~Brave POV~
No pasó.El beso que mi cabeza se empeñaba en recordar cada vez que cerraba los ojos, jamás había pasado. Bueno, si pasó. Pero lo mejor para todos era que lo olvidáramos.
Han pasado dos semanas. Killian ha tratado de hablar conmigo cada día desde el "incidente", pero lo he evitado. Cada vez que lo veo corro como si la vida se me fuera en ello. Lo esquivo por todos lados e intento no salir mucho de mi habitación para así no coincidir. Ya sé que es infantil de mi parte, pero no puedo hacer nada a el respecto. No estuvo bien. Yo estoy trabajando aquí. No vine de vacaciones o como huésped. El señor Hazer confia en mi y bajo ningún motivo puedo fallarle.
—¿Sigues ahí?—la voz de mi madre hace eco entre los azulejos del baño, y entonces recuerdo que está al otro lado del teléfono.
—Si—afirmé tomando el teléfono y saliendo del baño.
El maquillaje ya está, la ropa ya está. Yo ya estoy.
Hoy Lucas por fin juega para el equipo titular de soccer de su escuela. El pobre ha entrenado durante meses, compitiendo por esta oportunidad. Se lo merece más que nadie, y sé que está radiando de felicidad. Yo por otro lado, estoy super estresada. Evitar a Killian, la universidad y las prácticas de tres horas cada tarde de Lucas, no son una buena combinación.
—Mamá te tengo que dejar—quito el altavoz y coloco el teléfono en mi oreja a la par que sujeto mi bolso con la otra mano.
—Hoy era el partido, ¿no?—Pregunta dándome más conversación. Puedo notar lo mucho que me hecha de menos. En estos dos meses que han pasado, no hemos hablado mucho y sé que en cualquier momento o ella toma un vuelo hasta aquí o yo tendré que tomar uno hasta allá.
—Anja—digo, metiendo los pies en las sandalias.—Me tengo que ir. Saluda a la señora Jones de mi parte.
—Besos cariño.
Cuando por fin cuelga yo ya estoy bajando por las escaleras. Pero entonces lo veo a él. Me paro en seco, y mi mundo también parece haberse detenido. Killian está parado en la puerta, derecho, perfecto. Cualquiera diría que me estaba esperando.
Mierda.
Tanteo mis pasos para no tropezar. Mis manos sudan y mis pies están temblando. Me gustaría decir que disimulé mis emociones, pero Killian es demasiado inteligente.
Cruza sus brazos sobre su pecho y a través de las mangas de su camiseta, puedo ver como sus músculos se tensan y sus venas sobresalen. Su rostro no tiene ninguna emoción, no sé si está enojado, o irritado, o feliz o nada.
Nunca me había costado tanto leer a una persona. Por lo general se me da muy bien notar las emociones de otros. Desde niña agudicé ese sentido de una manera bastante única. Se podría decir que descubrí mi don después de la muerte de mi abuela. A mi mamá no le gustaba mostrar sus emociones, pero aún asi yo siempre sabía cuando estaba triste.
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Estaba Esperándote ✔️
RomanceCuando Brave decidió aceptar la oferta del señor Hazer, no pensó mucho en la serie de acontecimientos que tal acción podría desencadenar. Para empezar, no todos los hijos del señor Hazer son niños. Está el mayor. El artista depresivo y arrogante, q...