siempre lo vigilaba suponía él por orden de Masahiro, suspiró, se relajó y se puso a pensar.
(Al fin sólo... Éste mundo no es igual que hace 300 años, todo esto a lo que llaman ciudad eran espesos bosques, habían ríos, lagos; hoy en dia no hay ni rastro de eso, más al oeste hay un espeso bosque disque perteneciente a la madre de sesshomaru y al norte hay otro que es propiedad de Masahiro, todo mundo se transporta en algún tipo de vehículo; ya nadie camina... Kagome tenía razón cuando la conocí, aquí hay mucha contaminación, la mezcla de tantos olores me confunde, este lugar no me agrada yo prefiero vivir rodeado de naturaleza... Kagome, que habrá sido de ti... Mi kagome, sólo espero que ese bastardo no haya logrado su cometido... No, tú jamas te fijarias en alguien como sesshomaru de eso estoy seguro, ese monstruo jamás se ganaría tu corazón) caviló el ojidorado sentado sobre el capó de su ostentoso auto rojo.
-no se por que tengo la impresión de que hay algo que Masahiro me oculta, hay algo que no quiere que yo sepa pero tarde o temprano me voy enterar- dijo mirando al cielo.
(Kagome, donde estarás kagome... Soy un completo imbécil, que estoy haciendo aquí? Kagome voy por ti, ya no aguanto un minuto más sin saber de ti, quiero verte, sentir tu olor, quiero... Pedirte perdón) pensó mientras se ponía en pie; subió a su auto y se dirigió al templo donde suponía seguía viviendo la azabache que ocupaba su mente de día y de noche, había deseado tanto que lo dejaran sólo para poder ir por ella y ahora que por fin estaba solo se sentía en libertad para hacer lo que había querido desde que supo que se encontraba en Tokio.
Mientras tanto en la mansión del sur...
-buenas tardes amo Masahiro- saludó cordialmente Akiyama al llegar a la mansión y ver al ojiazul sentado en el jardín como meditando.
-informame Akiyama- respondió sin abrir los ojos.
-amo, todo está listo... Puede mudarse a la nueva mansión Taisho cuando quiera- dijo el mayordomo.
-muy bien, mañana nos vamos; dile a Hiromi que prepare sus cosas... Cuando Inuyasha regrese dile lo mismo- ordenó mientras se ponía de pie.
Entró a la mansión y gritó como loco.
-Hotaka, que demonios pasó con mi maldita comida!!!- vociferó.
-amo, ya puede pasar- respondió de inmediato el asustado chef.
-por fin!!! Extraño a mi viejo chef de la mansión Taisho, ese si que cumplía en tiempo y forma!- espetó molesto mientras pasaba al comedor.
-disculpe amo- dijo Hotaka cabizbajo.
Mientras tanto en Tanaka motors…
-como así que los norteamericanos cancelaron la reunión que tendríamos esta tarde!!!- gritó Furiosa la joven azabache poniéndose de pie.
-mi lady, ellos llegarán mañana por la mañana lo que sucede es que el avión en el que venían presentó fallas y tuvieron que aterrizar de emergencia en Okinawa, tenga calma ellos ya están acá sólo queda esperar a mañana- informó Ishiro.
-ay por kami!!! mañana tenía que reunirme con otros inversionistas, que rayos vamos a hacer Jaken?- estaba preocupada, ambas reuniones eran de suma importancia y el ojidorado estaba muy ocupado con su nueva adquisición: Toyota motors corporation.
-mi lady, si usted me lo permite... Yo podría hacerme cargo de los inversionistas norteamericanos y me reuno con ellos en representación suya; así usted se reúne con los inversionistas alemanes y no perdemos a ninguno de los dos- propuso el viejo sapo.
-está bien, confío en ti Jaken; no nos hagas quedar mal... Eeeeeh... Ya que no hay nada más que hacer aquí, yo me retiro, iré a visitar a mi madre- dijo alegremente mientras tomaba su abrigo y su cartera.
-yo voy con usted- dijo Ishiro.
-de ninguna manera, iré sola... Hace mucho que no la visitó y quiero organizar una reunión familiar, quiero que vengan a la mansión el fin de semana y convivan con los niños- dijo saliendo de la oficina.
-como usted diga mi lady- refunfuñó malhumorado el viejo.
Por otro lado…
El hanyou había llegado al templo y caminó directamente hacia el sitio donde había estado el pozo; entró y para su sorpresa el pozo no estaba.
-asi que el pozo... No está... Sin los fragmentos y sin el pozo... Aunque quisieras no podías volver kagome... Nuestras vidas fueron separadas tú no podías ir y yo no podía venir por que Kikyo selló y destruyó el pozo del Sengoku- dijo para si mismo con un aire de melancolía.
Salió y caminó hacia la casa.
-maldita sea, no hay nadie seguramente se fueron de vacaciones... El aroma de la señora Nahomi, Souta, y el abuelo de Kagome es de hace unas horas... Bueno, al parecer Kagome ya no vive aquí, solo siento esos tres aromas- dijo el ojidorado caminando hacia la salida del templo Higurashi; pasó frente al árbol sagrado y se detuvo; sintió un leve aroma pero no prestó atención, se quedó viendo la marca en el árbol donde había estado sellado.
-kagome... Te extraño mucho kagome... Ni siquiera puedo recordar con exactitud tu aroma, fui un idiota, no debí dejar que Kikyo te alejara de mi... No me arrepiento de la vida que tuve con ella por que fué la madre de mis hijos pero yo... Yo siempre... Yo siempre te amé kagome- confesó mirando al imponente árbol donde hacía 500 años había estado sellado por una flecha que la misma Kikyo había disparado a su pecho y de la cual la joven azabache lo había liberado.
-inu..yasha- el hanyou escuchó el susurro de aquella voz diciendo su nombre; la azabache había llegado y había escuchado lo que él había dicho.

EN EL PRESENTE 1 Y 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora